Esta es tu cerveza si amas el whisky
Tras ella se esconde la refrescante unión de Jameson y la marca artesanal La Quince. Se madura en barricas de whisky de roble americano y su sabor no tiene nada que ver con lo que has probado hasta ahora. Así es Sine Metu, la cerveza con sabor al destilado irlandés
Si hablamos de una bebida que sabe a malta y madera y que se ha madurado en barricas de roble americano, lo más probable es que pensemos en un whisky. O al menos sería lo normal hasta ahora. Porque después de meses de colaboración entre Jameson y la cervecera La Quince, la recién nacida Sine Metu promete convertirse en la cerveza favorita de los amantes de los sabores con personalidad y deja clara una cosa: que cerveza y whisky no tienen porque ser enemigos, sino todo lo contrario.
Su nombre ya es toda una declaración de intenciones: Sine Metu significa “sin miedo” en latín y era el lema de John Jameson, fundador de la marca irlandesa en 1780, todo un pionero en su época. El dicho, que todavía hoy en día puede verse en las etiquetas de sus botellas, ha sido el leitmotiv que ha acompañado en todo el proceso de búsqueda de Jameson de una cervecera artesanal con la que colaborar y que acabó cuando encontraron la marca española La Quince.
La empresa, nacida en 2013, cuenta con un equipo joven, dispuesto y motivado que tras duros años de trabajo se ha ido ganando la credibilidad de la exigente comunidad de cervezas artesanas. En resumen, su manera de trabajar, utilizando los ingredientes de mayor calidad y cuyo trabajo consiste en hacer cervezas de edición limitada con personalidad propia y de sabores y aromas extremos, encajaba a la perfección con la filosofía de Jameson, así que la asociación parecía lógica.
El resultado es una cerveza de 6 grados tan sencilla como efectiva. Sus ingredientes se limitan a agua, lúpulo, levadura y malta pero su sabor, con hasta nueve variedades distintas de malta (con matices dulces que recuerdan a cacao, café y bizcocho de vainilla) y a madera es otra historia.
¿Su secreto? La maduración en barricas de whisky de roble americano traídas directamente desde la destilería de Jameson en Midleton (Irlanda), algo poco habitual y arriesgado que funciona a la perfección para crear un producto local, bueno, original, auténtico, desenfadado y novedoso que toma riesgos. Con su edición especial de 2.980 botellas promete ser una de las bebidas de este verano. O, al menos, la de aquellos que, como su propio nombre anuncia, no le tienen miedo a algo diferente.
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