Los protagonistas de ‘Pinolivo’
Estamos orgullosas y orgullosos de nuestro trabajo y es un placer abrir las ventanas y las puertas de nuestro cole...
— Soy Leire de Luis, la madre de Nahia Aguilar, quien hoy tiene 8 años y un espíritu ‘pinolivillo’ inagotable (al menos, eso espero).
Con esta presentación creo que queda patente que soy una madre "muy fan" de este centro educativo. No es un sentimiento nacido de la nada. De hecho, tenía mis miedos e incertidumbres cuando mi hija comenzó la etapa escolar pero el camino fue tan fácil en este colegio que solo puedo dar las gracias por ello.
Toda historia tiene un comienzo y puede que si empiezo por el principio se comprendan mejor mis sensaciones. El primer contacto con este centro fue un año antes de que mi hija fuera admitida. Tuve oportunidad de conocer una de las actividades que desarrollan, relacionada con el día del libro. Convirtieron un frío módulo prefabricado en el Café Alameda donde Federico García Lorca compartía tertulia con literatos. Gratamente sorprendida, en esa fiesta escolar vi desfilar a pequeños de edades comprendidas entre 3 y 5 años recitando versos del poeta, hablando de su obra o bailando flamenco. La sala estaba abarrotada de padres implicados en la actividad. Sin duda, ése era el ambiente que yo buscaba para mi hija.
Cuando me tocó el turno de ir a ‘Pinolivo’ con mi hija recién escolarizada, no puedo esconder que tuve esa sensación de desasosiego típica (creo yo) de una nueva etapa. Pero mis inquietudes se disiparon cuando encontré un profesorado cercano, siempre pendiente a nuestras preguntas e invitándonos en todo momento a disfrutar (no es lo mismo ser testigo que protagonista) de este ciclo en la vida de nuestros hijos.
En estos años he conocido procesos de adaptación difíciles en los que el centro ha sido flexible y tratado de atenuar el stress de los niños, he visto cómo la lectura de la normativa existente ha sido flexible para buscar el bien común de las familias y del equipo de profesorado... Sinceramente, el trato recibido siempre ha sido personalizado y eso es, a todas luces, un lujo hoy en día.
He tenido la suerte de topar con unos profesores que nos han arrastrado por experiencias inimaginables. La energía y vitalidad con la que los tutores nos hablaban de los proyectos nos involucraban a todos los padres a participar de ellos (y créeme que hasta la fecha no he sido una persona muy participativa en acciones colectivas). No sé cómo lo hicieron, pero nos convencieron para transformar un aula en un paisaje prehistórico con dinosaurio incluido o recrear un cielo estrellado para estudiar el Universo. Todo ello bien hilado para que el alumnado aprendiese conceptos transversales pertenecientes a distintas materias (lengua, matemáticas, sociales...)
Pero lo que más valoro es su empeño en forjar personalidades mediante estos procesos de aprendizaje. Recuerdo un proyecto en el que tuvimos que decorar una caja e introducir en ella ropa, fotos, una carta, juguetes o elementos relacionados con mi hija cuando era bebé. A día de hoy, esa caja es una referencia en la habitación de Nahia. Una isla en la que cobijarse cuando necesita saber cuánto la queremos y lo importante que es en nuestras vidas.
Otro trabajo que recuerdo con mucho cariño es sobre su carácter. Tuvimos que describir su personalidad y ese proceso de conversación con ella para explicar el por qué un adjetivo la describe le sirvió para conocerse mejor. Así, leído y en frío suena a tarea sesuda pero lo cierto es que optamos por hacer un vídeo con el móvil muy divertido que de vez en cuando me pide que le ponga...
Mi experiencia en ‘Pinolivo’ sirvió para conocer un sistema educativo que considero necesario implantar en todos los centros. Un método de aprendizaje respetuoso con el alumnado y con sus necesidades personales... donde cada niño tiene la opción de aprender a su ritmo. No son medidos por un único código y eso se traduce en que los extremos tienen amparo. Los que no llegan al nivel establecido o los que lo sobrepasan siempre tienen una respuesta en esta forma de educar. Desgraciadamente no es habitual.
Si hay un "pero" con mayúsculas que se pueda echar en cara a ‘Pinolivo’ es que solo esté enfocado a infantil. Mi hija ya ha crecido y cursa tercero de primaria en otro centro donde, digamos, su creatividad no es alimentada cada día... Una verdadera pena.
Pinolivo es un oasis pedagógico | CEI ‘PINOLIVO’
Este ‘post’ ha comenzado con un relato de Leire de Luis, una madre que ha formado parte de la comunidad educativa del Colegio Público de Educación Infantil ‘Pinolivo’ de Marbella. La narración nos muestra la forma de entender la educación y la enseñanza de un equipo educativo que busca, siempre, la complicidad de todas y todos en la construcción de un proyecto dirigido al desarrollo pleno de todo el alumnado.
