Saltarse la norma de la heteronormatividad se paga caro. Siempre hay alguien que te dice que seas como el resto, como si la orientación sexual fuera intercambiable.
Ser heterosexual es lo más fácil del mundo. Cualquier sociedad está capacitada y formada para recibir a parejas heterosexuales. Lo complicado es tolerar la diversidad sexual. Ser homosexual es delito en 72 países y en ocho se castiga con la pena de muerte. Los grupos ultra conservadores hablan de la homosexualidad como si pudiera aprenderse o contagiarse, pasándose por el arco del triunfo todas las demostraciones de que están equivocados. Las orientaciones sexuales no son como los cromos, no son intercambiables. Tanta ignorancia no sería peligrosa si este discurso no alentara al rechazo de lo que no sea heteronormativo. La homofobia, mata.
Gabriel J. Martín, psicólogo afirmativo que trabaja con homosexuales, persona con genitales intersexuales y activista LGTBI, pasó por un momento sexual personal e intransferible. Su vida es en sí toda una odisea. Y se ha reconstruido con el empeño de construir una sociedad orgullosa de todas sus sexualidades. Gabriel trabaja en el Intitut d'Estudis de la sexualitat i la parella de Barcelona con hombres homosexuales que no aceptan su orientación sexual. Quiérete mucho, maricón, su libro, es todo un manual infinitamente recomendable para todos, incluso para los que se creen tan listos desde sus otras orientaciones sexuales no homosexuales. Gabriel J. Martin distingue entre orientación sexual y capacidad para disfrutar del placer en compañía de otra persona. "La orientación sexual es afectiva, es la tendencia a enamorarnos de personas de uno, otro o ambos sexos. Esto sin necesidad siquiera de tener sexo. Puedes no haber follado jamás y saber que eres homosexual porque tu tendencia sexoafectiva te lleva a ese punto. La capacidad para disfrutar del sexo es mucho más amplia. El ser humano está capacitado para tener sexo con todo, hasta con cabras, pero eso no lo convierte en cabrasexual sino que corrobora que es un animal sexual". La orientación sexual no se cambia. Ni se aprende. "La homosexualidad no cumple las leyes del aprendizaje, no cumple que cuando tú castigas al homosexual por serlo, este deja de enamorarse de los de su mismo sexo, así que nadie aprende a ser homosexual". Todos aquellos que crean que dejarán de ser homosexuales con el tratamiento adecuado sepan que la OMS ya ha rebatido el argumento y los que crean que las mariconadas se imitan o se contagian, mala suerte, compañeros. El que tiene pluma tiene la suerte de manifestar algo que traía de serie. Reclamemos la justa y necesaria educación sexual para combatir todas las fobias sexuales. Reclamémosla, como ciudadanos.
Con los años evolucionamos sexualmente, lo cual no implica que cambiemos nuestra orientación sexual. No es cierto que alguien sea heterosexual y que en un determinado momento cambie a homosexual. "La homosexualidad es una conducta que no recibe ningún premio. No pensemos en la España del siglo XXI, pensemos en la España de los años cuarenta, o en la Mauritania actual donde condenan a muerte. La homosexualidad no recibe ningún premio y no desaparece; normalmente se refuerza. Tampoco se aprende o desaprende y no la imitas. En Arabia Saudí, no hay de quién imitarla y hay homosexuales. Más del 90 % de los hijos criados por homosexuales son heterosexuales. Ni teniendo el modelo en casa, se contagian del mariconeo," afirma Gabriel J. Martín.
Informarse implica conocer a otras personas con tu misma orientación sexual. Y cada uno de ellos tendrá su propia sexualidad dentro de ese cajón que compartimos con otros. Yo soy bisexual y muchos de los que están leyendo esto, también, pero cada uno de nosotros hará lo que estime conveniente en su cama. Crecimos con el sentimiento de culpa. El discurso de Javier Calvo al recoger el Premio Feroz por La Llamada se ha convertido en viral; lo hemos visto todos. Y ese discurso ha llegado también a todas esas personas que se niegan a aprender que la diversidad sexual existe, pero que no se cambia de orientación sexual. Respetaremos todas las opciones que puedan darse porque no nos meteremos en las camas de los demás. Y, con las leyes en la mano, evitaremos que se metan en la nuestra. Evolucioné sexualmente el día que me permití tener sexo con mujeres, porque desearlas, ya lo hacía. Mi orientación sexual no cambió, bisexual ya lo era. Simplemente me permití el inmenso lujo de salir de mi armario. La orientación sexual no es intercambiable. Los demás componentes del jaleo de cama, sí. Desde las sábanas hasta los juguetes sexuales con los que forniques.
Así que aprovecha.
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