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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Viraje monetario a la vista

Draghi sugiere una normalización paulatina de la política del BCE a partir de 2018

Mario Draghi, presidenta del BCE
Mario Draghi, presidenta del BCEEFE

Hay muchas razones para considerar a Mario Draghi como un indicador fiable de la evolución de la economía europea. El presidente del Banco Central Europeo ha diagnosticado con seguridad las diversas etapas por las que ha atravesado la economía continental, desde la recesión hasta la fase más reciente de crecimiento débil con riesgo de deflación. Draghi parece la única autoridad económica europea que mantiene la credibilidad, a medias por el aura de su cargo, a medias porque ha defendido hasta donde podía hacerlo posiciones incómodas. En la reunión de Sintra, la máxima autoridad monetaria europea sugirió un cambio importante en la política monetaria, basado en una mejora (también relativa) de la situación económica: esa política va a cambiar gradualmente y con los avisos pertinentes.

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¿Y qué es lo que se espera tras las sugerencias de Draghi? Pues una acomodación paulatina a la normalización monetaria iniciada por la Reserva Federal estadounidense. Expuesto siempre en términos de probabilidad, porque las variables políticas tienen que jugar un papel importante, los tipos de interés no empezarán a subir hasta 2019; hay que mantener la señal principal hasta entonces. Pero quizá el BCE modifique antes el tipo del -0.4% de facilidad de depósito; y parece cantado que después del verano anunciará un descenso paulatino de las compras mensuales de activos, fijadas ahora en 60.000 millones, a partir de enero del año próximo. De forma que en el primer semestre bajarían a 40.000 millones mensuales, y en el segundo a 20.000 millones.

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Este es un esquema prudente de normalización monetaria para el euro. La buena noticia es que el BCE detecta una mejora en la inflación y en el crédito, además de una cierta intensificación del crecimiento. El lento viraje definirá a partir de 2019 una economía distinta, menos soportada por la facilidad monetaria.

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