Democratizar el 360

La sensación impacta. Ponerse el casco, cada vez más liviano, de realidad virtual, y comenzar a vivir experiencias en primera persona ha sido una de las grandes novedades de 2016 y será uno de los campos más florecientes de 2017. La tecnología ya existe, está en el mercado. Las gafas se pueden adquirir por menos de 100 euros y el catálogo de móviles compatible es cada vez más amplio.

¿Dónde está el problema entonces? En la creación de contenido. Una de las peores situaciones para los fabricantes es la de encontrarse con consumidores aburridos. Una vez que compran el equipo tienen que afrontar el reto de mantenerlos interesados en su uso.

La compra de Oculus por parte de Facebook ha sido el aldabonazo final para que el formato tenga una mayor difusión. No es casualidad que permitan la subida tanto de vídeo como de fotos. Forma parte de su estrategia y una apuesta de futuro para la red social. Sin embargo, son todavía muy pocos los usuarios que comparten contenido inmersivo. Los vídeos y las fotos en 360 grados escasean. La cámara 360 Gear de Samsung, analizada en el vídeo, y la aplicación que viene de serie, son un gran salto para hacer que casi cualquiera, tras diez minutos de aprendizaje, pueda llevarnos a casi cualquier lugar. En nuestro caso, lo probamos en el centro de Los Ángeles.