Aferrados al hilo de una cometa
“Sufrían procesos sutiles o explícitos de clasificación, etiquetaje y culpa por sus dificultades y comportamientos, como si fueran los únicos responsables.” (Juan Manuel Escudero)
─ “Me ha gustado cómo trabajar en grupo, planificar y organizar el trabajo”
─ “Me ha gustado colaborar con los centros del barrio”
─ “He aprendido a conocer gente de diferentes universos, esto es lo más directo, luego saber trabajar en equipo respetuosamente, y al final ayudar a comunidades, a centros… del barrio”
─ “Te sientes profesor enseñando lo que sabes a los demás y ayudándolos a que tengan su huerto en buen estado"
─ "Me ha gustado aportar lo que sé para mejorar el colegio..."
─ “Me he sentido bien conmigo mismo al saber explicarme y saber que las otras personas me prestan atención"
─ “He aprendido a comunicarme y mostrar mis conocimientos a otros”.
Continuamos nuestro relato, retomando nuevos comentarios de los alumnos y las alumnas de la Red Municipal de Centros Sociolaborales de Zaragoza (Red CSL).
En la entrada anterior ya dimos cuenta de la fundamentación de una iniciativa de apoyo a la mejora educativa en la Red CSL, denominada ‘#innovaCSL. Innovación y éxito educativo en los Centros Sociolaborales’. Un proyecto y un proceso de investigación aplicada que se realizó, durante los cursos 2016/17 y 2017/18, mediante acuerdo suscrito entre el Ayuntamiento y la Universidad de Zaragoza (Unizar), contando con la plena colaboración de las entidades sociales gestoras de los Centros Sociolaborales y la de sus equipos profesionales.
La Red CSL agrupa 12 centros públicos con experiencia en la formación de jóvenes en situación de riesgo académico, fracaso escolar... de entre 14 y 25 años, que nutren las cifras de abandono escolar temprano. En esta situación se encontraban en el año 2017 (del que disponemos de datos actualizados) el 18,3% de los jóvenes españoles de 18 a 24 años, frente al 10,6% que es la media de la UE28 (Ministerio Educación y Formación Profesional -MEFP- 2018).
En la ciudad de Zaragoza se ha querido abordar esta situación promoviendo y desplegando una acción transversal, compleja e integral de investigación y acción transformadora, con la que hacer frente a un mensaje pesimista, interesadamente instaurado (‘dejemos las cosas tal y como están’), sobre las posibilidades de inserción laboral y/o reincorporación al sistema educativo reglado de estos jóvenes. Están convencidos de que las actuaciones pueden hacerse de otra manera más justa, más humana y socialmente más responsable...
Albergar una perspectiva de posibilidad, se traduce en la creencia de que las cosas, en este terreno, pueden hacerse de otra manera más justa, más humana y socialmente más responsable, desechando el fatalismo según el cual las cosas son como son y no pueden ser de otro modo.
Inclusión y exclusión educativa: Realidades, miradas y propuestas.
La acción consistía en el despliegue de un trabajo conjunto y acordado entre profesorado y estudiantes universitarios, profesionales y educadores de la Red CSL, profesorado y alumnado de centros educativos del sistema reglado y asociaciones vecinales.
Optaron por avanzar en una concepción de la formación centrada en los intereses reales de los estudiantes, con vocación de transformación de esa realidad social que define sus expectativas, mediante un trabajo de apoyo mutuo y reflexión, asociando educación y acción social.
La instrumentación de esta concepción alternativa se consigue con la creación de un grupo de trabajo ‘ad-hoc’, dentro del proyecto #InnovaCSL, de reflexión y formación sobre la práctica docente, que sustentaba su labor educativa en los principios y la metodología de Aprendizaje-Servicio (Aps).
Este proceso de investigación aplicada ─según lo definen sus promotores─ pretende facilitar estrategias de empoderamiento profesional y de aprendizaje a educadores y estudiantes que pongan en ‘evidencia’ la necesidad de políticas socio-educativas ambiciosas de prevención que reviertan las desigualdades, desde un enfoque intercultural y de relación positiva con la diversidad del alumnado y sus familias. Convencidos, también, de que más allá de las actuaciones más estructurales (económicas, ideológicas, culturales y administrativas), es relevante la labor que se realiza desde los centros educativos.
