Citas rápidas para fomentar vocaciones científicas
Ocho investigadoras se reúnen con más de 100 alumnos de ESO y Bachillerato, en un encuentro organizado por L'Oréal
La fundación L’Oréal ha celebrado este jueves un encuentro entre ocho científicas y más de 100 alumnos de 3º de ESO y 1º de Bachillerato de los institutos madrileños Valdecás y Ramiro de Maeztu, respectivamente. El objetivo de esta cita científica era motivar y fomentar sus vocaciones científicas. El encuentro ha coincidido con la XI edición de entrega de las bolsas de investigación a cinco mujeres científicas, unas becas de 15.000 euros que concede la fundación L’Oréal en colaboración con la Unesco para dar visibilidad a las mujeres que dedican su vida a la ciencia. En total, son 52 las mujeres que han recibido este incentivo para continuar sus proyectos de investigación. El lema de la campaña de este año es Ponles Cara.
Ocho alumnos se sitúan alrededor de una de las científicas y conversan en periodos de diez minutos. Cuando suena la alarma, los alumnos pasan a la siguiente científica
La jornada ha comenzado con el encuentro entre los alumnos y las científicas españolas. El formato del encuentro simulaba a un sistema de citas rápidas. Ocho alumnos se sitúan alrededor de una de las científicas y conversan en periodos de diez minutos. Cuando suena la alarma, los alumnos pasan a la siguiente científica. Ellas han compartido con los estudiantes sus experiencias, pasiones y peripecias por la ciencia de una forma cercana y divertida. “Los científicos trabajamos dando respuesta a preguntas muy importantes como son las leyes que rigen el Universo”, explica la física Begoña de la Cruz. Les está explicando el bosón de Higgs. A veces, se oyen preguntas tímidas de los alumnos. “¿La física tiene mucha dificultad a la hora de estudiar?”, pregunta una joven que pronto tendrá que decidir si quiere estudiar ciencias o letras.
Más allá, en otro grupo, una matemática de pelo muy rojo hace reír a los alumnos que la escuchan con atención hablar de números. “Google parece magia, ¿verdad? Pues no es magia, ¡son matemáticas!”, cuenta Clara Grima. Aunque el objetivo era fomentar las vocaciones científicas, los mensajes trascienden mucho más allá de la física, la química o las matemáticas. “Haced lo que os apasione y no permitáis que nadie os diga haced esta u otra carrera porque tiene muchas salidas”, cuenta la doctora en Ingeniería Informática Eva Cerezo a su atento público. En otro grupo, la periodista América Valenzuela explica a los alumnos cómo comenzó su formación en Ciencias Químicas. En el proceso, se dio cuenta de que lo suyo realmente era la divulgación. Así terminó siendo periodista científica. “Por eso no debéis cerrar las puertas a nada. La ciencia tiene muchas aplicaciones”, les cuenta desde un sofá.
La química Carolina Rodríguez explica a sus ocho oyentes cómo prueba cada ingrediente de una crema especial para el acné que prepara L’Oréal. La astrónoma María Asunción Fuente pregunta: “¿A quién de vosotros le gustaría hacer exploración espacial?”. El entusiasmo es visible en muchas de las caras. La bióloga Inmaculada Ibáñez explica el ADN a un grupo de alumnos con la facilidad de quien lo ha hecho muchas veces. Y la ingeniera agrónoma Selena Gimenez habla de plantas con el mimo de quien dedica toda su vida a cuidarlas.
El fin de estas citas científicas les depara a los alumnos una sorpresa mayor que no había sido anunciada en el programa. José Luis Izquierdo, más conocido como el Mago More ha venido para darles una motivadora charla a la vez que les hace reír. En menos de cinco minutos, el ingeniero informático, monologuista, cómico y actor, entre otras muchas cosas, acapara toda la atención de los presentes con mensajes y vídeos que les anima a que hagan lo que quieran, a que persigan su sueño y a que nunca se den por vencidos. Les dice una de las cosas más llamativas que allí se han escuchado. “Probablemente, vuestro futuro trabajo, aún no se ha inventado”, explica mientras pone como ejemplo profesiones que hace diez años no existían, como operador de drones o community manager.
