Se avecinan días complicados para compaginar la agenda con la actividad física. Es posible que en la oficina tengamos que echar un esfuerzo extra para cuadrar los objetivos antes del cierre del ejercicio. Y, al salir del trabajo, nos esperen infinitas quedadas con amigos, compras interminables y atascos infinitos. Hay que tomárselo con calma y aprovechar las posibilidades que nos ofrece el despacho —o la intimidad de nuestro salón— para mantenernos en forma.
Solo necesitamos una mesa, una silla sin ruedas y algo de espacio para "acometer una rutina de entreno bastante completa", asegura la entrenadora Vanesa García Molina, quien recuerda que es importante contar con el consejo de un profesional para adecuar los entrenamientos a la condición física de cada persona: "Por inocua que parezca una sentadilla en el despacho, pueden aparecer desde tirones a lesiones más graves si no se ejecuta correctamente".
Para la rutina de mantenimiento que ha preparado esta entrenadora solo hacen falta 15 minutos, que se pueden sacar, por ejemplo, del descanso retribuido que contempla el Estatuto de los Trabajadores. Cada ejercicio se realiza en dos series de ocho a 10 repeticiones, "pero si en la sexta ya estás agotado, hay que parar", aclara la experta. Empezamos.