La mágica alfombra turca
DESDE EL AIRE parecen campos de una extraña cosecha. Pero son alfombras. Decenas de miles de alfombras. Siempre por estas fechas, en Dosemealti, una localidad a las afueras de Antalya (Turquía), se extienden sobre el suelo las piezas recién tejidas y teñidas. La mezcla del rocío en la madrugada y los casi 40 grados del mediodía resultan claves para suavizar los vivos pigmentos de estas obras de artesanía. Este año se han desplegado cerca de 30.000 ejemplares a la antigua usanza, cubriendo dos kilómetros cuadrados de formas geométricas. La magia de la naturaleza tarda en surtir efecto entre uno y tres meses. Y de allí vuelan hasta el mercado mayorista, en busca de compradores.
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