Locos por el clima
Hay un líder mundial que, acostumbrado al aire acondicionado de su rascacielos, pretende someter al cambio climático a golpe de ignorancia
Sé que debería buscar una percha fashion, cool, trendy o celebrity en honor a la estilosa sección que acoge esta columna pero que me perdonen los admiradores del respetable cuore si está vez se impone el clima, que no está para tonterías.
Tengo anginas en verano, calores playeros en invierno, veo florecer almendros un mes antes de lo normal y morir aplastadas por granizo de dimensiones cósmicas cosechas a las que en otro tiempo solo les esperaban apacibles días de primavera. Eso sí, hay un líder mundial —al menos así le llaman algunos— que acostumbrado al aire acondicionado de su rascacielos, al microclima de su jet privado y a dirigir empresas a mayor gloria de los beneficios, pretende someter al cambio climático a golpe de ignorancia. ¡Vaya tontería se les ocurrió a esos 196 países que firmaron el Acuerdo de París! ¿Qué es eso de rascar algo de las arcas públicas para dedicarlo a tomar medidas que preserven nuestro imperfecto mundo para generaciones venideras? Es más, ¿qué es el cambio climático, la capa de ozono y las emisiones de gases efecto invernadero? ¡Falacias de científicos alarmistas!
Alguien —y no señalo a nadie— debe andar tan escaso de líquido encefalorraquídeo como seco han encontrado un cráter de Marte que aseguran fue un lago como los que aún quedan en la Tierra. No se angustien, siempre podemos recurrir a Santa Bárbara, que ha demostrado fehacientemente que donde no hay dos dedos de frente allí está ella cuando truena. Aunque lo mismo es más efectivo esperar a que Trump salga de la Casa Blanca.
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