_
_
_
_
MIRADOR
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

En abierto

El MIT tiene la Red inundada de clases gratuitas de gran calidad, impartidas por algunos de los mejores profesores del mundo

Javier Sampedro
Una usuaria investiga los cursos digitales del MIT (Massachusetts Institute of Technology) desde un ordenador portátil.
Una usuaria investiga los cursos digitales del MIT (Massachusetts Institute of Technology) desde un ordenador portátil. Carlos Rosillo

Algunos lectores recordarán las matrices, aquellos rectangulitos con filas y columnas de números que se podían sumar y multiplicar unos con otros. Muchos menos recordarán para qué servían, si es que lo supieron alguna vez. Hoy están al alcance de cualquier interesado, estudiante o profesor, tecnólogo o humanista, porque uno de los mejores profesores del ramo, Gilbert Strang, grabó el curso completo de matrices que impartió en 2005 en el MIT (Massachusetts Institute of Technology, en Boston), clase a clase, tiza a tiza, con los titubeos y errores que son la servidumbre del directo y con la voluntad de transparencia, apertura y gratuidad que caracteriza a esa universidad estadounidense desde hace décadas, y de la que el propio Strang fue pionero. Lo único que hay que saber es inglés. Por lo demás, las posibilidades fecundas de esas herramientas valiosísimas para la computación y la vida se despliegan allí ante los ojos incrédulos de cualquier usuario de YouTube, y de repente todo se entiende como en un vídeo abierto.

Las matrices son solo un ejemplo. El MIT tiene la Red inundada de clases gratuitas de similar calidad, impartidas por algunos de los mejores profesores del mundo. Aquí hacemos muy poco de eso, no sé muy bien por qué. Tenemos una universidad privada, la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), que fue de las primeras en ofrecer cursos online, pero comparar eso con el programa de educación en abierto del MIT (OpenCourseWare) produce melancolía. Y envidia.

Mi envidia creció al conocer el martes, en las páginas de este diario, a Rafael Reif, venezolano de Maracaibo y actual presidente del MIT. “No buscamos a los niños populares, sino a los diferentes”, dice. “Valoramos la inteligencia, la pasión y la curiosidad”, dice. “Me gustaría acoger a más, y por eso tenemos aprendizaje en línea”, dice. “La universidad tiene que educar para comprender la naturaleza humana”, dice. También clama por cambiar una enseñanza tradicional en las escuelas que, ahora mismo, aniquila la imaginación de los niños.

Es evidente que no todas las universidades pueden ser el MIT, por la sencilla razón de que los estudiantes “diferentes” son por definición una minoría. La mayoría de las universidades tendrán que estar diseñadas para la mayoría de la gente. Pero seguro que podemos aprender mucho del MIT y de su voluntad de enseñanza clara, de profesorado excelente, de liderazgo intelectual. Y de abrir todo ello a cualquier ciudadano del mundo, viva en la banlieu de París o en el centro de Freetown. Aprendamos pues.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_