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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado
Ecología

¿Los bonos verdes pueden potenciar ciudades verdes en el Sur global?

Las urbes del Sur se enfrentan a muchas trabas aún en la economía de enfoque ecointegrador

Motoristas se cubren el rostro para protegerse de la contaminación en Nueva Delhi (India), una de las ciudades más pobladas del mundo y la capital de país más contaminada del planeta, según la OMS.
Motoristas se cubren el rostro para protegerse de la contaminación en Nueva Delhi (India), una de las ciudades más pobladas del mundo y la capital de país más contaminada del planeta, según la OMS. RAJAT GUPTA (EFE)
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Se calcula que la población urbana mundial, que actualmente ronda los 3.900 millones, aumentará hasta 6.300 millones para 2050. Asia es el continente con mayor población urbana, seguido de Europa, América Latina y el Caribe. Sin embargo, tal como apunta el Informe de Perspectivas Mundiales de Urbanismo de la ONU, en las próximas cuatro décadas, África y Asia experimentarán un marcado aumento en sus poblaciones urbanas. Se estima que a mediados del siglo XXI, la población urbana de África se triplique y la de Asia aumente en un 61%, es decir que cerca del 90% del incremento de la población urbana del mundo se llevará a cabo en estas regiones.

África y Asia afrontan una amenaza constatada a causa del cambio climático, de los que ya hemos hablado en Seres Urbanos. Uno de los principales motivos de los desastres naturales en las economías más empobrecidas es que la falta de ingresos hace muy difícil la inversión en infraestructuras capaces de adaptarse para conseguir ciudades y sociedades más resilientes. 

Para poder dar solución al tema, la economía verde se está postulando como una medida para ayudar a los Gobiernos a afrontar el cambio climático y el actual déficit de financiamiento en infraestructuras. Se trata de invertir en iniciativas que generan beneficios ambientales, un desarrollo inclusivo, resiliente y sostenible. Un ejemplo de ellos son los bonos verdes, un instrumento con crecimiento exponencial que consiste en emisiones de deuda, de entidades públicas o privadas, que invierten en parques eólicos o paneles solares, gestión de bosques, cuencas hidrográficas o infraestructuras que eviten los daños provocados por las inundaciones...

Estos bonos se están haciendo tan populares que, recientemente, la agencia de calificación Moody’s ha previsto un año récord en su emisión, y augura que se rebasarán los 103.000 millones de euros al final del actual ejercicio.

A pesar de todo, las ciudades en el Sur global parecen no estar en el punto de mira de esta tendencia. La capacidad de acceder a los mercados es una condición previa para emitir bonos verdes, y las economías con menor rendimiento juegan en desventaja, de nuevo, en esta liga. Según un reciente artículo de Citymetric, en África subsahariana, solo Johannesburgo y Ciudad del Cabo han emitido con éxito un bono verde municipal. Tal como lo explica Katharina Neureiter, autora de esta pieza, hay tres motivos básicos por los que se da esta situación: 

  1. Unos marcos regulatorios inadecuados: Muchos países de bajos y medianos ingresos carecen de un marco regulatorio transparente y sólido para la inversión que genera desconfianza por parte de los inversores. Además, la política y leyes municipales deben hacer posible que los gobiernos locales pidan prestamos y movilicen recursos para pagar el crédito, y en muchos países en vías de desarrollo, las leyes municipales no permiten o limitan el endeudamiento.
  2. Las reglas del mercado financiero global no son favorables a los inversores del Sur. Las grandes instituciones, fondos de pensiones y bancos comerciales del Norte, están guiados por estrictas reglas fiduciarias. Esto hace que la mayoría solo pueda invertir en activos llamados Grado de Inversión por las tres grandes agencias de calificación crediticia (Standard & Poor, Moody's y Fitch). La calificación B+ a Kenia de Standard & Poor's, por ejemplo, coloca al país en el grupo "altamente especulativo". Esto por defecto impide que la mayoría de los inversores institucionales desplieguen capital allí. Según remarca la autora, bien poco pueden hacer Nairobi o cualquier otro municipio keniano al respecto.
  3. La falta de proyectos y habilidades financiables. Las ciudades deben identificar proyectos bancarios sostenibles y solventes como parte de sus planes de inversión de capital.

Una vez más, la economía global impone sus normas. Está en manos de los gobiernos locales y municipales adaptarse o iniciar otras rutas de desarrollo y resiliencia posibles. ¿Dará China un nuevo impulso a estas dinámicas en el resto del continente asiático o en África? De momento, China, junto a otros países emergentes, ya se ha sumado al mercado mundial de los bonos verdes.

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