Ovejas para luchar contra los incendios y otras innovaciones sociales
Oriol Vilalta de la Fundación Pau Costa, Helena Puig de Build Up y Gonzalo Fanjul de porCausa son nombrados Emprendedores Sociales Ashoka 2018
Un cómic puede ser un asunto serio. Tan serio que puede ser capaz de acercar un tema complejo como las migraciones a un público joven que ya no está acostumbrado a leer periódicos de la manera tradicional. Un taller de cine, por su parte, puede ayudar a convertir un acuerdo firmado en un despacho en paz verdadera para todos. Y unas ovejas pueden contribuir a luchar contra los incendios. Tres innovadores sociales —Gonzalo Fanjul de porCausa, Helena Puig de Build Up y Oriol Vilalta de la Fundación Pau Costa— vieron soluciones donde nadie más lo hacía. El impacto social de su trabajo les valió el reconocimiento de la red Ashoka en un evento celebrado este martes en el Teatro Español de Madrid.
En la actualidad, hay 25 conflictos armados en el mundo, calcula Helena Puig. “En muchas ocasiones, las negociaciones de paz se celebran entre los mandatarios, pero no llegan a plasmarse en bienestar para todos”, sostiene la codirectora de Build Up, una empresa social creada para dar voz a los que viven la violencia en primera persona y que, sin embargo, generalmente están excluidos de estos procesos. Las mujeres que residen en la frontera entre Sudán y Sudán del Sur fueron entre las primeras en experimentar esta metodología, participando en la grabación de un documental en el que contaban su visión del conflicto. Iniciativas parecidas se implementaron también en Somalia, Burundi, Colombia y Siria para dar la palabra a mujeres, jóvenes o niños.
“También hay conflictos no armados que son igual de dañinos”, insiste Puig. “Bolsonaro que ha ganado las elecciones en Brasil con argumentos cargados de sexismo y homofobia, la polarización del discurso alrededor del Brexit en Reino Unido o del racismo en Estados Unidos, el miedo sobre el que se basa la guerra a las drogas en Filipinas…”. Build Up ha analizado el uso de las nuevas tecnologías que ha permitido crear estas divisiones sociales y propone el mismo antídoto para responder al problema. “Hemos enviado más de 2.000 mensajes automáticos a usuarios de redes sociales en Estados Unidos que estaban expuestos a discursos de odio. Si nos contestaban, nos poníamos en contacto con ellos a través de un chat. Recibimos 800 respuestas”.
Para Gonzalo Fanjul, director del área de investigación de porCausa y coordinador del blog 3.500 Millones de Planeta Futuro/ELPAÍS, la crisis de los cayucos que vivió España entre 2005 y 2006 fue una especie de epifanía. Así nació la que califica de “obsesión” por las migraciones. Además de este tema, su fundación también se dedica a la creación y distribución de contenido sobre pobreza y desigualdad, poniendo a trabajar codo con codo profesionales de distintas áreas, como periodistas y artistas gráficos, para buscar nuevas formas de narrar la información sobre las personas vulnerables. “Queremos una sociedad más crítica y consciente de su poder de transformación. La mentira alimenta el miedo y el populismo. Y, en el caso de las migraciones, esta mentira se paga con vidas humanas, al mismo tiempo que genera ganancias para otros”.
Cómics para abordar las migraciones o cine para que las mujeres se conviertan en negociadoras de paz son algunas de las iniciativas realizadas por los galardonados
En los dos últimos años, explica Oriol Vilalta, los incendios han causado más de 200 muertos en Europa. “Nunca antes hemos registrado tantas víctimas, a pesar de que nunca antes habíamos invertido tanto para evitar el fuego”, asegura el director de la Fundación Pau Costa. El cambio climático no hace que ampliar la envergadura del problema. “Para luchar contra los incendios, necesitamos un cambio de paradigma: hay que pasar de la extinción a modelos innovadores de prevención y gestión”.
