Hay que mirar más a las mujeres
Un repaso por algunas de las artistas que coparán las exposiciones del 2018: desde Tarsila do Amaral en el MoMa a Julia Spínola en el CA2M
Ojalá este año, el pasado, haya marcado un punto de inflexión con respecto al papel que juegan las mujeres en la sociedad. Ojalá. Mientras esto se hace totalmente efectivo, habrá que seguir poniendo el foco y dirigiendo la mirada hacia ellas: tanto reseñando cuando son invisibilizadas o silenciadas como señalando cuando están ahí para que se miren más, se conozcan más y, de una vez por todas, desaparezcan las desigualdades.
Una figura que parece haber pasado desapercibida en los resúmenes culturales del año es Maria Balshaw, primera directora del conglomerado Tate. Ahora se cumple un año desde que se anunció que sustituiría a Nicholas Serota, quien estuvo al mando de las galerías durante casi tres décadas. El pasado junio, Balshaw se puso al frente de la Tate Britain, la Tate Liverpool, la Tate St. Ives y la Tate Modern, este último —el museo de arte contemporáneo con más visitas, unas cinco millones anuales— también liderado por una mujer desde hace dos años, Frances Morris. Un significativo hecho que añadir al año que acabamos de despedir.
MoMA: Carole Schneemann, Louise Bourgeois, Tania Bruguera y Tarsila do Amaral
Dos ya clásicas han protagonizado el final de 2017 y están abriendo el año en el MoMA: Carolee Schneemann (Fox Chase, Pensilvania, 1939), galardonada en el la última Bienal de Venecia con el León de Oro a su trayectoria: una carrera que supera el medio siglo y de la que se puede ver una retrospectiva en el museo neoyorquino. Esta pionera en la performance, en el uso y la liberación del cuerpo de la mujer, le otorga una subjetividad femenina al arte de la que antes carecía. Schneemann identificó clara y directamente el maltrato y el desprecio a la mujer como un asunto universal de derechos humanos. Vecina de exposición es Louise Bourgeois (París, 1911 - Nueva York, 2010) un retrato íntimo —mucho más que en otros casos, si cabe— de las angustias, dolores o terrores de la artista a través de sus bocetos, dibujos, grabados, textiles... La esencia de su creación.
Ellas darán paso a dos mujeres latinoamericanas. La instalación Sin título (Habana, 2000), de la cubana Tania Bruguera (La Habana, 1968), es un trabajo censurado por el Gobierno de su país y muestra la difícil relación de la artista con las autoridades de la isla; y la primera exposición en Estados Unidos de la gran artista brasileña Tarsila do Amaral (Capivari, 1886 - São Paulo, 1973), que se centra en su obra de la década de los veinte, cuando ya conocía las vanguardias europeas, y sigue sus viajes entre Francia y Brasil, mostrando su característico estilo de líneas sintéticas, volúmenes sensuales y colores ricos.
Malba: Irene Kopelman y Sara Facio
Al sur del continente, en Argentina, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) tiene programadas dos exposiciones con nombre de mujer para la primavera: el de Irene Kopelman (Córdoba, 1974), Puntos cardinales, será la primera exposición en su país de esta artista afincada en Ámsterdam, un proyecto en proceso —esta es la fase que más le interesa— que surge de diferentes expediciones con biólogos, geólogos y expertos en otras disciplinas. Y Sara Facio (San Isidro, 1932) será la protagonista de la otra muestra, ella y los retratados por esa consagrada fotógrafa durante un periodo muy concreto de la historia de Argentina: entre 1972 y 1974, de ahí que la exposición se titule Perón, ya que las imágenes son la mirada fotoperiodística que Facio puso sobre este Gobierno.
Royal Academy: Tacita Dean
Menos documental y más estética es Landscape, la exposición que la Royal Academy de Londres le dedicará en verano a las fotografías de Tacita Dean (Canterbury, 1965). Esta creadora multidisciplinar hereda con estas imágenes la tradición artística británica de Constable y Turner. Es una colección íntima: con objetos naturales encontrados, paisajes en tiza, un dibujo de pizarra...
