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Decoración

Lo último en decoración es perfecto si tienes un piso pequeño

Vuelve el puf, esa práctica butaca sin asas ni respaldo que amuebla cualquier espacio con el mínimo esfuerzo. El modelo Kilim, de Nanimarquina, aporta un extra de calidez: está tapizado con alfombras persas

Los pufs Kilim de Nanimarquina llevan el tapizado del suelo al cielo, es decir, están cubiertos de tela de alfombra.
Los pufs Kilim de Nanimarquina llevan el tapizado del suelo al cielo, es decir, están cubiertos de tela de alfombra.

Popularizados a finales de los años sesenta por su versatilidad y ligereza, los pufs, esas butacas tapizadas sin brazos ni respaldo que nacieron como asiento de reyes en el Imperio otomano y que invadieron no pocas mansiones durante la época victoriana, en realidad deben su nombre a los mullidos peinados que popularizó María Antonieta en el siglo XVIII: aquellos enormes volúmenes empolvados se llamaban poufs. Su crónica social ha seguido escribiéndose en el siglo XX con las reinterpretaciones de Mies van der Rohe, Jean-Marie Massaud, Charles y Ray Eames... Y ahora también el diseñador Marcos Catalán, que ha sido uno de los últimos en atreverse a reinterpretarlo con su colección Kilim Pouf, para el fabricante catalán de alfombras Nanimarquina.

El proyecto nació cuando, en 2015, Catalán concibió unos bancos alargados en forma de paréntesis y tapizados con kilims (tejidos persas realizados a mano) para la cafetería del Disseny Hub del Museo del Diseño, en Barcelona. “Allí no podíamos colocar las alfombras en el suelo, porque es un lugar público, muy concurrido, de modo que las reubicamos en los asientos... como ocurrió con el diván en el que Sigmund Freud psicoanalizaba a sus pacientes, que también acabó cubierto por una alfombra”, comenta el diseñador. En resumen: Catalán y Nanimarquina crearon “una alfombra que no pisa el suelo” y que no solo tomó forma de banco, sino de puf cilíndrico, tapizado con aquellos kilims geométricos.

El Disseny Hub del Museo del Diseño de Barcelona fue el laboratorio de donde surgieron los pufs Kilim.
El Disseny Hub del Museo del Diseño de Barcelona fue el laboratorio de donde surgieron los pufs Kilim.

Pero aquellos objetos –“pequeños y manejables”, precisa el diseñador– empezaron a tener vida propia. Los clientes de la cafetería preguntaban dónde podían adquirir los pufs, y sus inventores pensaron que podían salirse del guion previsto para crear su propio spin-off. “Decidimos, junto a Nanimarquina, diseñar una colección donde sobre un kilim de la colección Nomad pudieran aparecer unos asientos del mismo material que la alfombra. Como si la alfombra se hubiera elevado en varios puntos para podernos sentar”, cuenta Marcos Catalán.

Los pufs de Nanimarquina incorporan base de abedul y tela 100% de lana de Nueva Zelanda.
Los pufs de Nanimarquina incorporan base de abedul y tela 100% de lana de Nueva Zelanda.

“Las alfombras quieren ser también utilizadas de otra manera, no siempre quieren estar en el suelo”, asegura la diseñadora Nani Marquina, quien recuerda que, como “reflejo la gran variedad de usos que tienen las alfombras en Occidente”, en muchos países se doblan por la mitad para convertirse en un asiento o un cojín.

Pero esta no es la primera vez que Nani Marquina (quien lanzó la firma homónima en 1987) concede a sus alfombras la capacidad de levantarse algunos centímetros sobre la superficie. En 2002, la colección Flying Carpet, diseñada por Emiliana Design Studio (Ana Mir + Emili Padrós) buscaba el punto intermedio entre una alfombra y un sofá. Cinco años después, surgió también la colección Little Field of Flowers, concebida por Tord Boontje a modo de bosque repleto de flores de fieltro. Ya lo decía Mecano, "entre el suelo y el cielo hay algo", pues parece que ahora hay un puf realizado con tela de alfombra.

El diseñador Marcos Catalán, diseñador de la colección Kilim.
El diseñador Marcos Catalán, diseñador de la colección Kilim.

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