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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Fichajes o saldos? Se abre el mercado de la triste política

Ciudadanos quiere a Manuel Valls, como antes Podemos quiso a Carmena, y el PSOE, por su parte, intenta fichar... a Carmena

El exprimer ministro francés Manuel Valls (tercero por la derecha), junto a Albert Rivera (segundo por la izquierda) y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría (segunda por la derecha) el jueves pasado en Madrid.
El exprimer ministro francés Manuel Valls (tercero por la derecha), junto a Albert Rivera (segundo por la izquierda) y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría (segunda por la derecha) el jueves pasado en Madrid.Ballesteros (EFE)

Hace poco tiempo, los nuevos partidos eran tan nuevos que necesitaron fichar figuras potentes para formar candidaturas atractivas. Podemos lo hizo con Manuela Carmena en Madrid y logró el voto de numerosos progresistas hartos del modelo de capital del PP, en el que el monopolio del glamur era de los constructores. Pero hoy son los viejos partidos los que necesitan fichar figuras potentes para formar candidaturas atractivas. Al menos, el PSOE.

El mercado de invierno ya se ha abierto para la triste política —nueva o vieja— y no sabemos si estamos ante fichajes o ante saldos de temporada. Ciudadanos quiere a Manuel Valls, como antes Podemos quiso a Carmena, y el PSOE, por su parte, intenta fichar... a Carmena. Ni siquiera es una idea propia. Lo próximo será que intente fichar... a Valls.

Tal vez sea Ángel Gabilondo el mejor cartel del PSOE en toda España y el partido aún no se ha dado cuenta, ya que en lugar de La Moncloa aspira a presidir la Comunidad de Madrid. Fue prometedor Eduardo Madina, al que Susana Díaz zancadilleó eligiendo a Pedro Sánchez y este les metió el gol a los dos.

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Pero vayamos por partes.

En lo que respecta al PSOE, de sus propias decisiones cabe deducir que ha envejecido tan rápido y mal que no tiene figuras interesantes en sus filas. Que, en plena debacle del PP nacional por Cataluña y de Cristina Cifuentes por el caso del máster, está a por uvas. El propio Gabilondo fue un fichaje de otro invierno, y no de saldos.

En lo que respecta a Podemos, ha envejecido tan rápido y tan mal que es el único partido capaz de meterse goles en propia puerta cuando la presidenta de Madrid está a un penalti de irse a casa (perdón por la repetición de símiles futbolísticos, pero a eso hemos llegado). Reconozcamos que pasar del cuaderno azul de José María Aznar, en el que apuntaba a sus posibles sucesores con esa prepotencia y arbitrariedad que le caracterizaba, a la conspiración en directo en el canal de Carolina Bescansa en Telegram con un acuerdo escrito de varios folios suscita de todo salvo admiración.

En lo que respecta a Ciudadanos, el fichaje de Manuel Valls tiene lecturas interesantes. Para empezar, porque traer a alguien del parisiense PSG parece ya más importante que traérselo del Atlético (no se ofendan, entiéndanme). Con riesgos. Quien fuera primer ministro de Francia bajo la presidencia de François Hollande abandonó el Partido Socialista Francés tras 37 años de militancia después del último fracaso electoral y se pasó al bando de Macron. Desde ahí ha defendido la superación de los bloques en aras de una fuerza central de centro-izquierda y centro-derecha para contrarrestar los populismos de ambos extremos. El salto de pértiga está hecho: del PSF al partido de Macron. Y ahora puede venir el siguiente: de este a la posible candidatura a la alcaldía de Barcelona.

La nueva política, vemos, es esto. La vieja (del PSOE), también. Y la vieja (del PP), sin ser la del cuaderno azul, es todo menos rápida, efectiva y transparente. Esperaremos a la tanda de penaltis, pues.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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