_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Monopoly o Risk

El objetivo de Trump y Putin es dejar de lado cualquier problema mundial y que la atención se centre en las amenazas terroristas y militares

Víctor Lapuente
Putin y Trump el pasado viernes en la Cumbre del G-20 en Hamburgo.
Putin y Trump el pasado viernes en la Cumbre del G-20 en Hamburgo.Evan Vucci (AP Photo)

Una de las cuestiones más intrigantes de nuestro tiempo es por qué la pareja Trump-Putin, más cercana personal e ideológicamente que cualquier otra dupla de presidentes ruso-americanos que se recuerde, puede llevar a sus países a las relaciones más alejadas. Mientras sus líderes se admiran, EE UU y Rusia pueden sumirnos a todos en una nueva guerra fría, o caliente.

Los analistas políticos diseccionan con minuciosidad la relación entre los dos líderes. Si les unen unos intereses de política exterior o doméstica, abiertos u ocultos. Pero es un debate precipitado. Si han existido, o se están amasando, acuerdos o pactos secretos entre ambos líderes, acabarán aflorando. Siempre hay alguien con incentivos a revelarlos.

Lo que no se discutirá, si no lo ponemos sobre la mesa, es el objetivo de fondo que Trump y Putin comparten: mover la conversación política global a la dimensión de la seguridad nacional. Dejar de lado cualquier problema mundial —de los flujos comerciales al medio ambiente— y que la atención se centre en las amenazas terroristas y militares.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Trump y Putin nos invitan a dejar el tablero del Monopoly en el que hemos estado interactuando en estas décadas de globalización desatada, y pasarnos al Risk. Una vez nos hayan conducido a su juego de estrategia favorito, Trump y Putin probablemente tejerán alianzas opuestas. Pero su entendimiento o enfrentamiento posterior es secundario. Lo prioritario es que nos están convenciendo de que la seguridad debe acaparar las relaciones internacionales.

Nuestra tarea no es perdernos en la mediática trama de espías y conspiraciones, que ambos aparentan esconder, pero que, en el fondo, alimentan. Ni intentar hacer de árbitros. Es imposible ser imparcial frente a dos potencias tan parciales. Pero sí es posible movilizar a la opinión pública global, incluyendo la rusa y la norteamericana, y subrayar que el planeta se enfrenta a retos más importantes que el juego de patriotas que Trump y Putin promueven.

Las democracias europeas tenemos la responsabilidad de escribir una agenda y una alianza global alternativa. @VictorLapuente

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_