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Coordinado por Lola Huete Machado
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La huella humana en el territorio

La muestra 'Paisajes culturales africanos' recorre la mirada de 12 fotógrafos sobre 15 Sitios Patrimonio de la Humanidad

Transporte en piraguas de haces de leña a través del río Bani en Djenné, Mali.
Transporte en piraguas de haces de leña a través del río Bani en Djenné, Mali.George Steinmetz / National Geographic Creative
Ángeles Jurado

“La verdad es que en los últimos años he estado trabajando bastante en la cuestión de la gestión del territorio y concretamente, de la ciudad, pero también de los asentamientos humanos en general, en cuestiones de habitabilidad básica y cooperación al desarrollo”, explica Tamara Febles Arévalo (Las Palmas de Gran Canaria, 1987). Y pasa a describir cómo se dio la confluencia de factores que la puso al frente del proyecto expositivo Paisajes culturales africanos que se muestra hasta el próximo 28 de septiembre en Casa África en Las Palmas de Gran Canaria. La iniciativa además ha dado origen a unas jornadas académicas sobre el patrimonio africano que se celebrarán a finales de este mes, también en esta institución.

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En las paredes de las salas expositivas de Casa África, se pueden ver ahora 32 fotografías de National Geographic Creative, que muestran las miradas de 12 fotógrafos sobre 15 Sitios Patrimonio de la Humanidad y diversos paisajes culturales del continente africano. El resultado de la pasión de la académica y de las imágenes es un recorrido que hermana las barcas de los pescadores en arrecifes kenianos con las de los extractores de sal del Lago Retba (Lago Rosa) senegalés o las piraguas que cargan madera en las orillas del río Bani, a un tiro de piedra de Mopti. Relaciona también la imaginativa disposición de los bancales que se ciñen a diferentes orografías y condiciones en Ruanda, Cabo Verde o Madagascar, donde los agricultores han afilado su ingenio para aprovechar lo que la naturaleza puede ofrecerles, atesorando un conocimiento único de sus entornos y dejando de paso una huella indeleble en el territorio.

La idea de esta exposición surgió en el momento en el que Febles estudiaba su Máster Interuniversitario de Gestión del Patrimonio Artístico y Arquitectónico, Museos y Mercado del Arte en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, centrada en un trabajo sobre el Risco de San Nicolás, un enclave muy especial de la capital grancanaria. “Mi trabajo de fin de máster era una propuesta de gestión de un paisaje cultural con un alto valor patrimonial, en lo que se refiere a la mejora de las condiciones de vida de la población local”, especifica, antes de continuar desvelando que esa investigación y la reflexión que lleva aparejada se unieron a las prácticas en el Área de Cultura y Educación de Casa África y que ahí se le ofreció la posibilidad de plantear este proyecto.

El resultado final se denomina Paisaje y Patrimonio africano. El desarrollo local sostenible y con motivo de la relación geográfica y cultural entre el continente africano y Canarias, también reserva un espacio al Proyecto Risco Caído, que incluye información sobre los espacios sagrados de montaña prehispánicos de Gran Canaria. Una realidad interpretada por el alumnado del Ciclo Superior Fotografía de la Escuela de Arte y Superior de Diseño Gran Canaria y que cuenta con la colaboración del Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria.

La intención declarada de la investigadora es fascinar al público con la interpretación de la interacción del ser humano con la naturaleza

La intención declarada de la investigadora es fascinar al público con la interpretación de la interacción del ser humano con la naturaleza y documentar el nacimiento y la evolución de diferentes actividades y asentamientos humanos, adaptados al territorio, las necesidades de sus habitantes y los recursos existentes y condicionados por la economía y la cultura local y global.

En este sentido, Tamara Febles gusta de enfilar su discurso hacia la consecución de un equilibrio entre conservación y desarrollo, que implique a las poblaciones locales en la preservación del territorio y a su vez proteja sus saberes ancestrales y modos tradicionales de relacionarse con el entorno. “De nada nos sirven paisajes para mirarlos desde fuera si no pueden funcionar como activos para mejorar la vida de la población”, precisa ella. “Muchos de nuestros paisajes protegidos han sido conformados gracias a la interacción humana, pero de una manera equilibrada con el entorno. Existen ejemplos de compartición de recursos naturales en áreas que son reservas naturales o proyectos de agricultura mixta, en los que mezclan reforestación con la posibilidad de que la población pueda cultivar para su propia subsistencia o la venta en hoteles, como sucede en el entorno de las cataratas Victoria”.

La investigadora no se interesa en una foto fija del paisaje que deje fuera a sus habitantes: en crear reservas intocables e intocadas donde las personas se conviertan en otra curiosidad a la que fotografiar. Las imágenes que presenta en Casa África hablan de un paisaje vivo, que evoluciona y acoge a todos: diferentes técnicas extractivas de la sal, ya sea en las aguas sonrosadas del Lago Retba o en la arena del Sahel, en Níger; cementerios en piedra en Etiopía; rediles y casas en madera en Kenia; alfarería tradicional en las riberas malienses; mercados y barrios de madera y uralita que se funden con su entorno; dédalos de acequias y meandros; terrazas.

“El concepto de buenas prácticas cada vez me gusta menos”, confiesa entre risas Febles. “La gestión del territorio es muy compleja. Hay que estar sobre el terreno para saber realmente cómo está funcionando y desde fuera, muchas veces, no tenemos ni idea. Hay que escuchar a la población, hay que realmente sentir, tocar, ver, oler todos esos paisajes y lo que está ocurriendo para poder considerarlas, realmente, buenas prácticas.

Muchos de nuestros paisajes protegidos han sido conformados gracias a la interacción humana, pero de una manera equilibrada con el entorno

Aun así, siempre hay algún 'pero', algo mejorable. Es cierto que he podido conocer, gracias a este proyecto, gran cantidad de trabajo realizado por estados, comunidades o la Unesco para inventariar y conocer el patrimonio africano. Muchos planes de gestión planteados establecen estrategias con criterios muy adecuados, pero es verdad que encuentras quejas en muchos casos cuando preguntas a la población o ves documentales o informes”.

Tamara Febles es de la opinión de que “todos los investigadores o quienes trabajan en el continente africano en cuestiones de desarrollo tienen claro que la actividad humana en la naturaleza, equilibrada con el entorno, es un posible motor para un desarrollo sostenible, si se gestiona con las comunidades locales y atendiendo a sistemas de gestión tradicionales”. “Aunque aportando nuevas tecnologías y atendiendo las necesidades de la población”, apostilla. También afirma que esos sistemas tradicionales de gestión suelen ser más resilientes que otros modelos con los que estamos más familiarizados en Occidente.

Este proyecto se lleva a cabo, a iniciativa de Casa África, gracias a la colaboración con la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, el Servicio de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria, la Escuela de Arquitectura y Kentech S.L.U.

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Sobre la firma

Ángeles Jurado
Escritora y periodista, parte del equipo de comunicación de Casa África. Coordinadora de 'Doce relatos urbanos', traduce autores africanos (cuentos de Nii Ayikwei Parkes y Edwige Dro y la novela Camarada Papá, de Armand Gauz, con Pedro Suárez) y prologa novelas de autoras africanas (Amanecía, de Fatou Keita, y Nubes de lluvia, de Bessie Head).

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