Mejor tarde que nunca
Da la sensación de que las gestiones que hemos hecho desde España, no sirven de nada ante la feroz dictadura en Eritrea
Se me cae la cara de vergüenza. Tengo un sentimiento de impotencia y profunda pena. Dawit Isaak, el periodista eritreo-sueco al que amadrino desde hace años, se pudre en una inhóspita cárcel de Eritrea, posiblemente en Asmara, pero pasan los años y me da la sensación de que lo que escribo, las gestiones que hemos hecho desde España, no sirven de nada ante la feroz dictadura de Isaías Afewerki en ese pequeño estado africano. Tampoco sirven las múltiples gestiones que ha hecho su familia, ni el gobierno sueco, ni Reporteros Sin Fronteras.
Otros artículos de la autora
A Dawit le acaban de conceder el premio Mundial de Prensa Guillermo Cano de la UNESCO, un premio importante, de los que se jalean en la prensa internacional. ¿Servirá de algo? ¿Servirá para que alguien le pueda visitar, para saber si sigue vivo y no ha corrido la misma suerte que siete de los once periodistas que fueron encarcelados con él, y que se han suicidado o han muerto en la cárcel? ¿Servirá para que el gobierno del dictador Afewerki reconozca que lo tiene encarcelado? ¿Para que la Unión Europea deje de dar dinero “para ayuda al desarrollo” a una dictadura que no respeta los más elementales derechos humanos?
Enhorabuena Dawit, pero no por el premio, sino por haber resistido todos estos durísimos años, más de 15, sin una acusación formal, sin acceso a un abogado, sin juicio, sin una visita, con enfermedades, en celdas de aislamiento, solo por intentar hacer un semanario independiente, Setit, que pretendía contar lo que estaba pasando en Eritrea y pedir unas elecciones democráticas. Simplemente por informar y ser periodista.
Espero que el premio sirva, por lo menos, para recordar tu inhumana situación, para hablar de los más de 15 periodistas y blogueros encarcelados hoy en Eritrea, que ocupa el lugar 180, el último, de la clasificación de la libertad de prensa de RSF. Y que algunos de los que tanto se ocupan de la posverdad se acuerden de ti. Espero que te llegue algún eco positivo en medio de tanto horror.
Ya sé, que es mejor tarde que nunca. Sea bienvenido el premio si de algo sirve. Lo siento, a mí se me cae la cara de vergüenza.
Malén Aznárez es periodista y presidenta de Reporteros Sin Fronteras-España
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.