_
_
_
_
Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí
_

El tendero, el mejor amigo de los sintecho

Nacida en París hace tres años, la red Le Carillon se ha extendido a seis ciudades francesas y reúne a comerciantes dispuestos a ayudar a los más vulnerables

"Beber un vaso de agua, recargar el teléfono... Los comerciantes ofrecen pequeños servicios gratuitos a aquellos que los necesitan".
"Beber un vaso de agua, recargar el teléfono... Los comerciantes ofrecen pequeños servicios gratuitos a aquellos que los necesitan".Quentin Houdas/Campaña Le Carillon
Más información
Welcome Sense Sostre
Una guía de la arquitectura contra los pobres en España

¿Y si los comerciantes levantaran sus persianas cada día para hacer negocio pero también para tener un gesto solidario con las personas sin domicilio fijo? Es el objetivo de Le Carillon (el carillón), que nació a finales del 2015 en un barrio de París, en el XI Arrondissement. Hoy en día, sólo tres años más tarde, se ha extendido por otras seis ciudades francesas.

Se trata de una red local de tenderos solidarios, quienes ofrecen pequeños servicios gratis a las personas sin techo, como un WC., poder hacer fotocopias, beber un vaso de agua, cortarse el pelo, recargar el móvil, beber un café, calentar un plato. La oferta tiene un primer objetivo claro: satisfacer necesidades básicas pero busca también crear relación de manera que nadie se sienta solo.

El Carillón ha lanzado la primera campaña publicitaria dirigida a las personas sin hogar

Los ciudadanos de a pie pueden colaborar comprando productos en los comercios solidarios y dejándolos en suspenso para cuando una persona necesitada venga a buscarlos. Si quieren implicarse más en el proyecto, pueden convertirse en voluntarios o miembros de la asociación. Las empresas, por su parte, pueden también participar movilizando a sus trabajadores para que colaboren con la red solidaria. Periódicamente se organizan encuentros de barrio para que todas las personas involucradas, con o sin domicilio, puedan compartir juntos un momento cordial y amistoso.

Los comercios solidarios son identificables gracias a unos pictogramas enganchados en el escaparate junto con el logo de Le Carillon, que es un proyecto de hecho de La Cloche (La Campana), una asociación sin ánimo de lucro quien a su vez trabaja para cambiar la mirada sobre las personas sin hogar. El objetivo de La Cloche es involucrar a todos los ciudadanos, con o sin domicilio fijo, personas privadas, comerciantes y empresas, para construir juntos una sociedad más inclusiva gracias a los microcompromisos solidarios.

En total son ya 700 los comerciantes agrupados en París, Marsella, Nantes, Lyon, Lille, Burdeos y Estrasburgo. En dos años han ofrecido más de 40.000 pequeñas ayudas a las personas que viven en la calle. Y saben que podrían dar muchas más si las personas en dificultad conocieran sus servicios.

Sólo en París se calcula que más de 5.000 personas duermen al raso cada noche, según el último recuento de febrero pasado. Puesto que es difícil comunicarse a gran escala con las personas sin domicilio, Le Carillon ha decidido lanzar la primera campaña publicitaria dirigida exclusivamente a ellos para animarles a abrir la puerta de los “comercios solidarios”.

La campaña se compone de seis fotos de seis comerciantes reales de la red que sostienen un cartón en el que alguien ha escrito en boli el tipo de servicio gratis que ofrecen. Los pósters se exhiben gratuitamente en las estaciones de tren de París así como en metros y en diferentes espacios de publicidad y prensa urbana, cedidos igualmente de manera gratuita a la asociación. Además de la campaña publicitaria, Le Carillon ha habilitado un número de teléfono gratis para que los sintecho puedan informarse sobre qué comercios en su radio de acción forman parte de la red solidaria.

¿Y por qué estos nombres tan sonoros, la campana y el carillón? La historia se remonta a la Edad Media. Por aquel entonces sonaba una campana en París para anunciar que se había acabado el mercado des Halles. Las personas sin medios acudían entonces para abastecerse de productos no vendidos. De ahí el nombre de La Cloche (La campana). Y el carillón, por su parte, es un instrumento musical compuesto de campanas. Cada una emite su propio sonido y representa por lo tanto a la vez la diversidad de experiencias y vidas pero también la armonía musical y social.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_