Atragantamiento en niños: cómo prevenirlo y qué hacer si se produce
La mayoría de los accidentes se producen comiendo o jugando. La supervisión adulta es fundamental
¿Qué podemos hacer para prevenir el atragantamiento?
Debemos tener en cuenta que la mayor parte de los atragantamientos se producen comiendo o jugando, momentos en los que debemos prestar una especial atención.
En relación con la alimentación podemos tomar algunas medidas preventivas:
- Evitar la ingesta de alimentos duros y de pequeño tamaño. Alimentos como los frutos secos u otros alimentos que contengan huesos de pequeño tamaño no deberían estar al alcance de los niños hasta los 4-5 años de vida o hasta estar seguros de que saben masticarlos perfectamente.
- Es importante que desde las primeras etapas enseñemos a los niños a masticar correctamente los distintos alimentos.
- Los niños deben ser siempre supervisados por un adulto mientras comen.
- Deben comer sentados. Comer mientras se está corriendo o jugando aumenta mucho el riesgo de accidente.
Sobre la alimentación, una de las preguntas más habituales en la consulta al iniciar la alimentación complementaria es sobre la técnica llamada Baby Led Weaning (BLW), en la que en vez de utilizar alimentos triturados, los niños comen alimentos enteros que el bebé coge con sus manos y se lleva a la boca. Es un método que parece tener algunas ventajas para el desarrollo, pero, como es lógico, también tiene mayor riesgo de atragantamiento, por lo que si pensáis utilizarlo, os recomiendo que os informéis muy bien previamente de la técnica y de los alimentos que se recomiendan. En este artículo de la pediatra Lucía Galán tenéis una buena aproximación al tema.
En lo referente a juguetes y otros momentos, también debemos seguir algunas recomendaciones:
- Nunca dejar al alcance de los niños juguetes con piezas pequeñas o que quepan totalmente en la boca, como pelotas pequeñas o canicas. ¡Mucho cuidado con los juguetes de niños más mayores que pueda haber en casa!
- Un juguete que me da especial miedo son los globos, con los que hay que extremar las precauciones. Un globo se adhiere y toma la forma de las vías respiratorias, causando una obstrucción completa e irreversible de estas. NUNCA DEBEMOS DEJAR A UN NIÑO JUGANDO CON UN GLOBO SIN SUPERVISIÓN. Por cierto, lo mismo cabe decir de los “globos” que en algunas consultas médicas o de enfermería se regalan a los niños utilizando guantes de látex, me parece una costumbre peligrosa que los profesionales sanitarios deberíamos de abandonar.
- Siempre debemos mantener lejos del alcance de los niños todos los objetos pequeños que se puedan meter en la boca: pilas, monedas, imanes, hebillas, pasadores de pelo…
¿Qué hacer en caso de atragantamiento?
Si a pesar de todos los cuidados, se produce un accidente, ¿cómo debo actuar?
Podemos sospechar que la vía aérea está obstruida por un cuerpo extraño cuando observamos dificultad respiratoria de inicio muy brusco, especialmente si el niño estaba comiendo o tenía a su alcance algún objeto pequeño.
Es importante saber que si el niño está consciente y tose, con tos enérgica, no debemos hacer nada, solo animarle a que siga tosiendo; esa tos es un gran mecanismo defensivo y si intervenimos es posible que el cuerpo extraño se movilice y empeore la situación.
Si la tos del niño deja de ser eficaz, debemos gritar para pedir ayuda e iniciar las maniobras de desobstrucción.
Como una imagen vale más que mil palabras, en estos vídeos de la Fundación Española del Corazón se explican perfectamente estas maniobras en lactantes y en niños mayores de 1 año.
Desobstrucción en el lactante
Desobstrucción en el niño mayor de 1 año
Para terminar, os dejo esta canción publicada por la Universidad Católica de Murcia, del grupo El Camarote de los Hermanos Marx para que todos seamos conscientes de lo importante que es que aprendamos maniobras de reanimación y podamos salvar vidas.
La prevención de los ahogamientos en el agua
Es muy triste que todos los veranos tengamos el goteo de accidentes fatales por imprudencias en el agua. Todo niño que está en el agua, incluso con profundidades tan pequeñas como 15- 20 cms., debe estar bajo la SUPERVISION CONSTANTE Y ATENTA de un adulto. Treinta segundos son suficientes para que un niño se ahogue, y no, no nos avisan; el niño que se ahoga no chilla, no patalea; se ahoga sin que nos enteremos si no estamos mirándole. Por ello, es muy importante, seguir medidas de prevención:
- SUPERVISION CONSTANTE Y ATENTA de un adulto mientras haya un niño en el agua.
- Las piscinas deben estar rodeadas de una valla que no permita que un niño pueda traspasarla.
- Cuando no estén en uso, sacar todos los juguetes del agua para evitar que el niño se sienta atraído y caiga al agua.
- Nunca confiar en flotadores u otros dispositivos de flotabilidad.
- Las piscinas hinchables, cuando no estén en uso, deben colocarse boca abajo.
- Enseñar a nadar a los niños cuanto antes.
No quiero dejar de hablar aquí del último mito que se ha extendido como la pólvora: los supuestos ahogamientos secundarios o secos. Esto, simplemente, no existe; no hay ningún caso descrito en el mundo de un ahogamiento que se recupere sin síntomas y muera después por ese motivo. Si la recuperación es completa no hay de qué preocuparse. Sin embargo, cualquier persona que tras un ahogamiento tenga dificultad respiratoria, tos excesiva, espuma en la boca o comportamiento alterado debe ser atendida de forma urgente en un centro médico. Como no quiero extenderme demasiado, os invito a leer dos magníficos artículos de Jose María Lloreda (No existen los ahogamientos secundarios ni secos: . Dejad de asustar a los padres) y de Jesús Martínez (No existe el ahogamiento seco o secundario que tanto asusta a los padres) sobre este tema.
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