Bajo el sol de Grecia
En esta casa de la isla de Antíparos, la vida se hace en el exterior. Terrazas, patios y piscina se insertan en la ladera de una colina cercana para que la vegetación proteja la vivienda del calor veraniego.
LA TOPOGRAFÍA de la isla griega de Antíparos y su normativa, que impide que cualquier construcción supere los 10 metros de altura, definen a esta casa clavada en la falda de una colina. Los distintos módulos en los que está dispuesta generan terrazas y porches con vistas al Mediterráneo. La fragmentación de la arquitectura proporciona además rincones y miradores que mejoran la iluminación, la ventilación y el asentamiento de la casa en el paisaje. Los arquitectos de Oporto Camilo Rebelo y Susana Martins actualizan con este proyecto la arquitectura tradicional mediterránea: simple, limpia y blanca. Una vivienda en la que es difícil distinguir dónde acaban los espacios exteriores y dónde comienzan los interiores. Y donde las terrazas se confunden con los patios y la vegetación trepa por la fachada y las cubiertas de la casa.
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