_
_
_
_
Porque lo digo yo
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

T. Rex

En coincidencia con la culminación del ‘procés’ y el asteroide 155, llega a Barcelona un tiranosaurio

Jacinto Antón
 El paleóntologo Anne Schulp, junto al fósil de tiranosaurio en el Cosmocaixa de Barcelona.
El paleóntologo Anne Schulp, junto al fósil de tiranosaurio en el Cosmocaixa de Barcelona. Enric Fontcuberta (EFE)

Cuando desperté el tiranosaurio no solo aún seguía ahí, sino que daba más miedo.

Entré a ver el T. Rex en Cosmocaixa pensando que así me alejaba de la culminación del procés, con el remate del asteroide 155, pero tampoco en el Cretácico estaba uno a salvo. Las fauces y garras del aterrador esqueleto de Trix, el tiranosaurio del museo de Leiden que ha aterrizado en Barcelona, me aparecían como cosa de hoy mismo. Vamos es que ni a 67 millones de años conseguía distanciarme. Hay un dispositivo en la exposición en el que te subes a una bicicleta estática y tratas de escapar pedaleando del tiranosaurio. Lo probé, entumecido de actualidad y pavor. Era como la pesadilla recurrente de algo que te pilla mientras corres sin moverte: exacto.

Una investigación revela que los dinosaurios catalanes padecieron estrés

Les parecerá exagerado decir que, sintiéndolo mucho, ni en la prehistoria hay salida, pero es que esta misma semana, mientras desembalaban a Trix cacho a cacho hasta darle forma al monstruo, y que viva la metáfora, un estudio en Scientific Reports revelaba que el estrés afectó a la reproducción de otros dinosaurios, los últimos titanosaurios de Europa, que vivían precisamente aquí, cerca de Lleida. La investigación del Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusafont (ICP) revela que la competencia entre lagartos, concretamente la irrupción de hadrosaurios en el ecosistema de los titanosaurios, provocó que, ante la perturbación, las hembras de los segundos produjeran "huevos patológicos". Igual que las gallinas dejan de poner huevos en situaciones de estrés, las titanosaurias catalanas los retenían en los oviductos, lo que se refleja en la cáscara, muy fea.

O sea que esto viene de lejos, y va para largo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_