Beira, la pérdida de una ciudad viva para la literatura
En Mozambique no existe palabra para decir "futuro" porque allí no se anticipa el mañana, nos decía el más importante escritor del país, Mia Couto. Él nació en Beira, la ciudad arrasada por el ciclón Idai, escenario de sus novelas, y afirma estar tan destruido como ella. El número de muertos se eleva a 700
Hay muchas miradas sobre una catástrofe. Y la ocasionada por el ciclón Idai, en Mozambique, tiene desde el principio del desastre una literaria: la de Mia Couto, el más importante escritor del país. Hace cinco días el periódico portugués Diario de Noticias publicó un artículo titulado así: "Mia Couto sobre a catástrofe na Beira: 'Estou quase tão destruído como a minha cidade", donde cuenta el profundo dolor que el autor, Premio Camoes 2013, siente ante la destrucción de la ciudad donde nació hace 63 años, prácticamente desaparecida el 14 de marzo. Un lugar de referencia en su obra y que iba a ser escenario de su próxima novela.
En 2013, entrevistamos a Mia Couto en El País Semanal en su oficina en Maputo, la capital del país. Y en la charla, describía el enorme peso de lo vivido allí en su niñez para "llegar a ser" escritor y poeta. Y desvelaba además las características de un país, 28 millones de habitantes, donde no es que la gente viva un mundo pleno de realismo mágico, sino que todo es "realismo real". Muchos makondos juntos, decía. "Mozambique existe porque es un gran productor de historias. Y estas surgen de la confrontación y la convivencia de diferentes culturas, pueblos, naciones, religiones… que para poder trenzarse en armonía de fronteras tienen que presentarse, construirse en personajes. Y a partir de esos fragmentos, poder producir la gran epopeya nacional…”.
El imaginario colectivo de un pueblo pobre (a la cola del Índice de Desarrollo Humano, puesto 180 de 189 países en 2018), que vivió una guerra civil entre 1977 y 1992 y que sigue siendo presa de conflictos políticos cronificados entre el Frelimo, partido en el poder, y la Renamo, en la oposición. Y que, escéptico, no espera o cree mucho en el futuro. ¿Cómo ve Mozambique dentro de diez años?, le preguntábamos entonces al escritor. Respuesta: "No lo veo [risas]. ... Aquí hay una especie de prohibición sagrada: nosotros no nos anticipamos al futuro. Curiosamente, no existe ninguna palabra en ninguna lengua bantú para decir futuro".
Ahora a ese imaginario se unirá el miedo por lo que pueda venir. Y para Mia Couto, eso es ya un gran sentimiento de perdida: "Me siento huérfano de memoria", asegura. Llegó Idai y destruyó ese "realismo mágico real" de Beira que plasmó en sus obras, y a buen seguro que allí permanecerá su estela por mucho tiempo, tras haber matado a 700 personas en tres países y dejado a cientos de miles amenazadas por una epidemia "inevitable" de enfermedades transmitidas por el agua, incluido el cólera, según han advertido hoy mismo las autoridades. Tras haber dejado en la calle a cien mil mozambiqueños; haber condenado a la desaparición a centenares de familias; tras haber borrado del mapa edificios y lugares de infancia y creado un nuevo paisaje insólito en forma de lago inmenso. Y no solo en la lengua central de Mozambique, sino también en los vecinos Zimbabue y Malawi.
Entrevistado por numerosos medios estos días, entre ellos televisiones, como la RTP3 (arriba), Mia Couto, autor de novelas imprescindibles para entender esta parte del África austral, cree que lo peor está por venir: cuando la tragedia deje de aparecer en los medios de comunicación y el olvido se adueñe de todo. Asegura que lo que está ocurriendo en Mozambique muestra las fragilidades de un país con enorme dimensión geográfica y con "debilidades institucionales" que son obvias; de un país que es pobre y que no tiene manera de abordar el desastre. "Se necesita todo y de todo", dice. Siente, asegura, un rastro de tristeza y preocupación porque esto va a hacer sufrir a Mozambique y a los mozambiqueños durante años.
Diario de Noticias ha publicado, además, el correo que Mía Couto envió hace unas jornadas a su editor, Zeferino Coelho, de la Editorial Caminho, donde confiesa que es como si le hubieran arrancado parte de la infancia. "Estaba decidido a ir a Beira para sumergirme en el espíritu del lugar y ahora, según me dicen, casi no hay lugar. (...) Confieso que estoy medio perdido. Esta mañana recibí fotografías de la iglesia del Macuti que está en ruinas. Aquel edificio está profundamente dentro de mi historia. Es como si estuviera escribiendo la historia de un amigo que, sin embargo, murió". Y sigue: "Todo el centro de Mozambique está bajo el agua: carreteras, casas, torres de energía y de telecomunicaciones están destruidas. No puedo saber de mis amigos que viven en Beira".
He aquí el mensaje completo en portugués:
Meu caro
Obrigado pela mensagem. Na verdade, estou eu quase tão destruído quanto a minha cidade. Estava determinado a ir para a Beira para mergulhar no espírito do lugar e agora, segundo me dizem, quase não há lugar. É como se me tivessem arrancado parte da infância. O Zeferino, logo na sua primeira avaliação, me tinha alertado que a Beira era a personagem central do livro. Confesso que estou meio perdido. Esta manhã recebi fotografias da igreja do Macuti que está em ruínas. Aquele edifício está profundamente dentro da minha história. É como se estivesse a escrever a história de um amigo que, entretanto, morresse. E o problema é bem maior que a Beira. Todo o centro de Moçambique está por baixo de água: estradas, casas, torres de energia e de telecomunicações estão destruídas. Não consigo saber dos meus amigos que vivem na Beira. Enfim, sabe bem esse seu abraço. Mia
Medios de comunicación y agencias han ido dejando desde hace diez días ya una estela de informaciones (más imágenes que textos, escasean los periodistas en terreno) que muestran la dimensión de la catástrofe. De todas las fotografías, destaca la usada para abrir este artículo o esta otra de abajo (dos autores distintos, ambos se han fijado en lo mismo) donde se describen bien las terribles circunstancias en las que han quedado muchos menores, el grupo más vulnerable. Niños y niñas afectados, desplazados y refugiados en cualquier lugar a la espera de ayuda. De momento, mucha gente desasistida en la calle sin nada que llevarse a la boca.
El popio Mia Couto ha hecho un llamamiento de socorro en la página web de la fundación Fernando Leite Couto que él preside.
España ha puesto en marcha ya servicio de envio de ayudas y ha anunciado que desplegará por vez primera su equipo Start de emergencias.
Todo lo publicado por El País sobre el ciclón Idai y la catástrofe en Mozambique se puede seguir pinchando aquí mismo.
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