Diez recuerdos felices que podemos crear para disfrutar más de la vida
Regla número uno: apártate de Marie Kondo, no tires los objetos queridos
"Soy el archienemigo de Marie Kondo (la gurú del orden y artífice de tirar todo lo que no se usa). Un poco de orden es positivo, pero ir a tope con sus ideas puede dejarte sin elementos físicos de recuerdo de tus cosas felices. Y eso es eliminar de un plumazo detonantes de felicidad". Así de rotundo se muestra el fundador del Instituto de Investigación sobre la felicidad de Copenhage, Meik Wiking, quien defiende que podemos aprender a moldear nuestra existencia a base de crear recuerdos que nos convienen. Esta es su receta para ser más felices a través de la memoria.
Conserva los objetos que te hicieron feliz
La memoria es un disco duro de muchos teras. Pero para no saturarnos de información, el cerebro tiende a apartar (que no olvidar) aquellos recuerdos que no necesitamos para nuestra supervivencia diaria. Algunos regresan cuando nos esforzamos por recordar, algo que es más fácil cuando algo llama la atención de nuestros sentidos. "Muchos recuerdos se activan con la asociación de ideas. Si un objeto está relacionado con algo físico, es más fácil rescatarlo de la memoria. Si nos hizo felices, recuperará también ese recuerdo de felicidad. Y eso influye y modifica nuestro estado de ánimo en el presente", dice el autor de El arte de crear recuerdos (Cúpula, 2019), su nuevo libro. Aquella juerga durante el viaje de paso del ecuador no es necesaria para completar un balance en la oficina. Pero, si se le viene a la memoria ahora mismo, ¿a que le pone de buen humor? Imagina que, revolviendo entre los trastos viejos, ves la camiseta conmemorativa de aquel curso, roñosa y desteñida, ¿acaso no te va a alegrar el día?
Aléjate de ambientes tóxicos y haz deporte
"La felicidad tiene muchos puntos de conexión con la salud. Evidentemente, hay factores genéticos o dones que predisponen a tener un mejor nivel de bienestar. En segundo lugar, el lugar donde vivimos también influye en tu longevidad y en tu bienestar. Tu salud física se resiente en una ciudad con aire contaminado o con un sistema sanitario deficiente. Con la felicidad es igual: se deteriora si todo lo que te rodea te impide ser feliz. Por último, cada persona toma decisiones personales que aumentarán o reducirán su nivel de satisfacción con la vida. En otras palabras: de alguna manera somos responsables de nuestra felicidad y podemos tomar decisiones que la aumenten o arruinen".
Hacer deporte es fundamental. De entrada, porque le va bien a tu organismo, pero también porque la mente también saca tajada. "El hecho de salir de nuestra zona de confort crea recuerdos felices. Es una de las herramientas que más ayuda a mejorar nuestros niveles de felicidad y no si siempre se le saca partido".
Crea memorias falsas, y disfruta de ellas
Sí, la fantasía puede engañar a la memoria. "La memoria es una artista capaz de crear nuevos recuerdos y hacerlos pasar por verdaderos. Basta con que recuerdas algo y tu mente le añada otros elementos que nunca te han pasado, pero con los que fantaseas. Coincidí una vez con una periodista en Amsterdam. Había pasado media vida tan feliz y convencida de que había estado en Legoland, hasta que su madre le confirmó que sí, que de niña habían estado en Dinamarca, pero nunca habían visitado Legoland. En su mente se habían mezclado los recuerdos del viaje con fotos de Legoland o de otros parques de atracciones y su mente había acabado por creer que era cierto". Moraleja: da rienda suelta a la fantasía con ideas que te pongan contento, ciertas o no.
Lo bueno de generar recuerdos felices en otros
La gente feliz da buenas vibraciones a quienes la rodean. Siembra felicidad en tu entorno y vivirás en un paraíso de paz y sonrisas. O, al menos, serás recordado como una buena persona con la que todos quieren estar, que no es poco. "Nuestros actos pueden, hasta cierto punto, moldear el modo en que los demás nos recuerdan. Protagonizar actos que les hagan felices y que puedan recordar como positivos, aumenta las posibilidades de que con el paso del tiempo sigan acordándose de nosotros. Y que lo hagan pensando en nosotros como gente que quieren tener a su lado, personas que les hacen felices. Que nos quieran siempre nos hace felices, ¿no?". Suena a anuncio de lotería de Navidad, pero funciona.
