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Un personaje de carne y hueso

Abrisketa y Holgueras observan una de las ilustraciones del libro 'El país escondido'.
Abrisketa y Holgueras observan una de las ilustraciones del libro 'El país escondido'.Álex Iturralde
Helena Poncini

MAGGIE es una niña muy tímida que vive en su mundo, protegida por una fantasía desbordante que entre otras cosas le hace creer que todo lo que dibuja con sus rotuladores mágicos se convierte en realidad”. Este fragmento de la sinopsis de El país escondido, el nuevo libro de Martín Abrisketa, bien podría describir a la ilustradora de la obra. Como Maggie, Isabel Holgueras, de 51 años y con síndrome de Down, ha utilizado desde pequeña el dibujo para expresarse. Cada una de sus láminas es, en realidad, una ventana a un mundo propio a todo color, en el que los árboles hablan y los colores del universo protegen a las personas. Esta es la historia de un escritor vasco que quiso contar la historia de una niña y en el camino descubrió que su personaje era real.

“Me dio muchas respuestas que yo no conocía. A Maggie tenía que buscarla en sus dibujos”. Abrisketa, de 51 años, hace esta afirmación mientras señala a Holgueras. Ambos están sentados en el jardín de la casa del escritor, en algún punto entre Lemóniz y Górliz, en los montes de Vizcaya. A pesar de que han trabajado juntos durante meses, acaban de conocerse en persona hace unos minutos, bajo el acecho aún lejano de la galerna. La situación se asemeja más a una reunión familiar que a un primer encuentro. Alrededor de la mesa charlan también la hermana del autor y la de la ilustradora, Mercedes Holgueras, una pieza clave en esta historia. Fue gracias a ella que Abrisketa encontró a su Maggie de carne y hueso. “Me envió una carta muy bonita y me regaló un dibujo de Isabel que era una mariposa porque tiene bastante protagonismo en la primera novela, La lengua de los secretos”, rememora. Hoy esa mariposa sobrevuela la última página de la obra conjunta.

Apenas unos kilómetros separan el caserío donde ahora intercambian impresiones de Bilbao, el lugar en el que se desarrolla la historia de Maggie y que Holgueras pintó sin conocerlo. “Ella ha pintado el Bilbao de hoy. Yo viví en el Bilbao en blanco y negro”, reflexiona el escritor, que antes fue cámara de televisión. Hizo lo mismo con el chinchorro, el barco del abuelo de la protagonista, que dibujó mucho más grande que un bote y con una casa en la popa. También se resistió a seguir algunas indicaciones. “Le pedí que dibujase un foso con cocodrilos en la casa de Maggie y me dijo que no”, relata Abrisketa. Holgueras no duda en defender su negativa: “Te digo una cosa, los cocodrilos es que no pegan porque muerden”. Y es que la madrileña no pinta nada en lo que no crea. “Yo pinté una sirena porque me lo pediste”, le recuerda a regañadientes. Eso sí, la hizo a su manera, con el cuerpo sumergido en el mar para que no se le viera la cola.

Durante los meses de trabajo, Abrisketa y Holgueras salvaron los 400 kilómetros de distancia que les separaban a través de correos electrónicos y notas de voz, siempre con la hermana de la ilustradora como intermediaria. “A mí me veía como a un duende que le pedía cosas”, señala el escritor. Una vez transmitida la idea, Holgueras se ponía manos a la obra siguiendo siempre la misma secuencia: primero diseñaba con lapicero, después repasaba con rotulador negro y por último coloreaba con rotuladores de todos los tonos. “Yo no me apaño con las pinturas de madera y de cera”, confiesa con una naturalidad desbordante. Esa transparencia está presente en cada una de sus palabras y gestos. “Ella me ha ayudado mucho a ver la parte emotiva”, subraya Abrisketa. Mientras, Holgueras disfruta de su momento sagrado del día, el de la comida. “Era mi Maggie”, resume el autor. 

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Sobre la firma

Helena Poncini
Es redactora en Gastronomía. Antes pasó por Gente y Estilo y por El País Semanal. Trabajó como redactora y fotógrafa para varios diarios españoles y portugueses en Lisboa, entre ellos 'El Periódico de Catalunya', 'Correio de Manha' y 'Jornal i'. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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