Jeu de Paume: Ana Mendieta, Dorothea Lange y Susan Meiselas
Dos fotógrafas y una artista latinoamericana llegarán a París, al Jeu de Paume. En octubre, Ana Mendieta, muestra que lleva el nombre de esta creadora cubana que murió en 1985, cuando solo tenía 36 años, al caer por la ventana de su apartamento neoyorkino tras una discusión con su marido, el también artista Carl Andre. Este fue juzgado por violencia machista (en términos actuales), pero acabó absuelto. El fallo es hoy todavía cuestionado, existen movimientos que piden justicia y que se preguntan ¿dónde está Ana Mendieta?, algo que en estos tiempos de redes sociales bien podría ser un hashtag. El Jeu de Paume reúne una veintena de películas y una selección de fotografías de esta artista, mujer, cubana, huida a Estados Unidos, las características apropiadas para haber sido invisibilizada y silenciada pero desde esa situación ella puso el foco de su obra en la oscuridad de la violencia, del erotismo, del sexo, del cuerpo femenino, del abuso de este...
A otros invisibles retrató Dorothea Lange (Nueva Jersey, 1895-San Francisco, 1965), la fotógrafa de la Gran Depresión. Algunas de sus imágenes, como Madre migrante, son iconos de la historia estadounidense. 130 instantáneas de esta fotoperiodista se mostrarán en este centro a partir de octubre. Antes, en febrero, el Jeu de Paume mostrará la obra de Susan Meiselas (Baltimore, 1948), una colega actual de Lange que ha retratado los conflictos latinoamericanos, distintas guerras, la violencia contra la mujer... Una luchadora por los derechos humanos a través del disparo de su cámara. Esta retrospectiva, Meditaciones, llega a París desde la barcelonesa Fundación Tàpies donde finaliza el próximo 14 de enero.
Entre Barcelona y Madrid: Gala, Doris Salcedo, Esther Ferrer, Beatriz González, Julia Spínola, Tamara Lempicka, Isadora Duncan
También en Barcelona, el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), le dedicará una muestra a Gala (Kazán, Rusia, 1894 - Portlligat, 1982), una figura sin la que no se comprenderían las carreras de muchos de los hombres que la rodearon, pero que ha quedado a la sombra de estos. En verano en la muestra Gala Dalí se explorará la vida de este mujer enigmática, artista de pleno derecho, ya que inició con su marido, Salvador Dalí, una cooperación por la que tienen la autoría compartida de algunas obras.
El madrileño Parque del Retiro este año va a ser de las mujeres, al menos los espacios expositivos que dependen del Museo Reina Sofía, ahora Doris Salcedo ocupa el Palacio de Cristal y Esther Ferrer, la Casa de Velázquez. Esta última dejará espacio a la colombiana Beatriz González (Bucaramanga, 1938), cuya obra se podrá ver a partir de marzo. A esta artista se la ha considerado una cronista de la historia reciente de su país. Su obra se inspira en los medios de masas y para ella es fundamental la idea de que el museo va más allá de la exhibición, es un lugar en el que generar diálogos entre las piezas y los espectadores, es un espacio de transmisión de conocimiento.
En la periferia de Madrid, en el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M), de Móstoles, se podrá ver a partir de febrero la escritura (la manera de crear) de Julia Spínola (Madrid, 1979). Forma sus obras sin una gramática, desafiando al lenguaje, juega con el azar, con el color. Y de vuelta al centro de la capital, ya en otoño se podrá disfrutar del París de los años veinte a través de la obra de Tamara Lempicka (Varsovia, 1898 – Cuernavaca, 1980) en el Palacio de Gaviria.
Y como baile final de estas propuestas el de Isadora Duncan (San Francisco, 1878 - Niza, 1927) en el Espacio Fundación Telefónica (Madrid) a partir de marzo. Esta bailarina marcará el eje de una exposición sobre las pioneras de la danza moderna. Ella apostó por la liberación del cuerpo femenino gracias a su visión de la danza, distante de la rigidez que predominaba hasta entonces.
Que las mujeres son protagonistas en las exposiciones lo sabe cualquiera que haya pasado un tiempo en un museo o en un centro de arte de esos que no gastan ni mucha pompa ni mucho turista. Son la mayoría de las visitantes, de las que trabajan allí, de las que estudian para hacerlo. Falta que eso se traslade a los encorbatados patronatos y directivos y que se haga más patente en las programaciones. Falta mucho.
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