¿Por qué protestan?
La gente sale a las calles en Chicago para protestar por el crecimiento de la violencia contra los afroamericanos, que deja cada año más muertos
En Chicago la violencia se ceba con los afroamericanos. El diario Chicago Tribune lleva un recuento semanal. Del 31 de julio de 2017 a la misma fecha de 2018 registraba ya 571 ciudadanos asesinados, la gran mayoría por armas de fuego. Un total de 416 eran negros.
La última víctima que habían contado también era afroamericana. Se llamaba Oceana Jones. Tenía 21 años. Parte policial: el jueves 31, a la una de la madrugada, estaba con su novio en una gasolinera. Cuatro tipos se acercaron. Preguntaron de qué pandilla era él. La pareja no tuvo más remedio que salir corriendo. Los otros detrás, a tiros. En un callejón, Oceana Jones cayó al suelo. Muerta. Bala en la espalda.
En 2016 y 2017 hubo, respectivamente, 650 y 762 homicidios en Chicago, más que en ninguna otra ciudad de Estados Unidos y con unos niveles de muertes por arma de fuego similares a los de finales de los años ochenta y principios de los noventa. Las autoridades han reforzado la estrategia antiviolencia y este año hasta agosto los homicidios habían caído cerca de un 30% con respecto al anterior. Pero el problema sigue siendo grave. Mediado el verano, Chicago, por ejemplo, lleva más asesinatos que Nueva York en todo 2017.
El principal motor de la sangría de la ciudad donde en su día reinó Michael Jordan y en la que forjó su carrera Barack Obama es la violencia entre pandillas y el descontrol de las armas. No hay ninguna ciudad del país donde la policía se incaute de más pistolas.
Los homicidios se concentran en el sur y el oeste de Chicago, junto a la pobreza, el desempleo y las drogas. Se trata de zonas de la ciudad fundamentalmente negras. Como el joven que levantaba el puño el jueves en una manifestación en esta ciudad contra este mismo problema, con su gorra con la equis de Malcom X y su camiseta del reverendo Luther King Jr. —ambos muertos a tiros—. En la crónica del Chicago Tribune se puede leer que alguien que pasaba por allí de camino a un partido de béisbol, los miró de pasada y preguntó: “¿Por qué protestan?”.
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