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Columna
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No estaba preparado para lo que vi en Mozambique

El ciclón Idai dejó la ciudad de Beira destruida e inundada hace 10 días. La ayuda humanitaria comienza a llegar y también los relatos de quienes lo han perdido todo

Supervivientes del ciclón Idai en Beira, Mozambique, afrontan la escasez de agua y electricidad y corren el riesgo de sufrir enfermedades transmitidas por el agua tras las inundaciones.
Supervivientes del ciclón Idai en Beira, Mozambique, afrontan la escasez de agua y electricidad y corren el riesgo de sufrir enfermedades transmitidas por el agua tras las inundaciones.Sergio Zimba / Oxfam
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Mi despertador sonó a las cuatro de la mañana. Lo había colocado aposta lejos de mi cama para que me obligara a levantarme. Durante días había estado intentando coger un vuelo a Beira, la ciudad portuaria de Mozambique donde el ciclón Idai tocó tierra, y no podía permitirme perderlo.

Cuando el avión comenzó a descender vi por primera vez el daño causado por el ciclón y las inundaciones que lo siguieron. Sabía que la ciudad había sido golpeada con fuerza y que el 90% aún estaba bajo el agua, pero no estaba preparado para lo que vi.

Beira se parece ahora a un lugar en guerra: las casas han sido arrasadas como si las hubieran bombardeado desde el aire. Algunas están sumergidas en agua, los techos han quedado destruidos, los árboles arrancados y los campos y cultivos inundados. Cuando llego, el aeropuerto está lleno de actividad. Es el único lugar donde funcionan las comunicaciones, por lo que las Naciones Unidas y muchas agencias de ayuda internacional lo han convertido en su base. Aquí es donde viviré los próximos días.

Gran parte del edificio se parece a una sala de operaciones de guerra: los mapas cubren las paredes y en todas partes hombres y mujeres se amontonan tratando de encontrar la manera de ayudar a las personas que lo necesitan desesperadamente. Hay un ruido constante de helicópteros y aviones que despegan con suministros de emergencia para otras áreas de la ciudad y otras más lejanas que solo son accesibles por aire.

¿Cuántas personas más verán sus vidas trastocadas a medida que el cambio climático haga que la naturaleza sea cada vez más destructiva a nuestro continente?

Oxfam también está trabajando con una organización socia local, Ajoago, para organizar un helicóptero para distribuir kits familiares a las comunidades en Buzi, una de las zonas más afectadas de la ciudad donde, según os informes, las familias viven en los tejados de las casas inundadas. Cada kit contiene mantas, un cubo, mosquiteras, un bidón, cucharas y envoltorios de tela. La esperanza es que estos enseres ayudarán a prevenir la propagación de enfermedades que pueden llegar a ser mortales como el cólera y la malaria.

Mientras esperamos hacer esa distribución, me dirijo a Dondo, a unos 30 kilómetros de Beira, donde se ha establecido un campamento para personas desplazadas. Armado con una libreta y una cámara, paso la tarde escuchando a hombres y mujeres que, a pesar de perder todo, todavía esbozan una sonrisa en sus rostros cansados. "No hay nada que pudiéramos haber hecho, estábamos en su camino. Lo perdimos todo: nuestras casas, ropa y comida. Estamos esperando que paren las lluvias para poder ir a casa y reconstruirla”, me cuenta Jacinta Verisha, madre de cuatro hijos que perdió su hogar y ahora vive en una tienda de campaña donada por Cosaca, un consorcio de agencias de ayuda que incluye Oxfam, Care y Save the Children.

El ciclón tocó tierra en la noche del 14 al 15 de marzo y causó graves daños en Zimbabue, Malaui y Mozambique, dejando hogares y tierras agrícolas completamente destruidas.
El ciclón tocó tierra en la noche del 14 al 15 de marzo y causó graves daños en Zimbabue, Malaui y Mozambique, dejando hogares y tierras agrícolas completamente destruidas.Sergio Zimba / Oxfam

Mientras me despido de Jacinta, me pregunto cuánto tiempo tendrá que quedarse en el campamento. ¿Ella y su familia volverán a casa? ¿Sus hijos regresarán a la escuela? ¿Sobrevivirán a los brotes de enfermedades como la malaria o el cólera que tan a menudo se producen después de grandes desastres? ¿A cuántas personas como Jacinta conoceré? ¿Cuántas más verán sus vidas trastocadas a medida que el cambio climático haga que la naturaleza sea cada vez más destructiva con nuestro continente?

Stewart Muchapera es oficial de medios y comunicaciones de Oxfam, desde Beira en Mozambique.

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