Alessandra Ambrosio: “No hay que estar delgada, hay que estar en forma”
La modelo brasileña, el 'ángel' más veterano de Victoria's Secret, sigue en lo alto de su profesión a sus 36 años. Hoy trabaja sin la presión de sus inicios
A sus 36 años, Alessandra Ambrosio lleva 21 en la élite de su profesión sin que los vaivenes en los cánones de belleza hayan alterado su estatus. Nombrada la decimotercera modelo mejor pagada de 2016 por la lista Forbes, en la actualidad compagina ser ángel de Victoria's Secret con campañas para marcas como Omega o Cîroc, portadas de revistas masculinas y femeninas mainstream o nicho (de GQ a Narcisse) y desfiles escogidos, como el de Balmain hace un par de temporadas o el de Julien Macdonald el pasado lunes en la Semana de la Moda de Londres. “Cuando empecé me recorría todas las semanas de la moda y hacía un show detrás de otro. Acababa agotada, pero es lo que toca cuando eres joven, y mereció la pena”, cuenta desde el backstage de Macdonald, donde recibe a EL PAÍS. “Ahora lo vivo de otra manera: vengo a Londres, hago un solo desfile, veo a amigos con los que hacía tiempo que no coincidía y paso un buen rato. Aún lo disfruto, pero en pequeñas dosis”, añade.
Ambrosio también está en la pasarela londinense en calidad de embajadora global del vodka Cîroc, que es uno de los patrocinadores del desfile de Macdonald y el proveedor de los cientos de cócteles que pasan de mano en mano en la fiesta que lo precede. El creador, por su parte, ha diseñado un vestido inspirado en la botella azul característica de la marca con el que la brasileña hace su aparición. Sinergias que ayudan a que la maquinaria de la moda siga girando y que apuntan a lo que se espera ahora de las modelos: Ambrosio ya no solo desfila, hace entrevistas entre bastidores o escribe desde las redes sociales de la marca. El proyecto la ha reunido con el fotógrafo Mario Testino, que también ejerce de director creativo: “Mario es, sin asomo de duda, uno de los mejores fotógrafos del mundo. Para Cîroc ha querido reflejar la vida en clave de alegría y celebración, porque así es exactamente él: siempre está de buen humor y lleno de energía. Además, adora Brasil. Siento por él mucho carinho, como decimos nosotros”.
Junto otra brasileña, la modelo Adriana Lima, Ambrosio es el ángel más veterano de Victoria's Secret: ha desfilado ininterrumpidamente para la firma de lencería desde el año 2000 y su contrato, dicen, asciende a siete cifras. En noviembre lucirá de nuevo sus alas, esta vez desde Shanghái, y afirma ser la primera sorprendida: “Cuando empecé con ellos estaba en las nubes y seguir aquí 17 años después es casi surrealista. Me siento feliz de poder demostrar que la edad no es un impedimento para mantenerte en lo alto de la profesión”.
Convertido en una suerte de Super Bowl de la moda, el desfile es hoy un espectáculo global del que interesa cada detalle y que ven por televisión 800 millones de personas en 190 países. Pero también ha sido criticado por su falta de diversidad y por las dietas extremas a las que se someten las modelos. La propia Ambrosio declaró a la revista The Edit que para recuperarse del parto de su hija a tiempo para desfilar se alimentó con 1.200 calorías diarias, pero hoy esquiva la polémica: “No se trata de estar delgada, sino en forma. Cuando se acerca la fecha del desfile y empiezo a entrenar más, me siento bien conmigo misma porque a la vez que me preparo para el evento sé que estoy haciendo algo bueno por mi cuerpo”.
Madre de dos hijos, Anja y Noah, con el empresario Jamie Mazur, con el que lleva prometida desde 2008, compagina su vida familiar en Los Ángeles con sus compromisos como modelo, con la gestión de su propia firma de moda, ále by Alessandra, y con su labor como embajadora de la National Multiple Sclerosis Society. Pero este nivel de actividad no impide que su hashtag más utilizado sea #foreveronvacation, aunque asegura que el “modo vacaciones” es para ella un estado mental: “Cada vez que uso ese hashtag es porque estoy disfrutando de algo que estoy haciendo; puede ser mi trabajo, unas vacaciones, salir con mis amigos o estar en casa con mis niños. Es una especie de mantra: quiero sentir que hago las cosas porque quiero, y no porque tenga que hacerlas”.
Nueve millones de seguidores
Considerada uno de los "iconos de la industria" por la web Models.com, nadie etiquetaría a Alessandra Ambrosio como una instagirl. Y, sin embargo, con sus casi nueve millones de seguidores solo en su cuenta de Instagram, supera en followers –y, por lo tanto, en poder de influencia– a muchas de las llamadas "supermodelos sociales". Ambrosio alcanzó el éxito sin esta herramienta de promoción a su alcance; ¿qué es lo bueno y lo malo que las redes han aportado a su trabajo? "A veces tu vida queda demasiado expuesta y pierdes privacidad, pero a la vez tienes la oportunidad de expresar tu opinión y la gente entiende que no eres solo una cara, también tienes voz. Además, es una herramienta que puedes controlar: tú decides qué y cuándo publicar, te ayuda a establecer contacto con los fans, permite que tu mensaje llegue a todas partes y puedes aclarar cualquier asunto en dos segundos".
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