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carta blanca
Columna
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Carta a mí mismo

Manuel Vilas

¿Las dudas existenciales de los 25 años son las mismas de los 56? Por experiencia, el autor sostiene que aún está a tiempo de muchas cosas

VIVIR NO ERA tan complicado, bastaba con dejarse llevar por la vida misma. No estudies esa carrera, elige otra. No hagas la mili, deserta. Tú no lo sabes, pero si no la haces y desertas, no te pasará nada. Nadie te encarcelará. Hay un vacío legal que tú no puedes ver pero yo sí. No supiste verlo en 1985 porque no sabías distinguir los detalles relevantes de la realidad. En 1985 toda España era un vacío legal y aún lo sigue siendo. España son unos pocos españoles haciéndose muy ricos, y otros muchos, millones, haciéndose muy pobres, lo de siempre. Viaja, viaja todo lo que quieras. Simplemente, súbete a un tren y desaparece. Da igual que estés solo. Te parece una tragedia estar solo, pero no lo es. Respira. No te hagas funcionario, cómprate una barca y navega. No vivas en esa ciudad en la que vas a vivir. Vete a otra. Una que esté lejos. Cómprate un caballo y cabalga. Duerme en cualquier sitio. No fundes una nómina. Fúndate a ti mismo. No estudies tanto y trasnocha mucho. Aprende idiomas, en vez de leer libros absurdos. Te me aparecí mil veces y mil veces te dije todo esto, y siempre pensabas que era una ilusión o un fantasma o una alucinación o un asesino.

No quieras ser alguien, eso es una trampa. Nadie es nadie, pues todo ser humano solo es muerte y desesperación. Ya que no me hiciste caso cuando tenías 25 años, hazme caso ahora que tienes 56.

Nunca me haces caso. No sabes nombrar la verdad. No escribas tanto. No le tengas miedo a nada, pues el fracaso no existe. Aún no te has dado cuenta de que todos los seres humanos están solos. No te lo creíste cuando tenías 18 años y sigues sin creerlo. Eso es hermoso, que sigas sin creerlo.

Si no los ves más, no te quejes. Deja ya de quejarte. Si los llamas y están en sus vidas y en sus cosas metidos, compréndelo. Tú hiciste lo mismo cuando te llamaba tu madre y ahora está muerta. Si te sientes culpable, es problema tuyo. La culpa no existe en la naturaleza. Pero es tan hermoso sentirse culpable sin saber de qué. Cómprate un árbol de Navidad y siéntete acompañado.

Dejar de beber, eso lo hiciste bien. No tuve que venir del futuro para decírtelo. Estás tan a tiempo de tantas cosas. Te parece que te vas a morir mañana, pero te recuerdo que eso ya te pasaba cuando tenías 20 años. Estás bien, querido. Sigues vivo. No pensé que llegaras tan lejos. Aún conservas un poco de estilo. Y no envejeces mal. Aún se te pueden hacer fotos. Y hay gente que se alegra de verte. Bastante, por cierto. Y sigue habiendo en tu corazón ese animal que se enamora de todas las cosas que han sido y serán. Eso sí, podías haber estudiado Derecho y haberte hecho notario, o mejor ministro, porque el dinero importa. Fuiste un hombre enamorado, aunque no sabemos de qué. Te mando un beso desde los años que vendrán. 

Manuel Vilas es autor de Ordesa (Alfaguara).

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