Un asunto paranormal
QUIENES TENEMOS CIERTA edad hemos contemplado esta imagen conmovedora decenas, quizá centenares de veces. En su momento significó la soledad política del presidente Suárez. Observada hoy, sin conocimiento histórico del contexto en el que fue tomada, pensaría uno que se trata de la fotografía de un suceso paranormal: el del nacimiento, desde las entrañas de un escaño, de un hombre de luto, no nos importa ahora la pérdida que haya sufrido. Un hombre, y aquí viene lo misterioso, que nace del cuero de la silla para corporeizarse poco a poco ante nuestras miradas como en un proceso de revelado de la realidad. El hombre no está completo todavía (le faltan los hombros, así como una definición mayor de los rasgos faciales), pero se aprecian en él todas las características que atribuimos a un ser humano./
La tristeza dibujada en la posición de los labios, a juego con lo que expresan sus ojos, nos conduciría a pensar que procede de un pasado ingrato. O que se retira hacia un futuro incierto, pues si bien hasta el momento nos parecía un hombre naciendo de una silla, también podría interpretarse como la de un hombre diluyéndose en ella. Una especie de cámara Kirlian lo habría sorprendido a la mitad de ese proceso de disolución. No nos estaba diciendo hola, sino adiós. Tal vez, en los escaños de su derecha había otros hombres que han desaparecido ya o, por el contrario, que están a punto de visibilizarse. Nos preguntamos si esto que se nos acaba de ocurrir es un ejemplo de aquello a lo que los lingüistas llaman el deslizamiento del significado por debajo del significante.
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