Transporte eco-consciente para Dakar
Una start-up senegalesa quiere combatir la polución medioambiental plantando cara a Uber
Mientras aplicaciones como Uber ya han mostrado su prioridad en ampliar mercado en las principales ciudades africanas, muchas startups y techies locales como la keniana Little Cab, la sudafricana Africa Ride o la nigeriana Paga, plantan cara a la multinacional norteamericana adaptando sus productos y servicios a una clientela que conocen mucho mejor. Ahora, la empresa senegalesa Ping!, del grupo Marbo, quiere introducir en la capital de Senegal un negocio de transporte público de taxis ecológicos. La empresa quiere así ofrecer una solución al problema de la contaminación urbana mientras proporciona un servicio de transporte adecuado para los residentes de esta importante metrópolis del África Occidental.
Es para todos bien sabido que los automóviles basados en combustibles fósiles son insostenibles, y es aún más evidente en epicentros comerciales como Dakar, sexta ciudad con peor calidad del aire de todo el continente. Tal como explicaba recientemente a Sci.DevNet, Aminata Mbow Diokhane, responsable del CGQA (Centro de Gestión de la Calidad del Aire): "la contaminación del aire en Dakar está principalmente ligada a partículas de origen automovilístico con una flota de vehículos diesel". Y es que tan solo en la zona metropolitana de Dakar, hay 25.000 taxis, más del 45% de los cuales son altamente contaminantes, especialmente los taxis clandestinos.
Conscientes de este problema medioambiental y de la preocupante situación de la salud pública, la startup tecnológica Ping, fundada por el empresario Adam Martel Brown, ha reunido una flota de treinta coches híbridos que funcionarán con una mezcla de baja emisión de etanol y petróleo. Poniendo el diseño al servicio de la ecología, los automóviles consumen de un 50 a un 75% menos de combustible que un vehículo corriente, y quieren abaratar los costes del trayecto, hacerlo más seguro para el cliente y contribuir a un futuro más verde para la capital senegalesa. El objetivo de Ping! es ahorrar a la ciudad 70 toneladas de emisiones de CO2 por año.
Sin embargo, la start-up no lo va a tener fácil para consolidarse en los próximos meses. Competir con las dinámicas locales del wakhaalé (o regateo en wolof), es una barrera para precios fijados a través de la aplicación de Ping!. Además, un trayecto eco-consciente puede suponer un precio más alto para un pasajero convencional, acostumbrado a moverse con transportes a base de gasolina. Sea como sea, la consciencia medioambiental de los senegaleses y senegalesas será crucial para el futuro de alternativas de transporte que como Ping!, que se plantean ciudades con un futuro más verde. Una vez más, la educación medioambiental y una apuesta por mejorar las tasas de desarrollo del país, serán indispensables para que el transporte verde pueda entrar pisando fuerte en el mercado, tanto el senegalés como el africano en general.
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