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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Presidente Trump, permítanos presentarle al mariscal Foch

¿Qué hicieron los franceses en las guerras mundiales? Luchar, sufrir y ganarlas

Jorge Marirrodriga
Autoridades británicas y francesas rinden en Londres homenaje a Ferdinand Foch en el centenario de su nombramiento como comandante supremo aliado.
Autoridades británicas y francesas rinden en Londres homenaje a Ferdinand Foch en el centenario de su nombramiento como comandante supremo aliado.VICTORIA JONES (GETTY IMAGES)

Muy cerca de la estación Victoria de Londres, hay un tipo a caballo que parece observar el trasiego desasosegado de turistas desorientados quienes, plano en una mano y maleta en la otra, tratan de averiguar cuál es su hotel. Impasible sobre su pedestal aparenta ser el único que sabe dónde se encuentra. A pocos minutos caminando se alza el palacio de Buckingham y algo más allá The Mall, el Almirantazgo, Whitehall, Trafalgar, Westminster... Es decir, su estatua se levanta en el corazón mismo de lo británico. El jinete va cubierto con un abrigo militar. Ni corazas, ni espadas, ni alabardas. En la parte frontal del pedestal, cuatro letras y ocho números: “Foch 1851 1929”.

Foch es francés. Durante la I Guerra Mundial fue el comandante supremo de las fuerzas aliadas en el frente occidental y se le considera el genio militar que logró la derrota y la rendición de la Alemania imperial. Bajo su mando lucharon y murieron en las trincheras miles de hombres. Entre ellos, británicos que habían acudido al continente a defender un modelo de sociedad. También había miles de estadounidenses. El entonces presidente de EE UU, Woodrow Wilson, los envió al frente tras pronunciar ante el Congreso un emotivo discurso y una famosa frase: “La razón es más importante que la paz. Lucharemos por lo que siempre hemos llevado en nuestros corazones: la democracia”. Fueron y lucharon a las órdenes de un francés. Vencieron.

Wilson necesitó 3.443 caracteres para justificar su decisión. A su sucesor en la Casa Blanca, Donald Trump, le han sobrado los 280 de Twitter para ridiculizar el papel de los franceses en las dos contiendas mundiales. Asegura Trump que los franceses “ya estaban aprendiendo alemán en París” cuando llegaron las tropas de EE UU. Lástima que no pueda preguntar qué hacían los franceses a otro presidente: Dwight D. Eisenhower, comandante supremo aliado en el frente occidental durante la II Guerra Mundial. Exactamente el mismo puesto de Foch, veinte años antes. Ike no era menos americano que Trump y entendió que hacer América grande —y ser patriota— no consiste en denigrar al aliado. También lo entendió Foch, en cuya estatua reza: “Soy consciente de haber servido a Inglaterra como serví a mi propio país”. Mucho tiempo después de que Trump haya dejado de ser presidente, el viejo mariscal Foch seguirá en Londres.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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