“Si quieres una dieta que funcione, elige una para toda tu vida”
Este cocinero y bioquímico carga contra los mitos nutricionales y alerta de la impunidad de los charlatanes en las redes sociales
Decir que el aceite de coco cura el cáncer es delito en países como Reino Unido. Ninguna empresa en su sano juicio lo haría si no quiere exponerse a un proceso judicial de dudoso efecto publicitario. Lo que sí puede hacer es conseguir que alguien —a ser posible famoso— alabe las supuestas propiedades anticarcinogénicas, antibióticas y antiinflamatorias de este producto a través de las redes sociales y que el mensaje se extienda como un incendio. Ninguna de esas propiedades medicinales ha sido suficientemente probada, pero siempre habrá gente deseando creerlas y esta opción es totalmente legal, recuerda Anthony Warren, que acaba de publicar El Chef Cabreado. Mala Ciencia. Toda la verdad sobre las dietas milagrosas (Ariel).
Licenciado en bioquímica por la Universidad de Mánchester, Warren trabaja como chef y consultor de empresas alimentarias como Symrise. En 2015 comenzó a contrastar en su blog el tipo de pruebas que hay detrás de la fiebre por el aceite de coco, la dieta detox, la paleolítica o los suplementos de antioxidantes, entre otros. En esta entrevista habla de los mitos sobre alimentos supuestamente milagrosos y reflexiona por qué los humanos tendemos a creer en estos relatos, dejando de lado la racionalidad.
Pregunta. En su libro critica a personajes famosos que defienden dietas milagrosas y denuncia sus conexiones con la industria alimentaria
Respuesta. No creo en teorías de la conspiración, pero la industria está involucrada. El aceite de coco es un ejemplo. Hace años se le denigraba por ser una de las fuentes más concentradas de grasas saturadas. Ahora el aceite de coco virgen extra se ha convertido en un producto milagroso. Hay gente recomendando tomar una cucharada al día, lo que es absurdo desde el punto de vista nutricional si lo que quieres es perder peso. Si miras en la etiqueta no dice nada sobre pérdida de peso o beneficios para la salud, eso solo existe en Internet. Las opiniones expresadas en las redes sociales no son consideradas un anuncio y así es como se difunden estos mensajes. No puedes anunciar que esto te ayuda a perder peso, porque es mentira, pero en las redes sociales sí, y tú mensaje se difunde mucho más si eres un famoso. No sé cuánto dinero ganan por ello, supongo que ellos mismos leen todo eso en Internet, se lo creen y lo empiezan a contar a sus seguidores. Ha llegado el momento de hacer algo al respecto. Si a alguien le pagan por ser embajador de una marca y hacen declaraciones como estas, para mí es una forma de publicidad, aunque en la ley no lo sea.
Muchas de las decisiones que tomamos sobre alimentación son instintivas
P. ¿Debería perseguirse?
R. Es muy difícil de regular. En Reino Unido tenemos la ley del cáncer. Nadie bajo ningún concepto puede decir que algo puede tratar, curar o prevenir el cáncer. Hacer algo así en los medios de comunicación es un delito. Pero en Internet existe. Tenemos regulaciones sobre publicidad a nivel europeo, que se aplican a productos y es similar para libros, medios de comunicación, etc, pero Internet es tan enorme que es imposible de regular. Siempre va a haber blogs estúpidos, pero creo que deberíamos trabajar más en este campo.
P. ¿Por qué creemos en las dietas milagrosas?
R. Cuando buscas en Internet obtienes tanta información que es imposible analizarla toda, así que tomas atajos. Te basas en tu intuición y dices: “esto suena bien, esto suena razonable”, o aceptas la información que viene de gente en la que confías. Si no tomáramos esos atajos nos volveríamos locos. Por eso muchas de las decisiones que tomamos sobre alimentación son instintivas, no racionales ni basadas en pruebas. Simplemente nos suenan bien y eso nos puede causar problemas, porque hay gente que explota nuestra tendencia a decidir de forma instintiva para sacar dinero.
P. ¿El origen del fenómeno está en Internet?
R. En Internet y la manera en que funciona. Los buscadores se han vuelto muy específicos y te dan unos resultados dependiendo de tus gustos y de la información que tienen sobre ti y tus búsquedas anteriores. Eso hace que cada persona se encierre en su propia burbuja hecha del tipo de cosas que le gusta creer y ni una información que las cuestione.
P. ¿Nuestro cerebro está programado para caer en estas trampas?
R. Los humanos no llevamos bien la incertidumbre. Pero la ciencia de la nutrición es muy complicada y está llena de incertidumbre. Cuando la ciencia no no nos da certeza, acabamos fiándonos de propuestas sin base. Los matices de la nutrición al final aportan una imagen bastante aburrida, no pueden decirte qué dieta hará que no desarrolles cáncer o te permitirá tener abdominales perfectos.
Tenemos tendencia a ver la comida como si fuera medicina y eso le hace un flaco favor porque es mucho más que eso
Warner hace este retrato robot del tipo de personas que difunden dietas milagrosas. “Llevaba yo una vida que ni te imaginas de glamurosa gracias a mi profesión INSERTAR AQUÍ NOMBRE DE PROFESIÓN GLAMUROSA, siempre a cien por hora. Comía cualquier cosa y no me preocupaba mi alimentación. Mi salud empezó a resentirse. Solo cuando empecé a controlar lo que me metía en la boca mejoró mi salud. Empecé a hacer INSERTAR AQUÍ NOMBRE DE DIETA INVENTADA, y mi vida cambió por completo. Mis amigos no paraban de pedirme que les diera mis recetas, y así nació este blog”, escribe Warren. “Si algo encaja en este plantilla, mucho ojo”, añade.
P. ¿Por qué funciona tanto este formato?
R. Todo el mundo come, así que todo el mundo se convierte en experto. La experiencia personal es siempre más potente que una revisión sistemática de estudios.. Tenemos la tendencia de ver la comida como si fuera medicina y eso le hace un flaco favor porque es mucho más que eso. Por suerte ahora puedes rastrear la información falsa hasta su fuente. Lo que estamos viendo ahora con las noticias falsas lleva sucediendo en la alimentación durante años.
P. ¿Qué le diría a cualquiera que se plantee seguir estas dietas?
R. Les recomendaría que no lo hicieran, claro. Pero no me gusta decirle a la gente lo que tiene que comer. Lo más importante que hay que saber sobre cualquier dieta es que, si quieres que funcione, la tienes que seguir toda la vida. No comiences una dieta que no puedes soportar, ni te molestes. Encuentra la mejor para ti, una que tenga sentido y que sea variada y que te dé placer.
P. Uno de los argumentos frecuentes es idealizar el pasado, volver a lo que comían nuestros bisabuelos o incluso los humanos prehistóricos ¿Tiene sentido?
R. Probablemente en tiempos de tu abuela o bisabuela no había comida refrigerada, con lo que su acceso a alimentos frescos era mucho menor. En las ciudades de la época victoriana mucha menos gente tenía cocina. Había muchas más intoxicaciones alimentarias e infecciones gástricas y la gente llegaba a morir de ello. Tenemos una tendencia a idealizar el pasado. Y se ve en todas las facetas de la vida. Mira por ejemplo, el “make America great again [Que América vuelva a ser grande, el eslogan de Donald Trump]”, o el take our country back [recuperemos nuestro país] durante el Bréxit, ¿a recuperarlo de quién exactamente?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.