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Coordinado por Gonzalo Fanjul y Patricia Páez

Conflictos olvidados

La responsabilidad de que estos conflictos no mueran de desatención está en manos de todas y todos

 Houley Abdoulaye Bá alimentando su hijo con coucous y leche en la comunidad de Diawoud, Mauritania.
Houley Abdoulaye Bá alimentando su hijo con coucous y leche en la comunidad de Diawoud, Mauritania.Pablo Tosco / Intermón Oxfam

Los conflictos olvidados son lo que su nombre indica. En realidad para alguien que no ha trabajado nunca en temas de desarrollo, conflictos olvidados debe sonar a nada, como suele de hecho pasar con todas las palabrejas y expresiones de este sectario sector. Para los que hemos trabajado intentando ayudar a los más vulnerables en otras partes del mundo, los conflictos olvidados son la peor pesadilla.

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Llamamos conflictos olvidados a guerras o situaciones de falta de paz que se prolongan en el tiempo y dejan de tener interés mediático. Aunque en realidad eso era antes, ahora hay conflictos que directamente están olvidados nada más comenzar.

Los conflictos olvidados más famosos están situados en África. Algunos ejemplos, dentro de las varias decenas de conflictos reportados, son Libia, Sudán, Nigeria, República Centroafricana, Burundi o Somalia. El hecho de que estén olvidados hace que solo les importe el conflicto a los que lo sufren y, en general, están en una situación de indefensión máxima.

Con el tema de estos conflictos que no salen en los medios siempre es huevo o gallina: no interesa a la opinión pública porque no salen en los medios o los medios no lo sacan porque no interesan a la opinión pública. Yo todavía no he conseguido resolver ese nudo gordiano. Pero, tras mucha reflexión, llegué a la conclusión de que no importa, porque la pregunta adecuada es si se debe permitir que estos conflictos queden en el olvido. Y mi respuesta es no.

La responsabilidad de que estos conflictos no mueran de desatención está en manos de todas las personas que tenemos relación con la información. En primer lugar, los lectores. Los consumidores de información deberíamos dedicarle algo de tiempo de vez en cuando a informarnos sobre lo que pasa en estos sitios. Si usamos redes sociales podemos seleccionar espacios en los que se habla del tema e investigar más sobre ellos. También hay publicaciones especializadas como nuestra madre, la sección Planeta Futuro de El País. Y otras como 5W, exquisita muestra del mejor periodismo internacional, en la que pero el contenido vale lo que pagas.

También son responsables los medios, que olvidan cual es su misión. Es cierto que muchos medios han tenido que dejar de hacer coberturas internacionales por falta de recursos para obtener las calidades mínimas, pero también es cierto que la guerra de las audiencias convierte el periodismo generalista en espectáculo y hace pasar el espectáculo por periodismo. Aquí la profesión tendrá que ver dónde quiere acabar.

Los proveedores de contenidos también son responsables de la falta de penetración de sus noticias. Estos proveedores son las personas que informan desde terrenos, en general las oenegés. En muchos casos priorizan su comunicación corporativa a la información sobre los países en los que trabajan y usan los conflictos como una herramienta para generar sensibilización y socios. Hay algunas organizaciones que están planteando alternativas como Oxfam a través de su brillante concepto de periodismo comprometido en él colaboran con los medios y los periodistas para mejorar los contenidos en un programa que lleva ya en marcha más de 5 años. Pero sin ser tan ambiciosos también se pueden hacer cosas concretas como el precioso especial de ACNUR en eldiario.es sobre precisamente los conflictos olvidados donde el proveedor de contenidos se une al periodista incluyendo además una bella narración que se acerca al lector.

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