Polisemia genital
Más de un 1% de la población es intersexual
La I de FLGTBI aglutina a hombres y mujeres cuyos órganos genitales no son tan evidentes. Bienvenidos a la obra de ingeniería genética que supone la intersexualidad.
El tipo de la fotografía se llama Gabriel J. Martín. Nació hace casi 46 años en San Fernando, Cádiz. Es un pedazo de tiarrón, barba y pelo en pecho a quien sus padres llamaron Patricia. Patricia fue siempre una niña especial. No le gustaban las muñecas, no quería vestir faldas y soñaba con que le regalaran unos calzoncillos. A cualquiera que se le empiece contando esto puede pensar que este tiarrón es un hombre transexual. Pero no. Patricia no era un niño con vulva. Gabriel es un hombre con genitales intersexuales.
Gabriel José es un hombre tranquilo, con mucho sentido del humor capaz de bromear sobre su micropene. En la exploración visual efectuada por el médico, confundieron su pene con un clítoris. Genéticamente un cromosoma mutó revirtiendo en que los genitales externos quedaran subvirilizados. No se completaron externamente. Sus genitales internos son bastante estándar. En las demás exploraciones no encontraron ningún otro rasgo intersexual en el resto de órganos de su cuerpo. Su intersexualidad es genital.
Gabriel José se operó a los 19, 20 y 21 años. Le extirparon los testículos porque los tenía alojados en la zona inguinal y, según los protocolos médicos de aquella época, corría el riesgo de que terminara convirtiéndose en un tumor, algo que ahora mismo no siempre se contempla. Posteriormente le reconstruyeron un tramo de la uretra y unos pliegues que sujetaban su pene por la base. Estos pliegues hubieran sido un escroto con la virilización, pero al mutar, quedaron como unos labios vaginales que curvaban su pene. "Me operaron para facilitar la funcionalidad del pene; mis erecciones no eran completas".
Su reconstrucción también fue por dentro. Asumir su identidad sexual le permitió aceptarse, quererse y seguir adelante. Entender quién era lo animó a estudiar psicología y en la actualidad trabaja en Institut D'Estudis de la sexualitat i la pareja, en Barcelona. La identidad de Gabriel José es un hombre con genitales intersexuales, su orientación sexual homosexual. "Soy dos minorías en una misma persona. El día que den subvenciones por esto, me forro." Gabriel José atiende a hombres homosexuales con la moral machacada. Su libro Quiérete mucho, maricón, se presenta como manual de éxito psicoemocional para hombres homosexuales.
Francisco de Asís y Borbón habría agradecido mucho leer este libro. El rey consorte de Isabel II también nació con genitales masculinos intersexuales y era homosexual. En Madrid lo llamaban La Paquita y lo incluían en las letras de las coplas:"Gran problema es en la corte/ Averiguar si el consorte/Cuando acude al escusado/Mea de pie o mea sentado"
El rey consorte orinaba sentado para no salpicarse, lo mismo que Gabriel José. El meato urinario, en vez de estar en la punta del pene, aparece a lo largo de él o entre el escroto y el pene. En su caso le ofrecieron operarse el hipospadias, que es como se llama esta anomalía; se negó: "Rechacé esta cirugía porque me parecía absurda. La mayoría de los médicos que me han tratado han sido exquisitos y cuidadosos con lo que me han propuesto; les estoy inmensamente agradecido porque me han ayudado a tener más calidad de vida. Pero un cirujano de Málaga me aseguraba que mi autoestima iba a mejorar infinitamente si yo conseguía mear de pie. El quería operarme el hipospadias con casi 34 años. Me pareció absolutamente ridículo que alguien me vendiera que mi autoestima dependía de la postura en la que yo iba a mear y nunca volví por su consulta (y eso que es un cirujano bastante reputado en el sector). Luego he tenido unos cuantos novios que, teniendo genitales totalmente estándares, mean sentados porque es mucho más cómodo y es bueno para la próstata... Para que te fíes de algunos cirujanos."
La intersexualidad es pura ingeniería genética. El Dr. Saoud T. Swafiri genetista clínico de los hospitales Infanta Elena, Rey Juan Carlos, Hospital de Villalba y la Fundación Jiménez Díaz explica el desarrollo embrionario de los genitales externos: "Bajo la influencia de la testosterona producida por el testículo, se comienzan a desarrollar los genitales externos durante la décima semana del embarazo. En el tercer trimestre, crece el pene y descienden los testículos. Cuando no hay testosterona, los tejidos rudimentarios se convierten en el clítoris y en los labios (pene y bolsa escrotal en el caso de los niños). La etapa de diferenciación del aparato urinario y genital masculino se lleva a cabo en las semanas 9 a 16, la del urogenital femenino en las semanas 11 a la 15"
Los genitales ambiguos ocurren cuando hay insuficiente masculinización de un varón o por virilización de una mujer. Hay genitales ambiguos en bebés genéticamente femeninos (XX) y genitales ambiguos en bebés genéticamente masculinos (XY) "Por lo menos unos treinta genes distintos intervienen en la regulación de los distintos procesos necesarios para la determinación y diferenciación sexual", explica el Dr. Saoud T. Swafiri.
GENÉTICA INTERSEXUAL:
1.- INTERSEXUALIDAD GONADAL COMPLETA
-Presencia de tejido ovárico y testicular en la misma persona
- Los genitales puedes ser ambiguos o tener apariencia masculina o femenina.
2.- INTERSEXUALIDAD 46, XX
- Dos cromosomas XX.
- Ovarios
- Apariencia genital externa con apariencia masculina.
- Labios mayores fusionados
- Clítoris agrandado con apariencia de pene.
-Generalmente tienen útero y trompas de falopio normales.
3.- INTERSEXUALIDAD 46, XY
-Un cromosoma X y otro Y
- Pueden nacer con genitales ambiguos o claramente femeninos.
- Internamente los testículos puedes ser normales, pequeños o ausentes.
4.- INTERSEXUALIDAD COMPLEJA O INDETERMINADA.
- Sexo cromosómico distinto a las combinaciones simples 46 XX o 46 XY
-Tienen un cromosoma adicional, sea un X o un Y
En el año 2013, Alemania incluyó el 'tercer género' para recibir en el registro a los recién nacidos intersexuales, pero hubo asociaciones que se opusieron tajantemente. Consideraron que esto estigmatizaría a los bebés intersexuales.
La visibilidad de los intersexuales ha comenzado. Y eso es motivo de orgullo.
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