El proyecto impulsó y acogió una labor sostenida de reflexión, formación y apoyo colaborativo de 5 grupos de trabajo mixtos (Universidad, profesionales de la Red CSL), denominados de ‘Intervención con familias’, ‘Diversidad’, ‘Metodología en el aula’, ‘Aprendizaje y Servicio’ y ‘Empleabilidad’. Dentro de esta concepción amplia y compleja de la mejora, en esta ocasión, por acotar nuestro contenido, comentamos solo las propuestas e iniciativas desplegadas por el grupo de ‘Aprendizaje y Servicio’.
El trabajo de desarrollo profesional que se pretendía con la configuración de estos grupos se sostenía en la utilización de una serie de estrategias formativas colectivas de reflexión-acción, de Preparación (esbozo de la idea, relaciones con las entidades, planificación del proyecto...), Realización (motivación, investigación, definición, registro...) y Evaluación. En la imagen siguiente se muestran algunas de las guías y esquemas de reflexión utilizados.
Los estudiantes que acuden a la Red CSL son los ‘expulsados’ de los centros de educación secundaria, los que quedan al ‘margen’ del sistema general de educación, aquellos que terminan sus estudios básicos sin titulación, con pocas posibilidades de inserción laboral y sin poder continuar en la formación reglada y que arrojan cifras preocupantes en nuestro país: En el curso 2015-2016 el alumnado que al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) era propuesto para el título de Graduado suponía una tasa bruta sólo del 79,3%, respecto de la población que tiene la edad teórica de finalizar este nivel educativo (MEFP, 2018).
Ésta es una realidad que se va gestando a lo largo de la trayectoria escolar. En nuestro país, las tasas de idoneidad (alumnado que realiza el curso que corresponde a su edad cronológica) permite hacernos una idea de la situación: Sólo un 86,1% de los alumnos de 12 años cursa primero de esta etapa educativa; un 73,1% de alumnos de 14 años, tercero, y un 67,5% de 15 años están matriculadas en cuarto o han iniciado FP Básica (MEFP, 2018).
Ahora ya sé en qué se fundan nuestros juicios de valor más elementales: en la compasión, en nuestro sentimiento por el dolor de los otros.
Herbert Marcuse.
Transcribimos, como ejemplo, algunas de las expectativas que albergaba uno de estos estudiantes en su incorporación a los programas de la Red CSL: “...me da pereza. Pero yo no soy tonto. En el instituto nos trataban igual. Te llevaban a la clase de los tontos, a compensatoria. Solo había gitanos, todos los gitanos allí, y payos que no quieren estudiar. Te sacaban de clase y a copiar a la clase de los tontos” (Chavier Gimeno, Estrategias para la formación y el empleo en la Red Municipal de Centros Sociolaborales. Universidad de Zaragoza).
Una vez cursado alguno de los programas que ofrece la Red CSL (Aulas Taller, Formación Ocupacional, Programas de Cualificación Inicial, Programas de Escolarización Externa...) siguiendo en muchos casos la metodología de Aprendizaje-Servicio (ApS), su actitud era otra. Se mostraban satisfechos de su nueva experiencia de aprendizaje. Se sentían con capacidad para abordar tareas nuevas, e incluso para reincorporarse al sistema educativo reglado. Sus horizontes se abrían, comenzaban a ganar confianza en sí mismos y a ‘volar’ con nuevos de deseos de éxito personal.
Los resultados obtenidos en unos de los estudios contemplados en el proyecto ‘#InnovaCSL” apoyan estas consideraciones: “... el alumnado de estos centros, no sólo se siente más valorado en la actualidad que durante el periodo de Educación Secundaria Obligatoria con un significativo 81,5%, también consideran que la relación con sus profesores ha mejorado (78,8%), valorando su experiencia en el Centro Sociolaboral como un aspecto positivo para su vida en ambos ámbitos, personal y educativo, además de percibir que su paso por dicho centro le facilitará y orientará hacia su futuro profesional (87,7%). (Análisis de las percepciones del alumnado en la Red Municipal de Centros Sociolaborales: Evolución educativa y personal. Dirección de Ana Cristina Tesán Tesán)
Recomendamos el visionado del siguiente ‘clip’ de vídeo. Ofrece información de la labor desplegada por la Red CSL de Zaragoza y de las actitudes de profesorado y estudiantes.
Sin embargo, es la ilustración de algunas de sus acciones lo que mejor nos puede guiar. Recordemos, a este respecto, que en la entrada anterior de este blog ilustramos una iniciativa de aprendizaje-servicio, desplegada por el profesorado del Centro Sociolaboral ‘Oliver’, en la formación profesional de jardinería como soporte de formación: La creación del huerto escolar de un colegio del barrio.
