La importancia de los pasajes

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“La movilidad no es tan solo una cuestión de transporte, sino que transciende a un tema social y cultural” – Mireille Apel Muller, directora del Institut pour la ville en mouvement (Instituto para la Ciudad en Movimiento).

A lo largo del tiempo, el desarrollo de las ciudades contemporáneas -heterogéneas y discontinuas-, han ido acompañadas de muchas barreras arquitectónicas que han transformado el recorrido en un obstáculo permanente. A raíz de la construcción de grandes proyectos urbanos, principalmente de infraestructuras y de grandes operaciones de ordenamiento urbano, la ciudad ha sufrido procesos de fragmentación y segregación generando a la vez, el enclave de muchos de sus barrios.

Desde 2014, el Instituto para la Ciudad en Movimiento -creado en el año 2000 para estudiar detalladamente los espacios de la movilidad e inter-modalidad-, abrió un programa internacional llamado ‘Passages’, dirigido al estudio meticuloso de los pasajes desde la premisa de ser considerados como eslabones esenciales de nuestros desplazamientos urbanos. Un extensivo trabajo de investigación, eventos científicos, culturales y artísticos ayudaron a recopilar toda la información necesaria para poder entender cómo funcionan, cómo se entienden y qué papel juegan los pasajes en nuestras ciudades.

Generalmente, los pasajes se visualizan como ‘espacios de paso’ que, a lo largo del tiempo, han ido variando y adaptándose al territorio tanto en sus funciones como formas. En muchos casos, los pasajes sirven como una vía alternativa para llegar más rápido a un lugar así como para superar obstáculos (cruzar las barreras causadas por grandes autovías, vías de ferrocarril, carriles preferenciales…). Pero también hay pasajes que sirven para socializar, poniendo en consideración la calidad urbana de pequeños lugares que son apropiados por una multitud de individuos (lugareños, comerciantes, transeúntes…).

Así es como desde el Instituto para la Ciudad en Movimiento, se definen tres condiciones esenciales de pasaje: la funcional, la de transición y la de apropiación. La primera sería equivalente al atajo, la segunda la que implica la conexión o desconexión entre espacios divididos, y la tercera la consistente en la comprensión del espacio ocupado tanto por los transeúntes como de los que lo habitan.

De hecho, el pasaje en sí no deja de ser un espacio público y se puede clasificar de todas formas posibles, tal y como lo mencionó Michel Foucault. Así, se pueden identificar un sinfín de pasajes como el negociado, el natural, el privado, el pasaje-evento, el considerado como frontera, el cohabitado, el simbólico, el efímero, el parisino, el aumentado, el pasaje ciego, el clandestino…Todos ellos, teniendo en común la condición de ser un elemento indispensable para el funcionamiento de la ciudad.

En la actualidad, la arquitectura utiliza cada uno de estos pasajes como nexos entre la pequeña y la gran escala para facilitar la movilidad de los ciudadanos; son muchos los pasajes que tienden a caer en desuso, en el abandono o simplemente son tratados como no-lugares. Y precisamente, es necesaria su apertura y reconocimiento para poder construir mejores ciudades.

La apertura de los pasajes significaría aumentar el derecho a la ciudad (véase el manifiesto de passages) ya que esta debe estar preparada para ser más eficaz, cohesionada, saludable, común e intermodal. Esta apertura, bien puede hacerse desde la vertiente espacial, histórica y temporal como estudiando la vertiente sensible del pasaje, teniendo en cuenta su orientación, textura, sus sonidos y olores…

El valor de la calle y el passage como espacio público refuerza el interés por elaborar nuevas rutas y recorridos como formas dinámicas, opuestas al valor estático de la cartografía del lugar. El pasaje se va construyendo a través de la interpretación del territorio, de la percepción del tiempo, de la renovación del mismo espacio, de los límites de la realidad y del propio accionar.

Para aquellos interesados en conocer más sobre los pasajes del mundo, Barcelona acoge la exposición “Passages, espacios de transición para la ciudad del siglo XXI”, abierta del 10 de noviembre al 17 de diciembre de 2017 en el Museo de Historia de Barcelona (MUHBA) Oliva Artés, que ha sido posible con el apoyo tanto del ayuntamiento de la ciudad, el Área metropolitana de Barcelona y la Escuela de Arquitectura del Vallès.