Donde duermen los niños
DESDE QUE estalló la guerra en Siria, ha habido 4.000 ataques a escuelas. En estos cinco años, miles de niños han muerto y 2,5 millones han huido de sus casas, según Unicef. Magnus Wennman, de 37 años, ha retratado a un puñado de ellos en siete países desde 2015. “Encontré a niños en enormes campos de refugiados y en pequeños asentamientos. Conocí a algunos que dormían en basureros y en la calle. A niños sin padres y a niños que tenían que recoger manzanas de los árboles para tener algo que comer”, cuenta el fotógrafo sueco. “Algunos hablaban de sus juguetes y de los peluches que dejaron atrás”, explica en el libro Donde duermen los niños (Kehrer Verlag), que recoge historias como la de Fátima, de 9 años, que vio cómo tiraban a un bebé de una barcaza en Libia, o de Walaa, a quien la almohada le recuerda a las bombas.
pulsa en la fotoAbdul Karim, de 17 años. Llegó a Atenas en ferri y se ha quedado sin dinero. Duerme en la plaza de Omonia, adonde acuden cada día cientos de refugiados y por donde planean las mafias. Él no puede continuar el viaje, pero cuando habla por teléfono con su madre, en Siria, no se lo cuenta. No quiere preocuparla más.