Era una más de las acciones planteadas y organizadas por el Grupo mixto de trabajo (Universidad y CSL) ‘Metodología de ApS’, coordinado por Ana Cristina Blanco y Belén Dieste, que se desarrolló en colaboración con el Colegio Público de Educación Infantil y Primaria ‘Fernando el Católico’.
Hubo más proyectos de aprendizaje-servicio en los que jóvenes de los CSL trabajaron con chicos y chicas de Educación Infantil y Primaria: cuidado de jardines escolares, construcción de recursos didácticos para las aulas de educación infantil (en este caso, contaron con la colaboración de alumnas del Grado de Magisterio), formación en repostería de mujeres de una asociación del barrio, asesoramiento y cuidado estético de la imagen para favorecer la inserción sociolaboral...
Desde el grupo de ‘Metodología ApS’ surgió la nueva idea de implicar a más agentes en el proyecto y se pensó que los estudiantes universitarios y de CSL deberían trabajar juntos en proyectos comunes. Fue así, como alumnas del Grado de Magisterio en Educación Infantil y estudiantes de Centros Sociolaborales de la especialidad de carpintería, electricidad y aula taller trabajaron juntos en el diseño y fabricación de materiales educativos para centros públicos que atendían la etapa de Educación Infantil.
Una manera efectiva de fomentar la buena convivencia entre jóvenes de diferentes niveles educativos y ámbitos sociales. El ambiente de trabajo que consiguieron crear permitió conocerse, coincidir en propósitos, valorarse mutuamente y aprenden juntos.
En la Facultad de Educación se organizaron varias reuniones entre el alumnado de los CSL y las alumnas del Grado de Educación Infantil. Las alumnas se entrevistaron con el profesorado de educación infantil y trasladaron sus necesidades para estudio conjunto de las posibles respuestas; el alumnado de los CSL colaboró en el diseño, fabricando los prototipos. Se celebraron también reuniones de trabajo y coordinación en los CSL. Todo esto exigió de los estudiantes una labor previa de planificación y coordinación de horarios; las reuniones se celebraban en horario lectivo.
La metodología de aprendizaje-servicio hizo posible esta colaboración, el aprendizaje conjunto y la fabricación materiales y recursos como mesas de luz, juegos de letras, máquinas de contar, paredes musicales, etc.
Las tareas de recogida de necesidades, diseño y creación de los materiales de educación infantil formaban parte del ‘portfolio’ de evaluación de las alumnas de magisterio y constituían el producto sujeto a evaluación final para el alumnado de los CSL.
Los materiales fueron entregados personalmente por estudiantes de ambos niveles educativos, que acudieron a las aulas de Educación Infantil y compartieron con los niños y niñas una jornada de convivencia, en la que hubo ocasión de utilizar los materiales fabricados.
En este proyecto de ApS participaron estudiantes y profesorado de cuatro Centros Socio Laborales, del Grado de Magisterio en Educación Infantil y de nueve colegios públicos.
Esta colaboración entre Universidad y CSL, se extendió a los estudiantes y al profesorado de la asignatura “La educación en la sociedad del conocimiento” del Grado de Magisterio en Educación Primaria.
Los estudiantes de magisterio se responsabilizaron de actividades de formación, del profesorado y de estudiantes de la Red CSL, en Tecnologías de la Información. Fruto de esta colaboración realizaron documentales para la difusión del trabajo educativo que se lleva a cabo en los CSL y su influencia en la vida de los jóvenes.
Tanto la formación en TIC como la realización de los documentales eran trabajos que el alumnado universitario debía realizar para superar los créditos prácticos de la asignatura. Los estudiantes de Magisterio, con la guía y orientación del profesorado de la Universidad de Zaragoza, tuvieron que aplicar sus conocimientos teóricos, adquiridos en la asignatura, para la realización de los documentales.
En otro de los proyectos de ApS realizados al abrigo de ‘#InnovaCSL’, los jóvenes que cursaban la especialidad de repostería se responsabilizaron de la formación de mujeres de la Asociación ‘El Puchero de Gabriela’.
Una asociación de mujeres del barrio Oliver de Zaragoza, amantes de la buena y sana cocina, le plantearon al CSL del barrio su deseo de aprender cocina saludable. Los jóvenes, entraron en contacto y escucharon sus demandas como una actividad educativa dentro de su jornada escolar y con las peticiones planificaron la formación.
