El alma apaga la guerra entre dos mundos
El artista afrodescendiente Sergio Aparicio filma su historia como un apátrida en una película autoproducida
Todas las aventuras empiezan con un impulso interno, una llamada desde el subconsciente, un despertar seguido de una ansiedad incontrolada. Así me sentí yo. Piensas durante toda la vida sobre ese momento y muchas veces te imaginas como será o si estarás preparado. Seguramente para la gente no afrodescendiente en este caso en concreto, o para la gente que no le une un lazo sanguíneo o espiritual, se trataría tan solo de coger un avión y viajar, poco más que unas vacaciones. Para alguien como yo, una persona mestiza, de madre extremeña y padre guineano-camerunés, y nacido en Barcelona, supone en cambio abrir la caja de Pandora; enfrentarte a tu otra parte “desconocida” y dar el paso de abrazarla sin saber si te devolverá el abrazo.
Así me sentí yo al principio. En ningún momento mi idea fue viajar a África a grabar una película, eso a priori era una idea de locos. La única idea era vivirlo intensamente y sobre todo no olvidarlo. Las cosas que te tocan el alma nunca se olvidan pero especialmente en esta ocasión no quería perder ni un detalle, pero es cierto que tengo la obsesión de abrazarme a los recuerdos para así poderlos revivir siempre que quiera. Llevaba conmigo una cámara de vídeo, y una grabadora profesional con la idea de, ya que soy músico, grabar alguna cosa o simplemente tomar imágenes que me inspiraran. Fue una tarde sentado bajo un baobab con unos amigos de la aldea senegalesa de Toucar en la cual vivía, cuando me di cuenta de que lo que estaba escribiendo en esa libreta era una historia, mi historia. Y ya que llevaba equipo por qué no dotarla de imágenes. Así fue como nació Galsen. El lenguaje de las almas.
Me resulta difícil definir el formato de la película, pero he de decir también que odio esa necesidad humana de tener que etiquetarlo todo. "Galsen es una excelente película, Galsen es una nefasta película, Galsen es muy corta, Galsen es demasiado larga". Lo único importante a parte de repetir durante cuatro veces consecutivas el nombre de la película para incrustarla en tu subconsciente, es que Galsen es una obra que espera ser vista para ser acabada. Es la sensación que deja al verla, la obra en sí, solo es obra cuando es visionada. Así es como el lenguaje de las almas interactúa y pone al espectador en un diálogo consigo mismo. Así es como la entiendo yo.
Sobre como la hice tan solo diré que sin dinero pero con ilusión, y es cierto que esta es una frase muy cliché, pero detrás de ella y de la creación de la película reside un deseo enorme de expresarme, de coger la cámara y grabar, de sentarme a componer la música, de escribir y grabar la voz en off, de darle forma y persuadir a mis amistades y mi entorno para que apoyasen mi locura. Y así se dio forma, participando más de 50 artistas de más de 10 países distintos. Y esto solo obedece a esa raíz espiritual de la que anteriormente hacia referencia sobre el lenguaje de las almas, sobre como en el fondo todos vibramos en las mismas frecuencias y como cuando esto ocurre los proyectos se pueden llevar a cabo porque la gente los siente como algo suyo, como su propia historia.
Diré también que no todo es de color de rosa, el no disponer de inversión económica evidentemente no corta las alas a tu proyecto a nivel creativo, porque eso reside dentro de mi rol como director, ni a una ilusión, ni siquiera a una necesidad, pero si a nivel técnico donde la falta de un respaldo económico en ocasiones hace que cueste más llegar al resultado deseado. Dicho esto, hacer una casa con barro y agua y que no se caiga es todo un logro en los tiempos que corren.
Por último, añadir, la importancia que tiene como afrodescendiente, como “negro” en este mundo occidental, ser creativo, generar contenido artístico y a su vez ser nosotros mismos los que contamos nuestras propias historias. Este elemento de empoderamiento es un legado necesario para que las próximas generaciones en este país carente de referentes afrodescendientes, para que las próximas generaciones tengan puntos de partida para poder desarrollar sus propios proyectos y que un día en los colegios y universidades no enseñen la historia escrita por los colonizadores como a mí me la enseñaron (Cristóbal Colón descubrió América) sino narrada por los que han sufrido y han sido víctimas de estas colonizaciones y gracias a ellos yo he podido aprenderla (América fue invadida, colonizada y saqueada por Cristóbal Colón y sus secuaces).
Solo cuando esto ocurra, el imaginario colectivo de la gente respecto a el mundo en el que vivimos y en nuestro caso concreto hacia África cambiará y podremos acercar posturas frente a la discriminación y los elementos que como en mi caso, me llevaron a ser un apátrida, un ser en tierra de nadie.
Sergio Aparicio es artista visual, músico, graduado en Recursos Humanos y posgrado en Ciencias Africanas.
El blog África No Es Un País no se hace responsable ni comparte siempre las opiniones de los autores.
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