Del telar al joyero
LAS JOYAS que diseña Monika Knutsson provienen de tiendas de antigüedades, rastros y mercadillos de Europa y EE UU. No porque esta artista sueca asentada en Nueva York las compre, sino porque allí consigue los delicados encajes vintage que le sirven de base para modelar sus pulseras, sortijas y demás creaciones. A partir de un concienzudo proceso de búsqueda, la artista selecciona los bordados más sutiles y, tras darles la forma deseada, laca cada tela para endurecerla y cubrirla de plata u oro. El resultado, tan elegante como original, ha convencido a personalidades tan exigentes como Beyoncé, que posee unos pendientes y un brazalete de la marca, cuyos precios oscilan entre los 150 y los 800 euros aproximadamente. A colección por temporada, Knutsson trabaja actualmente con los encajes que elaboraba la modista cubana Carmen Fiol, fallecida en 2016, y cuya familia ha dado su beneplácito a la artista.
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