La demanda al final se concretó en enseñar a cocinar repostería sana. La implicación en la tarea y el compromiso con las mujeres de la asociación fue tal que los jóvenes se decidieron, incluso, a diseñar un folleto informativo con las recetas y recomendaciones de una alimentación saludable.
El desarrollo del proyecto no sólo exigía el dominio de las competencias profesionales de la especialidad de repostería, también de las competencias matemática, lingüística y digital. El proyecto formó parte del currículo de los módulos de Formación Ocupacional de Repostería, de Formación Básica y de Formación Sociolaboral, que incluye, entre otros aprendizajes, los de Salud Laboral y Prevención de riesgos.
En el área de Matemáticas se abordaban los contenidos de... números, cálculo, medidas, formas y representación en el espacio; al estimar las cantidades de las materias primas necesarias, el coste económico, el cálculo de las medidas, las acciones de conservación, las formas y figuras geométricas que adoptarían los productos de pastelería... En el área de Lengua, se trabajaba la comunicación oral, escrita, verbal y no verbal durante la redacción, diseño y creación del folleto explicativo de las recetas y normas de higiene y cuidado de los alimentos. En la preparación de las exposiciones sobre elaboración de repostería sana y conservación de alimentos se trabajaron las competencias lingüística y comunicativa. En la misma línea, los alumnos y alumnas tuvieron que integrar los contenidos de seguridad e higiene tanto en el folleto como en las explicaciones. También utilizaron sus conocimientos y competencia digital en el diseño y realización del folleto.
La coordinación entre las educadoras de Repostería y de Formación Básica y Sociolaboral se convirtió en un requisito para realizar el proyecto. Ambas educadoras planificaron de manera conjunta las actividades del aula para cumplir los objetivos del currículo y los del propio proyecto.
─ Ana Cristina Blasco (coordinadora del Grupo de ApS): “Las actuaciones se realizan de acuerdo con los objetivos inicialmente propuestos. Por ejemplo, si el objetivo de la especialidad de jardinería es aprender cómo plantar y cultivar diferentes plantas, en lugar de plantar en pequeñas jardineras o macetas, a través de una actividad de ApS, se realiza el cuidado del jardín de una escuela infantil o incluso se lleva a cabo el proyecto de plantar todo un huerto en un centro escolar.
De la misma manera, el alumnado de la especialidad de carpintería, en lugar de realizar muebles sin destino definido, realizó en este caso pequeños materiales o recursos para aulas de educación infantil en los que pudieron poner en práctica sus competencias como carpinteros y todos los conocimientos de su especialidad.
De acuerdo con ello, estas prácticas se evalúan con los criterios o estándares de aprendizaje propuestos inicialmente en la programación, sólo que en lugar de hacer una actividad que quede en un rincón del taller o que luego no se le dé utilidad, hacen actividades o actuaciones que suponen un compromiso y una implicación con su comunidad. Esto facilita que, además, se puedan evaluar estándares o criterios de otras áreas como Lengua o Matemáticas.”
Son muchas las posibilidades de los proyectos desplegados con la metodología Aprendizaje-Servicio. Alumnas del Programa de Cualificación Inicial (PCI) de la especialidad de peluquería, se embarcaron en una acción de información y formación de personas coyunturalmente privadas de un hogar. Les asesoraron sobre la importancia del cuidado de la imagen y el aseo personal en general y especialmente en el momento de búsqueda de empleo.
El alumnado del PCI de peluquería acudió al albergue municipal para ofrecer sesiones de información y formación sobre la importancia del cuidado del cabello para la inserción laboral. Jóvenes del Centro Sociolaboral ‘Casco Viejo’ pudieron desplegar y trabajar sus competencias profesionales y, a su vez, las personales, al conocer y reflexionar sobre las circunstancias que obligan a determinadas personas ‘sin techo’ a acudir al albergue municipal.
De nuevo, la coordinación entre la educadora del taller de peluquería y la dirección del albergue municipal fue un aspecto nuclear, a la hora de conocer y fijar las necesidades de los usuarios del albergue; así como para diseñar la programación de las actividades de formación del alumnado de PCI de peluquería.
Con la participación en estos proyectos, los estudiantes valoran las actividades de aprendizaje y las identifican como experiencias de éxito, de satisfacción y motivación. Los alumnos y alumnas consideran que el proyecto les ayuda a entender mejor lo que necesitan aprender. Disfrutan organizando y planificando tareas y proyectos. Lo viven como un aprendizaje experiencial, competencial… en el que combinan conocimientos, actitudes y habilidades.
