El balón del Mundial que ganó España

Con sus 440 gramos de peso y sus 69 centímetros de circunferencia, fue la estrella del estadio Soccer City. Era una calurosa tarde de un 11 de julio. Adidas bautizó los balones del Mundial de Fútbol de 2010 como Jabulani, que significa “celebrar” en zulú. En la final que España ganó a Holanda en Johannesburgo —la del Mundial actual, el de Rusia, se celebra hoy en Moscú— se modificó el nombre a Jo’bulani y se tiñeron de dorado las bandas decorativas. Por una razón: debido a sus minas, la capital sudafricana es conocida como “la ciudad del oro”. Ocho años después, aquel balón reposa en el Museo de la Selección Española de Las Rozas (Madrid). Firmado por todos los jugadores españoles y convertido en todo un icono, nadie diría que en su momento hasta la NASA discrepó de su valía: un informe de la agencia espacial sostuvo que, por culpa de sus costuras, la trayectoria del esférico resultaba “impredecible” cuando era impulsado a más de 72 kilómetros por hora.