El trabajo de Vilalta está centrado en movilizar alrededor de esta visión una red mundial de investigadores, agentes forestales y ciudadanos, mejorando las técnicas de extinción y creando estructuras económicas en el monte. Uno de los proyectos de la fundación, por ejemplo, quiere potenciar la contribución de los rebaños en la gestión del riesgo de incendios mediante el pastoreo en zonas forestales del norte de Cataluña. A través de una práctica de ganadería extensiva que se ajusta a determinadas pautas, los ganaderos contribuyen a conseguir un tipo de masa forestal más resistente al fuego. Los productos derivados de esta actividad reciben una certificación antes de ser lanzados al mercado. “Todos podemos contribuir a luchar contra los incendios comiendo estos quesos o el yogur y este mismo objetivo se puede conseguir empleando viñedos como cortafuegos o calentando nuestros hogares con biomasa proveniente de estas actividades”.
Los recién nombrados Innovadores Sociales Ashoka 2018 de España entrarán a formar parte de una red global de generadores de cambio que actualmente cuenta con 3.500 emprendedores sociales en 97 países, 37 de los cuales en este país. Los galardonados, seleccionado entre casi 500 candidatos, recibirán ayuda económica para implementar sus proyectos durante tres años y apoyo estratégico para aumentar el impacto de su trabajo.
Escuelas que generan cambios
¿Qué pasa cuando se convierte un pueblo abandonado en aula? Los alumnos del IES Jaranda de Cáceres lo descubrieron al tomar las calles de Granadilla, en la misma provincia, para trabajar y aprender al lado de los adultos. “Nos pusimos a restaurar, a hacer pan, nos convertimos en ganaderos… mientras veíamos cómo el pueblo volvía a la vida”, cuenta Paula Chato, una alumna de 13 años del centro. Su escuela fue una de las cuatro galardonadas por Ashoka como generadoras de cambio (Escuelas Changemakers). “Nuestros libros son los demás. No necesitamos aprender las lecciones de memoria, porque todo lo que hacemos es inolvidable”, agrega la estudiante.
¿Qué pasa cuando se convierte un pueblo abandonado en aula?
El colegio Arizmendi Ikastola de Valle del Alto Deba, en el País Vasco, fue reconocido por su trabajo basado en la pedagogía de la confianza, que mira a incentivar en los alumnos la autogestión y la seguridad personal, del otro y del entorno. “Se acercaba el 8 de marzo”, recuerda una de sus alumnas, Izar Ruiz de Austri, “y el Ayuntamiento había lanzado un vídeo para promocionar el uso de las instalaciones deportivas con imágenes muy estereotipadas por género, en el que los hombres jugaban a fútbol y las chicas se ejercitaban en la danza”. Las estudiantes del centro no dudaron en ponerse mano a la obra para grabar otras imágenes más cercanas a su realidad. “Al Ayuntamiento no le quedó otra que darle al botón ‘Me gusta’ debajo de nuestro vídeo en las redes sociales”, explica orgullosa.
Claudia Báez se describe como una de las alumnas más tímidas del Colegio Decroly de Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, este martes no le temblaba la voz en presentar ante la platea del Teatro Español el modelo implementado por su escuela, que busca fomentar en los estudiantes la capacidad de trabajar desde el conflicto a través de las emociones y el diálogo. “Lo que me proporciona fuerza para hacerlo es pensar que estoy dando voz a los que menos tienen”, dice mientras describe las visitas que su escuela organiza a un centro que trabaja con discapacitados intelectuales.
En Deiro (Pontevedra), los niños ponen a trabajar a los adultos. Los representantes del Colegio Viñagrande no pudieron acudir al evento, pero lograron que su mensaje llegara de todas formas hasta Madrid. En esta escuela, no hay asignaturas ni libros y el juego es una dimensión importante del modelo educativo. Los alumnos son los verdaderos protagonistas de su aprendizaje y, muy conscientes del enorme poder que está en sus manos, lo ponen también al servicio del bien común. Por ejemplo, recrearon en formato 3D un aparcamiento que respondía mejor a las necesidades del pueblo y llevaron la maqueta al alcalde para que desarrollara el proyecto.
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