Jóvenes de unos y otros centros se encuentran e implican en realidades sociales, económicas y educativas diferentes que, de otra forma, probablemente, no conocerían. Se favorece no sólo el sentimiento de ‘poder’, de capacitación... sino que aparecen nuevos sentimientos de identidad y pertenencia a la comunidad, que mejoran sus posibilidades de inclusión social y educativa. Consiguen formar parte de redes sociales de apoyo. Tienen constancia de que su trabajo es útil y son capaces de participar y colaborar activamente en la sociedad.
Lecturas
Inclusión y exclusión educativa: Realidades, miradas y propuestas. Juan Manuel Escudero Muñoz (compilador). Nau Llibres. 205 páginas.
Los factores de la exclusión educativa en España: Mecanismos, perfiles y espacios de intervención. UNICEF. Comité Español. 62 páginas.
El rol de los centros educativos en la prevención del abandono escolar. Una aproximación desde la perspectiva micorpolitica. Aina Tarabini, Marta Curran, Alejandro Montes y Lluís Parcerisa. Educação, Sociedade & culturas, Vol. 45 Núm. 1. Special Issue (2015) , p. 121-141.
Estrategias para la formación y el empleo en la Red Municipal de Centros Sociolaborales. Chabier Gimeno Monterde (coord.) Universidad de Zaragoza. 190 páginas.
El binomio centros escolares y centros sociolaborales, jóvenes que aprenden un oficio y niños que necesitan su huerto escolar, una mesa de luz o cualquier otro recurso o servicio, pasa a ser un catalizador de la mejora de los aprendizajes, la implicación en la tarea y el compromiso mutuo ofrecen magnificas posibilidades de mejora de la autoestima de los participantes.
Los proyectos de Aprendizaje-Servicio permiten establecer puentes de conocimiento, implicación y compromiso entre diferentes sectores de la sociedad, promueven el desarrollo de valores de interculturalidad, rompen con las barreras sociales y favorecen el desarrollo de valores de ciudadanía global.
Los educadores de los CSL y los investigadores de la Universidad de Zaragoza han tenido ocasión de formarse conjuntamente durante el proceso de implantación de los proyectos de Aprendizaje-Servicio en el aula y centro, de analizar y reflexionar conjuntamente sobre las propias prácticas educativas y encontrar la mejora de sus estrategias de enseñanza.
“... para avanzar en la reducción del abandono escolar es imprescindible desarrollar medidas de prevención (...) dichas medidas no sólo deberían articularse en forma de programas específicos para dar apoyo al alumnado con mayores dificultades académicas, actitudinales o sociales. Al contrario, deberían vincularse, también y sobre todo, con medidas de tipo estructural orientadas, entre otras cuestiones, a generar un mayor equilibrio en la composición social de los centros educativos o a generar los recursos humanos y materiales necesarios para una atención a la diversidad sostenida y de calidad.” (Aina Tarabini, Marta Curran, Alejandro Montes y Lluís Parcerisa, El rol de los centros educativos en la prevención del abandono escolar).
(*) Versión para profesionales: ResearchGate (Descargar en PDF).
(**) Ana Cristina Blasco Serrano es profesora asociada en la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, desde 2011. Miembro del Grupo Consolidado de Investigación Aplicada en Etnografía de la Educación (Etnoedu) y miembro del Consejo Asesor de la Cátedra de Cooperación de la Universidad de Zaragoza.
(***) Belén Dieste Gracia es profesora asociada en el Departamento de Ciencias de la Educación en la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, desde el 2006. Imparte estudios de Máster y de Grado en asignaturas relacionadas con la Didáctica, los procesos de enseñanza aprendizaje y las Nuevas Tecnologías aplicadas a la educación. Desde el año 2012 es miembro del Grupo EDI "Educación y Diversidad" de la Universidad de Zaragoza. Secretaria de la Revista Inter-Universitaria de Investigación sobre Educación y Diversidad.
(***) Gracias a los educadores y al resto de profesionales de la ‘Red Municipal de Centros sociolaborales de Zaragoza’ por impulsar, acoger y prestar apoyo a este tipo de iniciativas educativas innovadoras.
(****) Agradecemos la colaboración del profesor e ilustrador Joseba Plazuelo, de la profesora e ilustradora Luz Beloso y del profesor Ramón Besonias en la composición del presente post.
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