La creatividad en Pinolivo | CEI ‘PINOLIVO’
Las emociones en Pinolivo | CEI ‘PINOLIVO’
Relaciones de cuidado y cariño | CEI ‘PINOLIVO’
En la entrada anterior, anunciamos que continuaríamos describiendo la grandeza educativa de este centro. No se podía abarcar en un solo post. Era necesario recurrir, al menos, a otro espacio en el que mostrar una imagen mucho más integrada y global de su proyecto educativo.
Nos ha costado decidir qué aspectos deberían dibujar esta globalidad educativa y al final, hemos optado por pasarle ‘el micro’ a los protagonistas de esta realidad pedagógica y que sean ellos mismos quienes la enaltezcan con sus testimonios.
El primero de ellos, como hemos comentado, ya lo ha ofrecido Leire de Luis. El segundo es una síntesis donde el equipo educativo de ‘Pinolivo’ destaca sus principales referencias pedagógicas. Y, el tercero, el más importante, lo hemos dejado para el final, para que se quede más tiempo en nuestras retinas; recoge las impresiones de un antiguo alumno del centro. Las palabras de Héctor muestran los sentimientos que le surgen al despedirse de ‘su’ colegio.
Dialogando en Pinolivo | CEI ‘PINOLIVO’
Los espacios en Pinolivo | CEI ‘PINOLIVO’
Las relaciones entre iguales en Pinolivo | CEI ‘PINOLIVO
— Equipo educativo de 'Pinolivo' (la directora destaca las líneas pedagógicas que les definen):
Consideramos que los aspectos clave que no pueden faltar, serían los siguientes.
• La interacción respetuosa con la infancia comprendiendo sus necesidades. Y estableciendo una rutina de disciplina desde el cariño. El adulto asume el rol descentralizado de acompañante.
• La cohesión de equipo, incluyendo en esta cohesión no sólo al equipo docente, sino a todos los trabajadores relacionados con el centro.
• La relación con las familias: transparencia, apertura, comunicación, acogida y comprensión son adjetivos que no pueden faltar en este apartado.
• La formación continua, la motivación constante, y cuestionar cada día nuestra labor docente.
• El ABP (aprendizaje basado en proyectos) persiguiendo desarrollar las capacidades sociales... El aprendizaje y servicio comunitario... la defensa de teorías, la capacidad para investigar, aportar cada uno en función a sus capacidades, respetar las aportaciones de los demás...
• El uso de espacios adecuados para niños y niñas. Los protagonistas de la educación son ellos y ellas, y por tanto el mobiliario y materiales deben estar pensados para favorecer su desarrollo.
• La promoción del aprendizaje entre iguales y el uso de ’espacios compartidos’. En ‘Pinolivo’ las puertas de los espacios de referencia (‘aulas’) de cada módulo (tres por módulo) se abren en la segunda parte de la mañana. Niños y niñas de 3, 4 y 5 años circulan por ellos y se relacionan con materiales y personas diversas. Los pequeños imitan a los mayores y los mayores ayudan a los pequeños; interactuando, además, con otros docentes distintos a la maestra o al maestro de referencia.
En estos momentos, le llega el turno de palabra a Héctor, exalumno del Colegio ‘Pinolivo’ que, meses después de dejar el centro, deseaba que su estancia en ‘Pinolivo’ no hubiese acabado a los 5 años.
— Héctor: “No quería que 'Pinolivo' durara hasta los 5 años. Yo quería hasta... que durara hasta los... por lo menos hasta 4º de la ESO y los dos que quedan... en el... 'Las Dunas’; en el instituto de ‘Las Dunas’ que está enfrente.
Porque... esto era un paraíso, pero me lo han arrebatado”.
“Esos profesores no compartían con nosotros sólo su saber, sino el propio deseo de saber. Y me comunicaron el gusto por su transmisión. Así pues, acudíamos a su clase con el hambre las tripas. No diré que nos sentíamos amados por ellos, pero sí considerados, sin duda…” (Daniel Pennac)
(*) Madre de alumna.
(**) Los profesionales del equipo educativo del Colegio de Educación infantil ‘Pinolivo’ que han participado en la elaboración de este relato han expresado su deseo de no protagonizar la autoría de este trabajo. Consideran que todo lo conseguido y lo que les queda por lograr es una labor de toda la comunidad educativa. Ésta es la razón de que hayamos utilizado expresiones genéricas como ‘equipo educativo’, ‘directora’... en lugar de sus nombres propios.
No obstante, consideramos importante agradecer al conjunto de profesionales que ha formado parte, en algún momento, de este proyecto su dedicación. Nuestro más sincero reconocimiento, entre otras y otros, a: Adela, Alberto, Ana, Ari, Auxi, Bea, Belén Bueno, Belén Melero, Elena, Encarna, Flor, Fabiana, Gemma, Gloria, Gracia, Graciela, Inma, Isa, Lola, Lourdes, María Luisa, Natalia, Nuria, Raquel, Rocío, Toñi, Vero...
(***) Antiguo alumno del centro.
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