Jim Henson, el hombre que tiraba de los hilos
Aunque desapareció joven, antes de cumplir los 54 en 1990, la memoria de Jim Henson pervivirá gracias a programas que marcaron una época mágica de la televisión en horario infantil: a saber, Los Teleñecos y Barrio Sésamo, dos espacios cuyos contenidos fueron igualmente (o incluso más) valiosos para los adultos. Pero aquel barbudo muchacho de Misisipi dio para mucho más: anuncios, las icónicas (y más inquietantes) películas Cristal oscuro y Dentro del laberinto o shows como Fraggle Rock. Sus más tempranas empresas, su retahíla de vástagos de fieltro —desde Epi y Blas a la rana Gustavo o la cerdita Peggy—, incluso sus apuntes o el vestuario de David Bowie como el rey de los duendes, todos, hasta sumar 300 objetos, se reúnen en el Museum of the Moving Image de Nueva York para celebrar el talento del maestro titiritero.
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