Aprende a manipular tus recuerdos
Más que manipular, que suena feo, pásalos a limpio. Elimina los momentos malos de la copia final. "A veces recordamos las cosas mejores de lo que fueron. Un amigo mío estuvo hace años de vacaciones en Bali. Ahora habla de ellos como unas vacaciones idílicas pero, en realidad, no lo fueron. Se quejaba del calorazo, de que había muchos mosquitos… ya ni se acuerda de esos pequeños detalles". No hay nada perfecto en la vida. A toro pasado, olvídate de los malos ratos y quédate solo con lo bueno. Crearás recuerdos felices.
Disfruta de la nostalgia
Wiking advierte: lo que sucede entre los 15 y los 25 años tienen un peso enorme en nuestra memoria. "Son años en los que todo se vive con mucha intensidad. En buena medida, por el componente de novedad o de reto". Con el tiempo, tendemos a magnificar aquellos maravillosos años, y nos ponen felices, "con un toque agridulce por el tiempo que ya pasó o las personas que ya han desaparecido". Recuerda tu juventud de cuando en cuando pero no pensando en lo poco que te queda para irte al otro barrio, sino disfrutando de lo que has vivido. "La nostalgia es una fuerza muy potente para activar la emoción del presente. Es la estrategia de Donald Trump con lo de 'Make America Great Again' o del Brexit y el 'Take back the control'. Se crea una imagen idílica del pasado y se vende como opción política que llama directamente al corazón del elector para recuperar la felicidad perdida".
Hazte notar para que se acuerden de ti
No solo se trata de recordar sino también de que nos recuerden; no hay nada más triste que pasar desapercibido por la vida. Para conseguirlo, es bueno averiguar cómo llamar la atención. "Si en una sala hay nueve personas de negro y una de colores, es más fácil que se grabe en la memoria la de colores, salvo que una de las de negro sea muy excepcional, al estilo de Steve Jobs". Hay maneras poco ortodoxas de conseguirlo: "Si me planto en una reunión con una piña, seguro que me recuerdan", dice Wiking.
Recupera recuerdos significativos
A veces vamos tan acelerados, o tan a lo nuestro, que se nos pasan por alto muchos detalles. Normalmente no importa, pero, ¿y si ese es el día más feliz de nuestra vida y no tenemos detalles para recordar? "Es el típico caso del día que conoces a tu pareja. En ese momento, no eres consciente de que esa persona va a marcar tu vida y no le das importancia. Lo denominamos filtración selectiva. ¿Qué habías hecho antes? ¿Qué música sonaba? Si no lo recuerdas, habla con gente que estuvo contigo en ese momento y pídeles que te cuenten lo que recuerdan. Si hay datos nuevos, intégralos en el puzle de tu memoria de momentos felices".
Agudiza los sentidos
Vivimos en una sociedad donde lo visual predomina sobre todo lo demás. Olvidamos el poder de los olores, del gusto, del tacto y de los estímulos sonoros, "sobre todo, de la música. Cualquier estímulo llegado por uno de los cinco sentidos se asocia a un recuerdo y puede ayudar a recuperarlo. Andy Warhol cambiaba de fragancia cada seis meses. Así cada olor le recordaba a un momento específico de su vida. El sonido también es muy poderoso. En 2000 alquilé con unos amigos un coche en Sevilla y viajamos por la costa hasta Barcelona. Tres semanas de viaje y solo una cassette con 'La Bomba' de King África. Cada vez que la vuelvo a escuchar, recuerdo aquel verano y lo bien que lo pasamos. Hasta se me olvida el inmenso calor que hacía. Aún guardo la casete. No tengo ya reproductor, pero es verla y me da buen rollo".
Nada contracorriente: céntrate en lo que estás haciendo
El móvil es la nueva caja tonta. Podemos pasar horas embobados mirando las redes sociales o con un videojuego. "Abstraernos con el móvil inhibe nuestra capacidad de generar nuevos recuerdos. Y eso son estímulos felices para nuestra memoria que estamos perdiendo". Silencia el cacharro y saborea una fruta mientras escuchas tu música favorita en un sitio agradable. Déjate llevar, que el mundo no se acaba por no compartir tu vida en Instagram. "Tampoco intentemos hacer varias cosas a la vez. Menos aún si es algo que sabes que te hace feliz. Fíjate también si hay algo físico que puedas guardar. Eso hará que en 5 o 10 años lo recuerdes con más facilidad. Y cuando abras esa caja de recuerdos y se te dibuje una sonrisa en los labios podrás decir 'esto va por ti, Marie Kondo".
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