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Llega la pajita para beber plegable y sostenible

Miles Pepper, un inventor de Estados Unidos, ha patentado Final Straw, que resiste dos usos diarios durante 16 años

FinalStraw
Isabel Ferrer
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Miles Pepper tiene 23 años, es un experto estadounidense en cinematografía y producción de vídeos, y ha inventado la primera pajita para beber plegable y reutilizable. Se llama Final Straw (pajita, en inglés), está patentada, y cree que puede sustituir a las de plástico de un solo uso: convertirse en la definitiva. La Unión Europea acaba de vetar las tradicionales, junto con los bastoncitos y cubiertos plásticos, y los 28 países miembros deben adecuar su legislación a la nueva directiva para 2021. La de Pepper, fabricada en acero inoxidable y silicona apta para alimentos, cabe en el llavero.

El joven inventor, que participó el pasado octubre en Holanda en One Young World, la cumbre anual que reúne a activistas y emprendedores entre 18 y 30 años, saca de un bolsillo el pequeño estuche de plástico reciclado que guarda la nueva pajita. Está doblada, tiene un escurridor para dejarla mientras se seca y sirve para vasos largos y cortos. Soporta hasta 121 grados de temperatura (250 Fahrenheit), dice que resiste dos usos diarios durante 16 años y es apto para el lavavajillas. Tiene a su vez un limpiador de silicona, lavable, para pasarlo por su interior. Una batería completa de accesorios en una envoltura mínima.

“Es una alternativa mejor incluso que las pajitas de papel, que también acaban en la basura. Solo en Estados Unidos, se calcula el uso diario de 500 millones de las de plástico, y esperamos que Final Straw sea algo más que una alternativa. Vale 22 euros, y se trata de dotar a la gente de herramientas para que puedan cambiar sus hábitos de consumo. Está pasando ya con las botellas de agua individuales, hay modelos que van al lavaplatos y se pueden rellenar”, señala, mientras pliega y despliega la nueva pajita a gran velocidad. “Es como un juego, y una vez usada se puede lavar también con agua y jabón en cualquier baño. Tiene que estar muy limpia, porque se mete en un vaso”.

Hay unos ocho millones de toneladas de pajitas en las playas del mundo, y las de plástico no se reciclan ni tampoco descomponen

Con estuches en cinco colores: verde, coral, gris, azul y turquesa, Pepper la mueve un momento como una batuta mientras recuerda algunos datos esenciales de la polución marina. “Si seguimos así, los científicos calculan que para 2050 habrá más plástico en los océanos que peces. Ya han señalado la presencia de ocho millones de toneladas de pajitas en las playas del mundo, y las de plástico no se reciclan ni tampoco descomponen. Hay que hacer algo; tener una misión. De modo que cuando en 2017 se me ocurrió inventarla, dejé el trabajo en la manufactura de accesorios para cámaras que tenía”.

Junto con Emma Rose Cohen, la cofundadora, organizaron una campaña de financiación colectiva cuyo éxito les sorprendió. “Conseguimos 1,89 millones de dólares y eso nos animó mucho. Nos costó perfeccionar el modelo, y luego hubo que encontrar una fábrica que trabajase de forma ética y sostenible. Trabajamos con una en Estados Unidos y otra en China, y son auditadas cada año. Así nos aseguramos de que no contaminan y las condiciones laborales son adecuadas”. Antes de Navidad, ya tenían pendiente un pedido de 250.000 unidades.

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