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Visitamos la casa Minotti: una joya de la arquitectura en mitad de un polígono industrial

Rodeada de almacenes y 'showrooms' de muebles, y frente a la fábrica de la firma italiana que lleva su apellido, se levanta la vivienda familiar que Alberto Minotti encargó a Gigi Radice, sin saber que hoy sería considerada una pieza a venerar. ¿O tal vez sí?

El salón como espectáculo: la chimenea es de cobre y el techo, de madera de nogal con forma de panel de miel. |
El salón como espectáculo: la chimenea es de cobre y el techo, de madera de nogal con forma de panel de miel. |Gianfranco Tripodo

Oculta tras un muro. Cerrada tras un portalón de madera. La casa de los Minotti parece muda desde fuera, pero su interior, discreto, mullido y lujoso, se expande alrededor de la chimenea, una impresionante campana de cobre martilleado a mano que cuelga del techo del salón y divide la estancia en cuatro espacios (el de la sala de estar principal, el de la lectura, el del comedor y el dedicado al ocio). Esta chimenea sigue siendo la piedra angular de los Minotti, una familia italiana que se dedica al diseño y la producción de muebles mullidos, discretos y lujosos desde hace tres generaciones.

"Mis padres encendieron el fuego la primera Navidad que pasaron en casa", recuerda Roberto Minotti, actual propietario de la vivienda y consejero delegado de la empresa que su padre, Alberto Minotti, fundó en 1948. Roberto comparte el cargo con su hermano Renato, que lo secunda: "Nuestra vida giraba en torno a esta chimenea. Está tan anclada en nuestros recuerdos que la hemos recreado con distintas formas y materiales en todas nuestras tiendas".

De ahí también que, cuando en 2018 celebraron el 70º aniversario de la empresa, los hermanos Minotti construyeran una réplica de hormigón con remates de cobre en el Salone del Mobile de Milán, donde cada año presentan sus colecciones. Para Renato, esa chimenea es mucho más que un mueble o que un recuerdo: "Es un símbolo del hogar, pero también una metáfora de nuestro negocio: algo que requiere cuidados, atención y un compromiso constante".

Construida en 1964, la casa de los Minotti es un diseño de Gigi Radice, el mismo arquitecto que proyectó su fábrica de muebles, al otro lado de la calle. "Mi padre y Radice se conocieron a mediados de los años cincuenta", explica Renato Minotti. Era esa una época próspera para la Italia de la posguerra, y la privilegiada situación de Meda, una pequeña ciudad a medio camino entre Milán y el lago de Como, atraía a reconocidos diseñadores y arquitectos especializados en la producción de muebles para decorar sus ricas villas.

La moderna contención del estilo de Gigi Radice queda patente en la puerta de madera de la casa Minotti. |
La moderna contención del estilo de Gigi Radice queda patente en la puerta de madera de la casa Minotti. |Gianfranco Tripodo

"A mi padre le fascinó su estilo innovador. Primero le pidió que construyera el edificio de la fábrica, luego que diseñara los muebles y después nuestra casa". Radice era un arquitecto lleno de talento para diseñar espacios para ser habitados. Hoy es casi desconocido, pero los dos hermanos no dudan en compararlo con Gio Ponti o Frank Lloyd Wright. Fue él quien convenció a Alberto Minotti para que su marca, más clásica en sus inicios, abrazara el diseño contemporáneo y compitiera con los muebles que otros arquitectos, como Le Corbusier o el propio Ponti, habían creado años antes para empresas rivales de Minotti en esta región de Lombardía.

Meda, lo mismo que Hollywood para el cine, es el corazón de la industria del diseño italiano, algo que se nota al pisar la calle, porque el número de tiendas de muebles de la ciudad parece superar al de supermercados. "Crecer en esta casa nos marcó", dice Roberto Minotti. "Sus formas puras calaron en el ADN de lo que se convertiría en nuestra filosofía: la elegancia atemporal".

Renato y Roberto Minotti posan en su 'showroom'. Detrás de ellos, interpretación de su célebre chimenea. |
Renato y Roberto Minotti posan en su 'showroom'. Detrás de ellos, interpretación de su célebre chimenea. |Gianfranco Tripodo

De cuando eran niños, Roberto recuerda que "han desaparecido la seda china de color rosa que recubría las paredes, y la moqueta verde oliva". Otros elementos, como la mesa del comedor o la imponente lámpara de cristal de Murano que pende sobre ella, siguen siendo los mismos. Las sillas y sofás también son diferentes, sin embargo, los nuevos muebles de Minotti que hoy sustituyen a los de sus padres encajan en la casa como piezas de un puzzle. La forma de reloj de arena de la mesita Cesar que hay en el salón replica los cristales de la lámpara, las celdas del techo, o los cubrerradiadores octogonales que Gigi Radice creó para la casa.

Cesar es uno de los diseños de Rodolfo Dordoni, el arquitecto al que los hermanos Minotti eligieron como nuevo director artístico de la empresa en 1998, siete años después de la repentina muerte de su padre. "El día que murió, fuimos a la fábrica y, entre lágrimas, nos prometimos que continuaríamos su trabajo". Rodolfo Dordoni, un arquitecto moderno pero contenido, como Gigi Radice, se dedicaba en esa época al diseño de tiendas de ropa, y estaba acostumbrado a que cada producto fuera expuesto en un espacio que reflejara la identidad de la marca.

La lámpara de Murano cuelga en el comedor sobre una mesa diseñada especialmente para la casa. |
La lámpara de Murano cuelga en el comedor sobre una mesa diseñada especialmente para la casa. |Gianfranco Tripodo

Con sus colecciones, consiguió mantener esa continuidad entre pasado y presente de la que hace gala el salón de los Minotti. "Es una cuestión de respeto al consumidor", dice Roberto. "Con cada colección, intentamos sorprender y ofrecer algo nuevo, pero teniendo en cuenta que nuestros clientes realizan una inversión importante. No podemos crear muebles que pasen de moda rápidamente, como la ropa. Queremos innovar, pero de una manera atemporal. Como Hermès con el bolso Kelly", explica por su parte Renato.

Hoy, Minotti está presente en 63 países y exporta el 86% de su producción fuera de Italia, pero sigue siendo una empresa familiar. Y promete continuar siendo así. "En los últimos años, mi hija Susanna y los gemelos de Renato, Alessio y Alessandro, se han incorporado a la empresa. Y otro de mis hijos ya ha empezado a estudiar diseño", concluye Roberto con una sonrisa. Da la sensación de que la casa, aquella máquina para vivir de la que habló Le Corbusier a principios de siglo, sigue funcionando a pleno rendimiento en el caso de los Minotti. Igual porque la suya es una máquina con chimenea.

El sofá del recibidor es un diseño reeditado de los años sesenta. Se llamaIle en honor a Ileana, esposa del fundador. |
El sofá del recibidor es un diseño reeditado de los años sesenta. Se llamaIle en honor a Ileana, esposa del fundador. |Gianfranco Tripodo

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