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Hambre de soluciones en el Pacífico

Los Estados insulares reiteran su petición de auxilio contra el cambio climático o la pesca ilegal

Kelan Sing, un pescador de una isla de Vanuatu, con un teléfono móvil que le permite pedir ayuda mientras faena.
Kelan Sing, un pescador de una isla de Vanuatu, con un teléfono móvil que le permite pedir ayuda mientras faena.Tom Perry (Banco Mundial)
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"No creo que haga ningún daño repetirlo una y otra vez hasta que el resto del mundo lo entienda", decía este sábado en Roma William Sio, ministro para los Pueblos del Pacífico de Nueva Zelanda. "La situación en la región del Pacífico es muy grave", añadía. Los efectos del cambio climático (subida del nivel del mar, falta de lluvia, eventos meteorológicos extremos), sumados a los condicionantes propios y a fenómenos como la pesca ilegal, complican mucho la alimentación en los Estados insulares del Pacífico, sobre todo en los más pequeños.

Reunidos en la sede de la FAO (la agencia de la ONU para la alimentación) en la capital italiana, los líderes de países como Papúa Nueva Guinea, Vanuatu, Samoa o Micronesia —también los de Australia o Nueva Zelanda— han vuelto a pedir apoyo para afrontar estos retos que, en ocasiones, amenazan con hundirles literalmente. "Sus países no han provocado el cambio climático, y sin embargo, son de los que más sufren sus consecuencias", apuntaba el anfitrión, el director general de la organización, José Graziano da Silva.

Esa crecida del mar a consecuencia del calentamiento global, que puede engullir a naciones como Kiribati, también contamina fuentes de agua dulce, como alertaba Hilda Hein, la presidenta de Islas Marshall, un Estado que abarca más de un millón de kilómetros cuadrados de area oceánica, y apenas 176 de superficie terrestre.

Una falta de espacio y tierras que dificulta mucho la producción agrícola, que suele ser "pequeña pero esencial", como decía Hein. Eso obliga a casi todos estos países a importar gran parte de la comida que consumen, lo que deriva en problemas importantes de obesidad, diabetes y otras dolencias relacionadas. "Con alimentos más baratos, grasientos y poco saludables entramos en un círculo vicioso de problemas de salud", coincidía Sio. Graziano, por su parte, ofreció a los países ayuda técnica por parte de la FAO para promover dietas más sanas y promocionar los productos locales.

Colin Tukuitonga, director general de la Comunidad del Pacífico (la principal organización regional de desarrollo), recordó que ya hay países de la zona en los que la esperanza de vida al nacer está descendiendo. Y también destacó los esfuerzos contra esta lacra en forma de impuestos a las bebidas azucaradas y otras medidas. "La región del Pacífico está liderando, y debe servir de ejemplo", opinó.

El mar —pesca, derechos sobre la misma, turismo, puertos...— es el motor de muchas de estas economías, además de otra fuente de alimento. Por tanto su degradación preocupa, y mucho. También la  explotación descontrolada de sus recursos pesqueros. Por eso Graziano urgió a los países que aún no lo han hecho a unirse al Acuerdo de Medidas del Estado Rector del Puerto que busca cerrar los puertos de todo el mundo a las capturas ilegales.

A esto le contestó James Movick, de la agencia pesquera del Foro de las Islas del Pacífico, argumentando que muchos de estos Estados tienen una capacidad muy limitada para establecer controles en los puertos. "Si asumimos obligaciones, deben ser obligaciones que podamos asumir", aseveró. El dirigente de la FAO reiteró su oferta de asistencia y respondió que, si bien la pesca ilegal puede no ser el mayor problema de la región, es necesaria su participación para proteger a los países que sí sufren sus peores efectos.

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