_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Forenses

Les paguen o no, el daño está hecho. Llevan 35 años trabajando bajo distintos gobiernos, y sólo ahora alguien creyó que eran prescindibles, una ecuación más del debe y el haber

Leila Guerriero

El Equipo Argentino de Antropología Forense trabaja desde hace 35 años en la Argentina y en 30 países identificando restos de víctimas de violencia de estado (entre otras violencias). El jueves envió un comunicado brutal: "El EAAF suspende sus actividades en Argentina porque el Estado no le giró los fondos acordados". La secretaría de Derechos Humanos no les pagó trabajos realizados en 2018 -la identificación de soldados muertos en Malvinas, la búsqueda de desaparecidos de la dictadura-, y los dejó en una situación crítica. Seguirán realizando tareas internacionales, pero no en su país. No pueden: no les pagamos. Conozco un poco a esa gente. A Mercedes Doretti, que en 2007 recibió 500 mil dólares por la beca MacArthur y donó la mitad al Equipo porque "yo no trabajo sola". A Mercedes Salado, que me dijo "Lo que hacemos es tan pequeño. Encuentras la identidad de una persona. Y eso es todo. Pero es una dignificación del muerto y también del vivo". A Luis Fondebrider, que me dijo "La relación con los familiares de los desaparecidos la tuvimos siempre. Nosotros tocábamos a sus muertos. Tocar los muertos crea una relación especial con la gente". Escribir ese comunicado, que lleva incertidumbre a miles de familiares que esperan, debe haber sido para ellos más difícil que tocar a los muertos. El gobierno argentino adujo "problemas administrativos" y aseguró que les pagarían el viernes. Pero el viernes aún no habían recibido nada. Les paguen o no, el daño está hecho. Llevan 35 años trabajando bajo distintos gobiernos, y sólo ahora alguien creyó que eran prescindibles, una ecuación más del debe y el haber. Después de todo, ¿cuánto vale un puñado de huesos con nombre, cuánto estamos dispuestos a pagar por un poco de memoria colectiva? Nada indica que ese alguien no vuelva a creer lo mismo, se les pague o no, en el futuro inmediato.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_