La falta de inversión en I+D convierte a España en una excepción europea
El informe Cotec sobre innovación pide un cambio urgente para que España pueda ser protagonista en los desafíos del futuro
La presentación de la última edición del informe anual de la Fundación Cotec para la innovación ha sido una señal de alarma. Sobre el terreno de juego del estadio Vicente Calderón de Madrid se reunieron algunos de los principales representantes españoles del mundo de la ciencia y la innovación. Desde el estrado, el rey Felipe VI llamó la atención sobre la necesidad de impulsar la educación para tener un país competitivo en un mundo donde la tecnología lo está cambiando todo. “En la innovación nos jugamos el futuro”, afirmó. Cristina Garmendia, presidenta de Cotec, presentó los datos incluidos en el informe y aseguró que si la tendencia no cambia “de forma urgente”, “no parece que España pueda desempeñar un papel protagonista ante las oportunidades y desafíos que prometen transformar aún más la sociedad que hoy conocemos”. Los problemas que recoge el informe se repiten año tras año y parece que las soluciones propuestas para estos problemas no están teniendo resultados.
Los datos muestran que los recortes acumulados desde 2010, del 50%, han sido muy superiores a los anunciados, del 30%. Esto se debe a que a la reducción de las cantidades consignadas en los presupuestos, se han unido unos decrecientes niveles de ejecución presupuestaria, que en 2016 han llegado a su nivel mínimo histórico.
La UE invierte hoy un 25% más en I+D que antes del inicio de la crisis económica. España, un 10% menos
Esta tendencia es además una particularidad de España. Mientras el conjunto de la UE invierte hoy un 25% más en I+D que antes del inicio de la crisis económica, nuestra economía invierte un 10% menos. España es, según se comenta en el informe, una excepción en Europa y forma parte del grupo de los cuatro únicos países que todavía no han recuperado los niveles de inversión de 2008.
En el documento también se señala la falta de inversión en I+D por parte de las grandes empresas españolas. En 2015, las compañías españolas ejecutaron el 52,5 % del gasto total en I+D. Es uno de los menores porcentajes de participación empresarial en Europa, cuyo promedio en 2015 era del 63,3 %. Además, casi la mitad del gasto empresarial español en I+D fue ejecutado por pymes, mientras que en países como Francia, Italia o el Reino Unido solo ejecutaron alrededor del 20 %, y en Alemania, menos del 10 %.
El análisis de Cotec también apunta a un fallo en el esquema de incentivos fiscales a la I+D+i. Aunque es reconocido como uno de los más ventajosos de la UE, no ofrece facilidad ni garantías de aplicación suficientes para inducir el comportamiento innovador, especialmente en las pymes. La compra pública innovadora, en el que las instituciones públicas emplean su capacidad de compra para favorecer a empresas con ideas innovadoras, tampoco ha alcanzado una aplicación suficiente entre las administraciones. Otras tendencias que se consolidan son la concentración del gasto en un número cada vez menor de empresas y la baja participación del sector financiero (en particular el sector bancario) en la financiación de este gasto.
La educación es otro de los problemas a los que se puede enfrentar España si quiere ser competitiva en un ámbito internacional donde la innovación es clave. En este país, aunque la práctica totalidad de los alumnos recibe al menos 13 años de escolarización –desde los 3 a los 16 años de edad– la proporción de población con niveles educativos intermedios es excepcionalmente reducida en términos internacionales. Así, mientras que en la UE 28 más del 45 % de la población entre 25 y 34 años ha completado la educación secundaria obligatoria, en España dicha cifra era solamente del 24,5 %.
En lo que se refiere al panorama laboral en I+D, el número de investigadores por cada mil ocupados en España es de 6,8, inferior al 7,9 de la media europea. Como sucede con el esfuerzo en I+D, también se está alejando de este promedio en los últimos años. La diferencia respecto a Europa se debe sobre todo al menor peso de los investigadores en las empresas, 2,4 por cada mil ocupados, frente a 3,8 del promedio europeo. En cambio, el peso de los investigadores en las administraciones públicas en España, 1,1 por cada mil ocupados, es superior al promedio de la UE-28 (0,9). En la enseñanza superior, España, con 3,1, está por encima de países como Alemania (2,4), Francia (2,7) o Italia (2,0).
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