_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La anti-España ya es España

Cataluña recuperó las libertades y el autogobierno al mismo ritmo que el resto de España y con la fuerza compartida

Pepa Bueno
Un grupo de personas espera en Mingorrubio la llegada de los restos de Franco.
Un grupo de personas espera en Mingorrubio la llegada de los restos de Franco.Samuel Sánchez

Escuchar al grupito de franquistas que esperaba el ataúd de Franco ante el cementerio de Mingorrubio gritar “prensa española manipuladora”, no fue cualquier cosa. Ni comunista, ni vendida al oro de Moscú, ni antipatriota, ni judeomasónica… manipuladora, sí, pero española. No tengo claro si el hecho de que los cuatro franquistas que quedan “concedan” la españolidad a quienes no les dan la razón es otra gran obra de la Transición o simplemente producto del consumo acrítico del manual de instrucciones de las protestas posdemocráticas que comparten lemas y modus operandi de Hong Kong a Detroit, de Barcelona a Mingorrubio. Montar un pollo para que te graben con los teléfonos móviles y que circule rápido-rápido por todo el planeta. Nada que ver con las protestas por la desigualdad en América Latina, aunque sucedan al mismo tiempo y obtengan, ¡ay!, la misma atención.

Más información
El cementerio de Mingorrubio a la espera del traslado de los restos de Franco, en imágenes
Los Mossos buscan acallar las críticas del Govern con una auditoría interna

La anti-España ya es España y a Franco le gritan “vivas”, en público, su familia y un grupo que cabe en un bar, porque a un bar se fueron los indignados con la exhumación del Valle de los Caídos tras obtener su minuto de gloria en los medios. Es el reverso más exacto de la imagen de España que el independentismo catalán se empeña en difundir por el mundo; quizás el mayor gesto de deslealtad que la actual dirigencia catalana ha tenido con los trabajadores, los estudiantes, los profesionales que se jugaron la vida contra la dictadura o empujaron la democracia en España, Cataluña incluida, que recuperó las libertades y el autogobierno al mismo ritmo que el resto y con la fuerza compartida. No antes.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La exacerbación de la crisis catalana tras la sentencia, lejos de poner el foco en Madrid no hace sino ponerlo en Barcelona. Reclaman diálogo como un hashtag de Twitter para que circule también, rápido-rápido, por el planeta entero. Y, mientras tanto, investigan a sus Mossos por intentar contener los disturbios, vemos a muchos de sus estudiantes forcejeando por entrar en las facultades al grito de “universitats per a tots”, y en la estación de Sants, volver a casa tras la jornada laboral obliga a un cuerpo a cuerpo con los CDR.

“Hay que ampliar la base” es lo más parecido a un análisis político que ha emitido el independentismo desde 2017. ¿Dónde buscan la base? @PepaBueno

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_