Tras la entrega de las bolsas, se percibe euforia entre los estudiantes. Todos hablan de lo que han escuchado o sentido. Algunos salen de aquí con las ideas más claras, otros dudan, pero tienen claro que quieren dedicarse a la ciencia. “Yo quiero hacer medicina. Y después no sé si centrarme en la rama de genética o investigación”, dice una alumna a otra mientras se hace un hueco entre la gente hasta que alcanza la salida.
Aunque el objetivo era fomentar las vocaciones científicas, los mensajes trascienden mucho más allá de la física, la química o las matemáticas
Eva Bonilla es profesora del instituto Valdecás. Tras el evento se muestra contenta por la experiencia que han vivido los estudiantes de tercero de ESO. “Es muy enriquecedor para los alumnos sobre todo porque es otra forma de acercarse a la ciencia, de una manera muy distinta de lo que se puede hacer en un aula”. Bonilla explica que los alumnos tienen que elegir el año que viene qué modalidad de bachillerato quieren hacer y confía en que la experiencia les haya podido ayudar a aclarar sus ideas.
Los estudiantes de primero de bachillerato del Ramiro de Maeztu lo tienen un poco más claro. Ellos ya han decidido cursar el bachillerato de ciencias. Además, con una dificultad extra. “Estos alumnos son especiales porque cursan el bachillerato internacional, además del nacional”, explica Paola Mordini coordinadora del instituto Ramiro de Maeztu. La profesora de química Margarita Díez, explica que para hacer ese bachillerato es necesario tener una curiosidad especial, por eso los suyos vienen con una motivación extra.
Ana Dopico, de 16 años duda entre estudiar cirugía, ingeniería aeroespacial o física. Dopico dice que en el encuentro ha aprendido que siempre se pueden hacer cosas relacionadas con la ciencia. Irene Márquez, de 15 años, asegura que le gusta la biología, sobre todo la genética. “Antes me gustaba la neurociencia, pero ahora también me interesa mucho la genética y no sé por cuál decidirme”, explica. A Claudia Twose, de 16 años, no le preocupa no saber exactamente a qué se quiere dedicar porque aún le quedan dos años para decidirse. Solo tiene una cosa clara. “Quiero hacer algo relacionado con la medicina para ayudar a gente con pocos recursos”, asegura. El futuro de la ciencia parece asegurado.
Cinco becas para mujeres científicas
La fundación L'Oréal ha entregado este jueves las bolsas de investigación a cinco mujeres científicas en el marco de la XI edición del programa Mujeres en la Ciencia que convoca la compañía cosmética en colaboración con la UNESCO. En total, son 52 las mujeres que han recibido este reconocimiento que va acompañado de una beca de 15.000 euros para continuar sus proyectos de investigación. "El mundo necesita ciencia y la ciencia necesita mujeres", así ha comenzado su presentación Mónica López, que se ha encargado de conducir los distintos eventos celebrados a lo largo de la mañana. López, además de la directora y presentadora del Tiempo de TVE, es física.
Las premiadas por la fundación han sido la química Anna Laromaine, la biofísica Anna Shnyrova, la médico Azucena Bardají, las biólogas Jaione Valle y Vanesa Esteban. El lema de esta edición ha sido Ponles Cara y el objetivo de esta campaña es visibilizar a todas las mujeres que trabajan en la ciencia, a menudo en la sombra de sus laboratorios. Los jueces que se han encargado de "ponerles cara" a las becadas han sido los científicos que han actuado de jurado en la concesión de los premios y han sido María Blasco, Bernat Soria, María Vallet-Regí y Margarita Salas.
El presidente de L'Oréal España, François-Xavier Fenart, ha destacado en la entrega de las bolsas de investigación que la ciencia hecha por mujeres está en todas partes y que no se puede prescindir de su visión, intuición y pasión por la ciencia. "El 70% de los investigadores de L'Oréal son mujeres", ha explicado. También han intervenido en la entrega la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes y la Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela.
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