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Vamos a respetar a la ciencia ficción tanto como a Shakespeare

Letras Populares es una colección de libros de fantasía editada por Cátedra con el mismo trato que merece Cervantes

Las portadas de algunos de los libros publicados en la colección Letras Populares, incluida en la editorial Cátedra. Entre ellos, su nuevo lanzamiento, 'Gestarescala', la última gran novela de Philip K. Dick que quedaba por traducir al castellano.
Las portadas de algunos de los libros publicados en la colección Letras Populares, incluida en la editorial Cátedra. Entre ellos, su nuevo lanzamiento, 'Gestarescala', la última gran novela de Philip K. Dick que quedaba por traducir al castellano.

La literatura popular nació como libros de consumo. “Eran ediciones baratas en grandes tiradas”, explica Javier Fernández, apasionado de este género surgido en el siglo XIX para satisfacer la masiva demanda de obras fáciles de leer. “Novelas de terror, de ciencia ficción, de fantasía, policiacas, westerns…”. Fernández, cordobés de 1971, dirige junto con su mujer, Ana Belén Ramos, la colección Letras Populares. Nada menos que en la editorial Cátedra, conocida por haber publicado buena parte de lo mejor del pensamiento español y de los clásicos de la literatura universal en ediciones comentadas. “Nos hacía especial ilusión vincularlo a Cátedra, por el marchamo de calidad que les acompaña. Les propusimos una colección anotada, comentada y traducida del original y les encantó la idea”, asegura.

'La casa en el límite', de William Hope Hodgson.
'La casa en el límite', de William Hope Hodgson.

La colección partió en 2011 con una lista de 100 títulos de los que llevan publicados 21. Los dos últimos dan cuenta de lo variado de la selección. Gestarescala es una distopía de Philip K. Dick publicada en 1969 por el más psicodélico y alucinado de los escritores de la edad de oro de la ciencia ficción; y La casa en el límite es una novela de 1908 del casi desconocido escritor inglés William Hope Hodgson.

En Letras Populares se trata con el mismo respeto a Conan, El Coyote o a Stanisław Lem. Bueno, quizás con más cariño al brutal cimmerio. “Desde el principio tuve claro que me encargaría personalmente de la edición de Conan. Soy traductor, un fanático del personaje y llevaba años soñando con traducir a Robert E. Howard”, dice Fernández. Pero la obra magna de la colección es, de momento, Historia y antología de la ciencia ficción española. “Ahí, Cátedra tuvo que poner cordura, porque nuestro volumen inicial era mucho más grueso. Pero creo que cumplimos con la intención con la que partimos: si alguien, en una universidad, quisiera tener un libro de consulta sobre la ciencia ficción nacional contara con este volumen. Y además, en Cátedra”.

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