Somos el 99%
Los libros infantiles y juveniles nos ayudan a cambiar al mundo
Cuando mis tres hijos eran pequeñinos (el mayor cumple hoy dieciocho, Dios bendito…) leíamos a menudo la historia de Oulembé el Zahorí: un niño, hijo del “buscador de agua” en alguna aldea remota de África central, emprende un viaje hacia al Norte persiguiendo la nube que su pueblo necesita de forma desesperada. La ruta le llevará a cruzar el mar y descubrir las aldeas de “casas de piedra” en las que el agua aparece con solo girar una llave y se malgasta de forma incomprensible.
La historia de Oulembé –escrita por Joan de Déu Prats Pijoan e ilustrada por Àfrica Fanlo- fue uno de los inolvidables libros publicados por la añorada editorial de Oxfam Intermón (muchos están todavía disponibles en su tienda online). En ellos y en otros cuantos nos apoyamos los padres y madres de mi generación para exponer a nuestros hijos a un mundo que no es el que les rodeaba y fomentar en ellos los valores de la empatía y la solidaridad. Una tarea tan imprescindible como complicada.
Comprenderán ustedes entonces que me lo pensé poco cuando la editorial Alfaguara me ofreció participar en un proyecto editorial para acercar la realidad de la desigualdad a nuestros NIÑOS Y adolescentes: Somos el 99%: una vuelta en bici por la desigualdad. La pobreza es un asunto difícil de tratar en sí mismo, pero el de la inequidad incorpora una carga política e ideológica que convierte este ejercicio en un verdadero campo minado. Por no hablar de mi terror ancestral a dirigirme públicamente a niños y adolescentes, infinitamente más exigentes que los adultos.
Afortunadamente, Marc Grañó salió al rescate. Mi coautor en este libro es un maravilloso escritor, experimentado en estas lides y con una habilidad particular para encontrar el tono de las historias. Suya fue la idea de utilizar la figura de la bicicleta como hilo conductor de cinco relatos que tratan rostros diferentes de la desigualdad: económica, educativa, laboral, medioambiental y sanitaria. Cada uno de los capítulos tiene un joven de protagonista y sus aventuras van apuntaladas con ventanas de información que tratan las particularidades de esa forma de desigualdad. Las fabulosas ilustraciones de Ed Carosia hicieron lo demás.
El libro se cierra con un pequeño capítulo de recursos que permiten a los lectores (incluso a los más jóvenes) remangarse y arrimar el hombro por un mundo más justo. Porque ese es exactamente su propósito: lograr que los lectores comprendan que no hay nada natural ni inevitable en lo que está ocurriendo.
Somos el 99% ha sido una maravillosa experiencia. Agradezco enormemente a Alfaguara que haya hecho una apuesta de este tipo y confío en que aporte su granito de arena. Sea como sea, salgan a la calle en este espléndido Día del Libro y compren libros que transformen el mundo. Empezando por el principio.
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